ARTE

El primer Arco sin Helga de Alvear

La feria de arte contemporáneo afrontará su edición de marzo sin una de sus fundadoras. La galerista alemana fallecida contribuyó a moldear en los ochenta una cita clave para entender el mundo artístico en España

Una de las obras que presentó Helga de Alvear en Arco y que generó controversia en la feria.

Una de las obras que presentó Helga de Alvear en Arco y que generó controversia en la feria. / Redacción

Gema Guerra Benito

Arco contará este año con una ausencia irremplazable. El fallecimiento de Helga de Alvear, la galerista con museo propio en Cáceres, deja huérfana a una generación que puso en el mapa el arte contemporáneo en España. Ella fue alma máter junto a Juana de Aizpuru, ideóloga y primera directora, de la feria que desde 1982 reúne en Madrid a lo más interesante del mundo artístico actual.

El país se despertaba este lunes con la noticia de condolencias por la muerte a los 88 años de la coleccionista alemana, alejada desde hace meses del foco mediático. La última vez que compareció ante el público y la prensa fue para recibir la medalla de las artes que le otorgó el país vecino y que convocó a autoridades como el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y el propio Felipe González. Vio Helga en aquella ocasión su sueño cumplido, contar con un espacio en el que mostrar su colección, una de las mejores de Europa en cuanto a fondos. El museo, la ampliación de lo que hasta entonces era un centro de artes, fue la consecución de toda una vida, un logro, que desafió a los trámites administrativos e incluso a las pandemias mundiales.

Para llegar a él, había recorrido previamente una larga trayectoria en el mundo del arte. Comenzó a coleccionar cuando conoció a Juana Mordó. Trabajó en su galería durante años y entró en contacto con artistas del momento. Décadas más tarde, contribuyó a fundar lo que se conoce como Arco, que ha sustentado en ella uno de los pilares de la feria. No había edición en la que no participara con su colección. También le sirvió la feria para adquirir obra nueva, en este caso, para su propio museo. De hechos, algunas de las piezas recientes están expuestas en la colección permanente. Queda en la hemeroteca momentos como el que protagonizó en la edición de 2018 cuando la dirección de Ifema, ubicación de la feria, pidió que se retirara una serie de fotografías de Santiago Sierra de una instalación llamada Presos Políticos en la España contemporánea. La polémica surgió porque en las imágenes aparecían pixeladas retratos de políticos independentistas catalanes o jóvenes detenidos por la agresión a guardias civiles en Alsasua.  

Al margen de polémicas, el arte en sí debe plantear preguntas, la existencia de Arco no se entendería sin personas como Helga. En plenos ochenta ayudó a moldear una cita que en marzo celebrará una nueva edición y que tenía previsto contar con la presencia de la galería de la alemana. Cierto es que la unión entre la feria y la colección de Helga de Alvear continuará y permitirá que siga formando parte de un pilar fundamental de la Cultura, pero este lunes el arte llora su pérdida.