MÚSICA

Chimo Bayo: "Voy a hacer como Molière, que murió sobre el escenario"

El icono de la Ruta del Bakalao regresa a Madrid con su tardeo y una noche épica en Fabrik

Chimo Bayo en la presentación de la película 'Cuando la noche no termina' en Madrid, 2023.

Chimo Bayo en la presentación de la película 'Cuando la noche no termina' en Madrid, 2023. / Alba Vigaray

Madrid

"En la vida hay que ver en directo a Raphael y a Chimo Bayo". La frase no la dice un fan entregado, sino el propio Chimo Bayo, el hombre que convirtió la música electrónica en un grito de guerra generacional y que, décadas después, sigue levantando pasiones en la pista. La leyenda viva de la Ruta del Bakalao aterriza en Madrid con dos citas: este sábado 15 de febrero en la sala El Sótano a las 18:00, en formato tardeo, y el próximo 1 de marzo en Fabrik, el templo del techno madrileño.

A sus 62 años, Bayo no afloja el ritmo, consciente y disfrutando de que su figura ha alcanzado una dimensión transversal en la cultura popular. Su "hu ha" sigue resonando en memes, anuncios y referencias en la cultura de club. "Exta sí, exta no" no ha quedado como una reliquia de los 90, sino que sigue encendiendo festivales, fiestas de pueblo y sesiones nostálgicas. Su figura, lejos de desgastarse, se ha convertido en un referente. Lo suyo no es una vuelta esporádica ni un revival forzado, sino una continuidad lógica en un artista que nunca dejó de estar presente en la escena.

Su impacto en la cultura ha sido tal que en 2024 fue galardonado con el Premio FAM Cultura Popeye Artista Valenciano, un reconocimiento que, lejos de ser un homenaje nostálgico, certifica su vigencia como referente más allá de la música. Unos galardones que han premiado a figuras como Kiko Veneno, Miguel Ríos o Ana Belén, y que subrayan que Bayo ha trascendido las pistas de baile para convertirse en un símbolo generacional.

De la Ruta a los escenarios de 2025

Muchos artistas que alcanzan el éxito en una época concreta intentan después despegarse de su imagen para evitar quedar encasillados. Bayo ha hecho lo contrario: ha convertido su propio imaginario en un código generacional que sigue en evolución. "El 'hu ha' es algo que creé yo, y en lugar de intentar huir de ello, lo hago más grande. La empatía con el público es lo más importante", explica.

Otros artistas pasan toda la vida intentando esquivar una frase o una etiqueta. Bayo, en cambio, ha hecho de su grito de guerra una marca personal. No solo ha nombrado Hu ha a su vino, sino que sigue construyendo sobre su propia mitología. "Con la edad, me estoy convirtiendo en la Tía Enriqueta", confiesa con humor. Un guiño a su propia carrera y a la capacidad de abrazar su legado sin miedo ni complejo. Su personaje ha crecido con él, y lejos de renegar de sus orígenes, ha sabido hacerlos aún más grandes.

Chimo Bayo durante un concierto en 2005.

Chimo Bayo durante un concierto en 2005. / ARCHIVO EPC

Las redes han elevado su figura a la categoría de icono atemporal, pero su historia no se reduce a la nostalgia de quienes vivieron la Ruta del Bakalao en primera persona. Su espectáculo sigue vivo y en movimiento. En sus sesiones, no solo revisita sus clásicos, sino que incorpora remezclas y nuevos temas. "Quiero que haya alegría por la noche, por el día y hasta a mediodía. En este tardeo van a sonar temas nuevos, mis propios temas, con remezclas. Va a ser una fiesta en toda regla", dice sobre su cita en El Sótano.

Novela, documental y colaboraciones con las nuevas generaciones

Más allá de la música, Bayo ha explorado otros formatos, pero siempre con el mismo enfoque irreverente y festivo. En 2016 publicó junto a Emma Zafón la novela No iba a salir y me lié, un relato que mezcla realidad y ficción para capturar el espíritu de la Ruta del Bakalao.

Ahora está preparando un documental sobre su trayectoria. Su gran fondo documental le permitirá rescatar momentos clave de su carrera, incluyendo la primera grabación de "Exta sí, exta no" en la discoteca Arsenal. Un archivo histórico para quienes vivieron aquella época y para quienes se han acercado después a su legado a través de nuevos formatos.

En el estudio sigue activo y colaborando con artistas jóvenes. Han remezclado sus temas jóvenes valores como Derek Muller y Pablo Say. "Colaborar con gente joven siempre viene bien para estar actualizado. A mí me gusta la música muy oscura, pero no puedo poner todo lo que quiero. Lo más importante es que la gente lo disfrute", apunta. Su próximo objetivo: una remezcla "como debe ser" de su hit La Tía Enriqueta.

Su impacto sigue siendo intergeneracional. Hay chavales de 18 años que corean sus canciones porque sus padres las ponían en casa. Bayo, lejos de ser una pieza de museo, sigue en la brecha. No ha dejado de trabajar ni de reinventarse, pero siempre dentro de su universo, algo que pocos pueden decir sin forzar el discurso.

Para el valenciano, la clave ha sido mantenerse en movimiento sin perder su esencia. En lugar de estancarse en el revival, ha sabido conectar con distintas generaciones, adaptarse sin traicionar su estilo. Y no se plantea parar: "Siempre digo que yo voy a hacer como Molière, que murió sobre el escenario interpretando una obra suya", dice con la seguridad de quien ha hecho de la fiesta un arte. "Me considero un artista, porque produzco, creo letras, canto e interactúo con el público".

Siempre en movimiento

El tardeo en El Sótano y la sesión en Fabrik serán dos nuevas oportunidades para comprobar que su energía sigue intacta. Su agenda sigue llena de fechas, su nombre continúa despertando entusiasmo y su conexión con el público no se ha desgastado con el tiempo.

Chimo Bayo sigue abrazando su legado en lugar de huir de él. No se refugia en la nostalgia ni intenta borrar sus frases más celebradas, sino que las eleva a la categoría de ritual. La fiesta sigue y, mientras haya una pista dispuesta a saltar con él, seguirá alzando los brazos y lanzando su grito de guerra: Hu ha.