Premio Málaga
Carmen Machi: un mito del cine que no se considera leyenda
El Festival de Málaga concede este año, en su 28ª edición, el Premio Málaga–Sur a la actriz Carmen Machi, reconociendo así su "larga y reconocida trayectoria cinematográfica"

Chaima Laghrissi
Chaima Laghrissi
Málaga y el cine son inseparables. La ciudad, con su emblemático festival de cine, se ha convertido en el gran escaparate del cine español desde hace 28 años.
Sus calles, su luz y su gente la hacen absolutamente cinematográfica: "Si está nublado, mejor. Las fotos salen más bonitas. Pero creo que Málaga tiene todos los ingredientes. No se me ocurre nada que le falte, Málaga es una ciudad de cine", asegura la propia Carmen Machi.
Y es precisamente el Festival de Málaga concede este año, en su 28ª edición, el Premio Málaga–Sur a la actriz Carmen Machi, reconociendo así su "larga y reconocida trayectoria cinematográfica".
El Paseo Marítimo Antonio Banderas de la capital suma un nuevo monolito en honor a Carmen Machi, un reconocimiento a su trayectoria de más de tres décadas. Desde sus inicios en el teatro a los 17 años hasta sus icónicos papeles en 7 vidas y Aída, pasando por su destacada carrera cinematográfica con Los abrazos rotos (2009), Ocho apellidos vascos (2014) y La puerta abierta (2016), la actriz ha demostrado su versatilidad en cada interpretación.
La actriz madrileña será la gran homenajeada este sábado por su impecable trayectoria en cine, televisión y teatro. Después de tantos años en esta profesión, aún se muestra sorprendida cuando se le menciona como un mito: "No me hago ese planteamiento en absoluto, no lo pienso. Lo recibo con mucho agradecimiento, pero realmente me dedico a una profesión que me gusta mucho y tengo una suerte infinita de poder vivir de ella", confiesa con humildad.
Un legado sin pretensiones
A lo largo de su carrera, Machi ha estado rodeada de talento, trabajando con continuidad y sin experimentar el vértigo de la inestabilidad: "He tenido proyectos increíbles y me siento muy afortunada. No me siento como alguien realizado o no realizado, simplemente creo que la vida me ha puesto un camino profesional cómodo y sin trabas".
Su reciente papel en La Mesías ha mostrado una faceta distinta a la que muchos espectadores conocían por Aída, conectándola con una nueva generación de espectadores, los centennials.
Sin embargo, a pesar de su versatilidad, sigue teniendo asignaturas pendientes: "Me gustaría hacer una película de terror a saco. No me gusta como espectadora, pero como actriz me alucina. El cine es la mentira más grande del mundo, y quiero formar parte de eso", asegura.
El peso de la popularidad
Machi reconoce que "la popularidad la provoca la televisión al uso, que es gratuita y entra en las casas". Una actriz que nunca ha temido el encasillamiento: "No es algo negativo.
Venía de una carrera muy dilatada, sobre todo en teatro, donde el 99% de mis obras no han sido comedias. Además, sé lo complicado que es hacer comedia convincente. No hay que tener miedo a eso, solo a que no te llamen", reflexiona.
Para ella, ser actriz es algo inevitable: "Si no vives y no mamas de las energías que ves en la vida, no puedes actuar". Y es que su amor por la interpretación es genuino: "Esta es la profesión más bonita del mundo, porque puedes vivir mil vidas y a ti ni te salpica".
Teatro, cine y libertad
Curiosamente, nunca estudió para ser actriz: "Empecé a trabajar muy pronto y cuando me presenté a la RESAD, no me cogieron. Pero cuando entré en el Teatro de La Abadía, descubrí algo. Hay una parte del actor que tiene que ver con que entiendes las sensaciones, y eso no se estudia ni se enseña".
Para ella, el teatro es un ejercicio de realidad: "Te pone la tierra bajo los pies. En audiovisual, un coche te lleva y te trae, no porque seas importante, sino para que llegues a tiempo. En teatro, vas tú solo al teatro. Nadie te va a buscar. Eso te conecta con la vida y es lo más parecido a la libertad".
A sus 60 años, sigue siendo una de las actrices más queridas y respetadas del panorama audiovisual español. Y aunque ella no se considere un mito, su legado ya es innegable. Porque ‘La Machi’ es cine.
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