DIRECTOR DE 'JUNGLA DE CRISTAL'
John McTiernan en Madrid: "Hollywood fue construido por europeos. No sería extraño que ahora el proceso fuera el inverso"
El responsable de mitos del cine de acción como 'Depredador' o 'La caza del Octubre Rojo' visita el Festival Sombra Madrid y reflexiona sobre la industria y la evolución del lenguaje cinematográfico

Una imagen de 'Jungla de Cristal' (1988), dirigida por John McTiernan. / ARCHIVO
En una época en la que el cine de acción ha evolucionado hasta convertirse en un espectáculo dominado por efectos visuales y grandes presupuestos, la figura de John McTiernan sigue siendo un referente ineludible. Responsable de algunas de las películas más influyentes del género, su trabajo redefinió la narrativa y la estética del cine comercial, alejándose de la grandilocuencia vacía para centrarse en la tensión, la fisicidad y la construcción de personajes memorables. Su ópera prima, Nomads (1986), fue una inquietante incursión en el terror que llamó la atención de los grandes estudios, pero fue con Depredador (1987) cuando revolucionó el cine de acción, convirtiendo una premisa sencilla —un grupo de soldados acechados por una criatura alienígena— en una lección de tensión cinematográfica. Un año después, con Jungla de Cristal (1988) transformó para siempre el género, convirtiendo a un policía de Nueva York en un antihéroe vulnerable y redefiniendo el arquetipo del protagonista de acción. Más tarde, con La caza del Octubre Rojo (1990), llevó el thriller de espionaje a una escala épica, mientras que con El último gran héroe (1993) se adelantó a su tiempo con una sátira sobre los propios clichés del cine de acción.
McTiernan ha pasado estos días por Madrid como invitado especial del festival Sombra Madrid, tras recorrer en coche con su esposa parte de la geografía española y haber hecho una parada en Sombra Murcia. El norteamericano revisitó Jungla de cristal el domingo por la noche junto a una entregada audiencia y concedió el lunes una rueda de prensa en la que dio rienda suelta a sus reflexiones sobre los Estados Unidos y su preocupación por cómo la economía es dirigida por unos pocos multimillonarios sin escrúpulos con un discurso apasionado y bien estructurado. Después ha compartido su visión sobre la industria cinematográfica en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Más allá de la nostalgia por una forma de hacer cine que muchos consideran en declive, el director ha planteado una mirada crítica y analítica sobre el panorama actual, donde conviven avances tecnológicos fascinantes con una creciente estandarización de las historias.
"El lenguaje cinematográfico debe evolucionar"
Desde sus inicios, McTiernan ha defendido un cine en el que la cámara no solo registre la acción, sino que participe activamente en la narración. Jungla de Cristal no sería la misma sin su preciso manejo del espacio o sin el ritmo calculado de sus planos secuencia, mientras que Depredador convierte la selva en un personaje más, utilizando la fotografía y el sonido para generar tensión sin necesidad de abusar del diálogo. Su conexión con el cine es algo orgánico y sincero y, así, no duda en destacar la ironía de que “el último día de rodaje es cuando verdaderamente sabes lo que quieres hacer con la película”.
Esa búsqueda de un cine más expresivo sigue siendo su principal preocupación. El director reflexiona sobre cómo la estandarización de los recursos narrativos ha afectado al cine actual: "Me siento halagado al ver la vigencia de mis películas, pero también un poco decepcionado porque no haya nuevos estilos. Antes, una película con 30 años de diferencia era algo completamente distinto. Ahora todo es igual".

El director John McTiernan, en el centro, en el festival Sombra. / Cedida
Sin embargo, no todo son críticas. McTiernan sigue encontrando inspiración en cineastas que desafían las normas. Reconoce que Oppenheimer, de Christopher Nolan, ha sido una de las pocas películas recientes que lo han emocionado: "Fui a verla cuatro o cinco veces. Me recordó lo que es el cine de verdad".
Hollywood y el desafío de la creatividad
Más que una simple crisis de ideas, McTiernan considera que el cine comercial ha cambiado su centro de gravedad. En su opinión, las decisiones ya no están en manos de creadores, sino de gestores financieros que priorizan la rentabilidad inmediata. Aunque esto no significa que no haya talento en la industria, sí dificulta la experimentación y la aparición de propuestas arriesgadas. Esta situación le ha ido apartando de la dirección: “Solo me ofrecían proyectos malos que no estaba dispuesto a hacer, no me dejaban cambiar el guion. Y tampoco me interesa repetirme”, confiesa.
