POLÍTICA CULTURAL
La reforma del INAEM consiste, de momento, en una nueva Dirección General para tramitar las subvenciones
El ministro de Cultura y la directora general del INAEM anuncian esta medida como “primera piedra” de una reforma integral que sigue sin definirse. En un horizonte cercano, la creación también de una Oficina para la Difusión de la Danza

Ernest Urtasun y Paz Santa Cecilia, durante la rueda de prensa en la que han presentado los cambios en el INAEM este lunes. / Ministerio de Cultura
Ni fundación ni organismo público con ley de autonomía como el Museo Reina Sofía o la Biblioteca Nacional. La reforma del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) no pasará, de momento, por modificar su marco jurídico o modelo, sino por una mera reorganización administrativa a través de la creación de una nueva Dirección General de Artes Escénicas y Música que tramitará y agilizará las ayudas y subvenciones que el organismo concede al sector. Así lo ha anunciado este lunes el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en una comparecencia compartida con la directora general del organismo, Paz Santa Cecilia, en su primera y única rueda de prensa desde que fuera nombrada hace un año. De momento, las trece unidades de producción y exhibición del organismo (Centro Dramático Nacional, Compañía Nacional de Teatro Clásico, las dos compañías nacionales de Danza, etc) tendrán que seguir esperando las medidas que den solución a los innumerables problemas administrativos y estructurales que arrastran desde hace décadas.
Fundado en 1985 por José Manuel Garrido Guzmán, el INAEM es un organismo autónomo perteneciente al Ministerio de Cultura “cuya evolución no ha ido acompasada a la transformación de los sectores musical y escénico, que poco tienen que ver con los de entonces”, ha señalado el propio Urtasun sobre una institución que lleva años pidiendo a gritos una reforma que flexibilice su estructura en materia de tramitación de subvenciones, convenios, contrataciones, giras o pagos a las compañías. En los últimos años han sido frecuentes las quejas del sector en lo relativo a la gestión de ayudas, pero también las de los directores artísticos de sus unidades acerca de las dificultades administrativas a las que se enfrentan en su trabajo. Los artistas que estrenan en sus escenarios llevan años reclamando que el INAEM modifique los plazos de pago por funciones. En 2014, el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, equiparó el trabajo de los artistas con actividades de prestación de servicios, de ahí que sus nóminas no se abonen mensualmente sino como facturas que tardan en cobrar hasta dos meses. Ya en 2018, el entonces ministro de Cultura José Guirao impulsó la creación de un grupo de trabajo para estudiar la reforma del INAEM que propuso dotar a este organismo de una Ley propia para regular sus fines y sus medios. Nunca se supo nada de aquella ley. Cuatro años después, con Miquel Iceta al frente del ministerio, el entonces director del INAEM, Joan Francesc Marco, barajó la posibilidad de convertir el organismo en una fundación pública, propuesta a la que se opusieron los sindicatos por considerarla una privatización encubierta.
Este lunes, Urtasun y Santa Cecilia han presentado esta medida como “la primera piedra de la reforma integral del INAEM”, a la que han dado luz verde los ministerios de Función Pública y Hacienda y que, en la práctica, supone que el INAEM prescinde de una gestión económica que, partir de ahora, asumirá esa nueva DG dependiente del ministerio de Cultura. Hasta el momento, el INAEM asumía, por un lado, el fomento de las artes escénicas a través de ayudas y subvenciones, además de la preservación y difusión del patrimonio escénico y musical; por otro, la producción, programación y exhibición de artes escénicas a través de sus unidades artísticas. A partir de ahora, la gestión de ayudas y subvenciones será asumida por esta nueva Dirección General de Artes Escénicas y Música que se pondrá en marcha este primer semestre del año y que asumirá también Paz Santa Cecilia. El INAEM se dedicará única y exclusivamente a las labores de producción y exhibición de sus unidades.
Incremento de recursos
Entre las ventajas que supondrá esta nueva división de funciones, según Urtasun, están las de “reforzar y dotar adecuadamente al área de fomento con un incremento de recursos materiales y humanos adaptados a sus necesidades reales, lo que se traducirá en la reducción de los plazos de tramitación y justificación de ayudas. En segundo lugar, potenciar el enfoque sectorial, con una atención específica a disciplinas no atendidas hasta ahora suficientemente. En tercer lugar, mejorar la capacidad de interlocución con el tejido artístico y, finalmente, agilizar la gestión con un equipo específico que asuma exclusivamente estas funciones, adaptándose de este modo a las necesidades del sector”.
La nueva DG que asumirá Santa Cecilia integrará el Museo Nacional de Artes Escénicas y el Centro de Documentación y prestará especial atención a la danza, el circo y la creación interdisciplinar, “que tendrán también un reflejo en la nueva convocatoria de ayudas de 2025, que se adaptarán a esos otros formatos, lenguajes y disciplinas”. Además de las mejoras en la estructura y el diseño organizativo de la próxima convocatoria de subvenciones, Paz Santa Cecilia ha anunciado también uno de esos proyectos de los que el sector lleva oyendo hablar desde hace años, pero sin concretar nunca: la creación de la Oficina para la Difusión de la Danza (ODD), “que tendrá por objetivo la difusión y el apoyo a la creación coreográfica española, con especial énfasis en la movilidad, tanto nacional como internacional”. Una oficina que recupera el célebre e inexistente Centro Nacional de Difusión de la Danza y cuya función será impulsar “políticas de promoción y fomento de la danza hecha en nuestro país”. Ningún dato concreto sobre dichas políticas ni sobre su dotación presupuestaria.
En paralelo a esta reestructuración, el ministro ha explicado que se iniciará el proceso de reforma integral del propio INAEM, “de la mano del sector, de los técnicos y de los sindicatos”, con la condición de garantizar que “siga siendo un organismo 100% público, lo que descarta que la institución se convierta en una fundación o en algo que pueda parecerse, nos vamos a mover siempre en los parámetros de la Ley de Función Pública del 2015”. Urtasun, que no ha querido avanzar los plazos ni el marco jurídico en que se está trabajando, ha repetido que esta se producirá a lo largo de esta legislatura y se hará en un proceso de diálogo que ya está en marcha.
Por su parte, Santa Cecilia ha señalado que dicha reforma ha de pasar por “la elaboración de un estatuto único”, ya que “el marco normativo que regula el INAEM, que data de hace 30 años, apenas se adapta a las funciones y necesidades actuales”, y a eso se suma que la carga administrativa que asume la institución es mucho mayor que hace décadas, pero el personal no ha dejado de mermar: “350 personas han abandonado el INAEM en la última década a causa de las jubilaciones, la movilidad y los límites en la tasa de reposición”.
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