ESTRENO
'So Long, Marianne': la serie que recrea el romance más complicado de Leonard Cohen
Los protagonistas de 'Hereditary' y la exitosa serie 'La Palma' dan vida al artista canadiense y su famosa novia noruega, aquí presentada como mucho más que una musa

Los verdaderos Leonard Cohen y Marianne Ihlen, y debajo, sus equivalentes de ficción, encarnados por Thea Sofie Loch Næss y Alex Wolff. / ARCHIVO

So Long, Marianne (Movistar Plus+, desde el martes, día 11) es la serie más plurinacional que imaginarse pueda: talentos noruegos (Øystein Karlsen e Ingeborg Klyve, colaboradores en la exitosa serie Exit) y británicos (Tony Wood, antiguo productor de Coronation Street) se han unido para crear esta recreación de la más complicada historia de amor de un judío de Montreal encarnado por un actor estadounidense.
Como ya se intuye por el título, nos referimos al romance de Leonard Cohen(Alex Wolff, el protagonista de Hereditary o el físico Luis Walter Álvarez en Oppenheimer) y la noruega Marianne Ihlen (Thea Sofie Loch Næss, hace poco vista en La Palma), a la que conoció en 1960 en la isla griega de Hidra, por entonces meca de la bohemia. Según ha explicado Karlsen en la publicación Drama Quarterly, allí había hippies cinco o seis años antes del movimiento hippie, y todo el mundo se acostaba con todo el mundo, bebía sin cesar y experimentaba con las drogas. "Por el camino, se encontraban a sí mismos. De eso trata la serie. Una de estas personas resulta ser Leonard Cohen".
Fue allí donde, antes de saltar a la fama por sus canciones, Cohen escribió un par de novelas no muy bien recibidas. Cuando empezó a viajar a Montreal para hacer dinero, entendió que las canciones podían ser el camino. Se lo hizo ver la cantante folk Judy Collins, a la que cedió Suzanne en un primer momento y que le animó a que cantara él mismo. En la serie le veremos meterse en el estudio para grabar sus dos primeros álbumes, Songs Of Leonard Cohen (1967) y Songs From A Room (1969), cuya contraportada mostraba a Marianne sentada delante de la máquina de escribir de Leonard, envuelta en una toalla. En ambos suenan canciones particularmente inspiradas por ella: la que da título a la serie y Hey, That’s No Way To Say Goodbye, en el primero, y Bird On The Wire, en el segundo.
Historia, también, de Marianne
Junto con So Long, Marianne, Movistar Plus+ recupera, también desde mañana, Marianne y Leonard: palabras de amor, el documental sobre la misma historia que dirigió en 2019 el británico Nick Broomfield (Kurt & Courtney), aquí menos narcisista que en otras ocasiones, aunque él mismo fuera amante de Ihlen durante uno de los períodos en que el trovador canadiense y su novia nórdica no tuvieron contacto.
Según dicen sus autores, la serie de la que hablamos tuvo como primera inspiración un antiguo documental de la radio nacional noruega, pero se parece también al filme de Broomfield en su interés no solo por Leonard, sino también, o sobre todo, por Marianne, presentada como algo más que la musa y explorada como un personaje tridimensional, con todos sus deseos, sus miedos, sus sentimientos y su fuerza y contradicción. Tenemos tiempo para detenernos en los matices de la interpretación de Loch Næss: al contrario que muchas series (o contenidos de cualquier clase) actuales, So Long, Marianne se mueve con agradables languidez y halo bohemio, como buscando capturar la atmósfera de la Hidra de la época.
Jo Nesbø como guionista
Alex Wolff se atreve con el desafío de encarnar a Cohen y, además, cantar sus canciones ante la cámara, con acento canadiense, sin playback que valga. Quizá no tenga su fantástica ronquedad ni acabe de resultar creíble como mujeriego, pero sí que da el pego en la faceta de romántico torturado. Suena varias veces el tema Happens To The Heart –del disco póstumo Thanks For The Dance (2019)–, ese en el que Cohen canta sobre lanzarse al vacío del amor a pesar de ser consciente de los peligros: "Solo mirarla ya significaba problemas / Fue un problema desde el principio".
Otros buenos actores encarnan a habitantes más o menos ilustres de la vieja Hidra: Jonas Strand Gravli (protagonista de 22 de julio) es el escritor noruego Axel Jensen; los grandes Noah Taylor y Anna Torv encarnan al matrimonio de literatos australianos formado por George Johnston y Charmian Clift, ésta última amante de Cohen. Y hablando de escritores: el maestro del nordic noir Jo Nesbø ha participado, curiosamente, en el guion de dos episodios.
Las historias de amor nunca acaban bien y esta no fue excepción. Marianne murió de leucemia en julio del 2016. El email de despedida que le envió Leonard forma parte de la obra poética del compositor de Hallelujah: "Que sepas que estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, creo que podrás tocar la mía... Todo el amor, te veré por el camino". Fue a su encuentro, tras una fatal caída nocturna, menos de cuatro meses después.
- Ignacio Peyró: 'A partir del 85 Julio Iglesias lo volvió a intentar, pero se dio cuenta de que nunca volvería a ser tan grande
- Marina Garcés, filósofa y ensayista: 'La soledad no es un fallo, sino una condición gracias a la cual podemos amar
- El último rugido de Medina Azahara: 45 años y 4.000 conciertos después, se despiden de Madrid con tres 'sold out
- Basket of Nean, el 'Banksy español' del que ya apenas queda huella en Madrid: 'No desvelaré nunca quién soy
- Carabanchel celebra el primer Día Francisco Ibáñez bajo el impresionante mural de '13 Rue del Percebe
- John McTiernan en Madrid: 'Hollywood fue construido por europeos. No sería extraño que ahora el proceso fuera el inverso
- Melody, más clichés a Eurovisión: la nueva versión de 'Esa diva' es aún peor que la original
- ¿Está basada 'Adolescencia', la serie que está arrasando en Netflix, en un caso real?