Recuerda que, en otras épocas de transformación, los estudios buscaron nuevas formas de atraer al público. En los años 50, ante el auge de la televisión, el cine respondió con formatos más inmersivos, mejores sistemas de sonido y producciones que no podían replicarse en casa. Para McTiernan, la cuestión no es solo tecnológica, sino de visión: "El problema no es la tecnología, sino quién la usa y para qué. El cine no puede reducirse a una serie de reglas fijas".
En este sentido, considera que Europa sigue siendo un espacio donde la creatividad tiene más margen de maniobra. Destaca la solidez de la industria cinematográfica francesa y cree que, con el enfoque adecuado, España podría convertirse en un referente y polo de atracción para el cine internacional. "Hollywood fue construido por europeos que llevaron su cultura cinematográfica a Estados Unidos. No sería extraño que ahora el proceso fuera el inverso", comenta.
Sean Connery y las estrellas
McTiernan ha trabajado con algunas de las mayores estrellas del cine, pero nunca ha sentido que eso fuese un reto especial. "Nunca fue difícil. Eran buenos profesionales, sabían lo que hacían", explica. Cada actor tiene su método y él siempre se ha preocupado de ofrecerles un entorno donde pudieran trabajar con comodidad. No se considera un director que extrae de sus actores grandes interpretaciones forzadas. "No soy Elia Kazan, nunca he sido ese tipo de director que manipula emocionalmente a los actores para sacar algo de ellos", confiesa.
Uno de los intérpretes con los que más disfrutó trabajando fue Sean Connery, a quien dirigió como protagonista en La caza del Octubre Rojo o Los últimos días del Edén. Sobre él, cuenta una anécdota reveladora: "Sean había aprendido algo en las películas de James Bond: que no podía permitir que ninguna actriz fuese más importante que él". Fue un conocimiento que el actor escocés supo utilizar a su favor a lo largo de su carrera, controlando siempre la forma en la que su presencia en pantalla era percibida y que, como confiesa el director, dificultó mucho asentar el personaje de Lorraine Bracco, coprotagonista de Los últimos días del Edén.
El Festival Sombra Madrid y el cine de género
El festival Sombra Madrid, que se celebra entre el 16 y el 22 de marzo en la Sala Berlanga y el Artistic Metropol de Madrid, sigue con su apuesta por consolidarse como un punto de encuentro imprescindible para los amantes del cine fantástico y de terror de la capital. En su segunda edición, el festival ha apostado por una programación que equilibra la reivindicación de clásicos con el descubrimiento de nuevas voces dentro del género.
Uno de los momentos más esperados será la presencia de Fabio Frizzi, el legendario compositor italiano de bandas sonoras para el cine de Lucio Fulci. Por primera vez en España, Frizzi presentará en directo Frizzi 2 Fulci - Zombie Composer’s Cut, una experiencia en la que la música en vivo acompaña la proyección de Nueva York bajo el terror de los zombis, conocida originalmente como Zombi 2.
La programación del festival también incluye estrenos como The Curse of the Necklace, de Juan Pablo Arias Muñoz, y Anatema, una producción de Álex de la Iglesia dirigida por Jimina Sabadú. También habrá espacio para el cine europeo y asiático, además de actividades como un taller de doblaje y animación impartido por Adán Latonda, encuentros con figuras clave del fantástico y una mesa redonda sobre la mujer en el cine de género.
El futuro del cine según McTiernan
Si algo ha dejado claro John McTiernan en su paso por Madrid, es que el cine está en un punto de inflexión. Recuperar la capacidad de sorpresa, romper con las estructuras predecibles y volver a una narrativa donde la cámara sea algo más que un testigo son sus principales preocupaciones.
Su consejo para los nuevos cineastas es simple, pero esencial: "Lanza tu corazón en la idea. No pienses en el éxito comercial, piensa en contar una historia honesta". Un recordatorio de que, más allá de los presupuestos y las estrategias de marketing, lo que define al cine sigue siendo su capacidad para emocionar y transformar.
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