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'Efecto Yellowstone': las series clave y el porqué del nuevo auge del wéstern en televisión

La exitosa 'Érase una vez el Oeste' no será la única serie con sombreros y espuelas que Netflix ofrecerá este año, cuando se espera también el estreno del 'spinoff' de 'Yellowstone' con Michelle Pfeiffer

Preston Mota (Devin), Taylor Kitsch (Isaac) y Betty Gilpin (Sara) en una imagen de 'Érase una vez el Oeste'.

Preston Mota (Devin), Taylor Kitsch (Isaac) y Betty Gilpin (Sara) en una imagen de 'Érase una vez el Oeste'. / NETFLIX

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

El wéstern, uno de los géneros capitales en la pionera televisión de los cuarenta y cincuenta, nunca ha acabado de dejar el medio, pero en los últimos años ese fenómeno llamado Yellowstone ha reimpulsado seriamente las historias del Oeste y visto empezar a multiplicarse sus ejemplos en la (ya no tan) pequeña pantalla. "Mucha gente joven no entra en los códigos del género, pero es evidente que algo está volviendo a enganchar", apunta el crítico de EL PERIÓDICO Quim Casas, gran conocedor del wéstern y autor de libros sobre John Ford o Clint Eastwood

"El género tiene un bagaje, una tradición y una historia en la pequeña pantalla cuya recuperación me parece muy astuta por parte de los creadores o plataformas", opina el también experto en este terreno Joan Pons (Rockdelux, Ara). "Más que nada porque su legado demuestra que es muy permeable a otros géneros y muy apto para ser serializado: permite un espíritu pulp, muy de novela barata, que puede ir incluyendo historietas autoconclusivas con gracia. Esta última variante estaba muy clara en Justified o The Mandalorian, que no dejaba de ser un wéstern de ciencia ficción".

Cruzando el Sheridan-verso

El principal impulsor de este nuevo auge ha sido Taylor Sheridan, creador y guionista (casi a solas) de Yellowstone y sus ramificaciones; un universo tan expansivo que este diario podría tener a alguien trabajando a jornada completa solo para cubrirlo. Del neo-wéstern saltamos al proto-wéstern con el spinoff 1883, narrado por la hija del bisabuelo de John Dutton III (el ranchero encarnado por Kevin Costner en la serie madre) y en el que se contaba cómo se hizo la familia con las tierras que acabaron alojando el rancho Yellowstone. En su secuela, 1923, se nos cuentan las tribulaciones de la dinastía Dutton durante un año de Ley Seca, sequía o plagas de langostas. Según la sinopsis oficial, en su segunda temporada (SkyShowtime, 10 de marzo) un "invierno cruel" traerá "nuevos desafíos y asuntos pendientes" a Jacob Dutton (Harrison Ford; el tatarabuelo de John Dutton III, personaje de Costner) y su esposa Cara (Helen Mirren).

Harrison Ford (Jacob) y Helen Mirren (Cara) en la segunda temporada de '1923'.

Harrison Ford (Jacob) y Helen Mirren (Cara) en la segunda temporada de '1923'. / SKYSHOWTIME

No se vayan todavía, aún hay más, o mejor, lo habrá: acabada (o eso parece) Yellowstone, lo más parecido a aquella serán un par de 'spinoffs' modernos ahora mismo en desarrollo. Uno de ellos, todavía sin título, seguirá a los personajes de Bethany Dutton (Kelly Reilly) y su marido Rip (Cole Hauser) en ese nuevo rancho que compraron en la quinta temporada. El segundo, The Madison, contará con la mismisíma Michelle Pfeiffer (el star power, seña de identidad de las producciones de Sheridan) como una rica matriarca que se traslada con los suyos desde Nueva York al valle cerca del río titular después de una tragedia familiar. 

El fanático del género Xavi J. Prunera, coautor y coordinador general del libro Grandes temas del western, valora a Sheridan muy positivamente, tanto como director como guionista. "Lo descubrí como guionista en Comanchería, que es, a mi juicio, el mejor neo-wéstern de lo que llevamos de siglo"; el mismo que Casas considera lo mejor de Sheridan hasta la fecha. El problema de este creador es, según Pons, su trabajolismo, que puede derivar en guiones necesitados de una revisión extra, como los de Landman: Un negocio crudo: "Tengo la sensación de que está haciendo demasiadas cosas, un poco efecto Ryan Murphy. No sé si le da tiempo a escribir tanto o solo supervisa, o si es que directamente supervisa a un supervisor y solo pone el nombre". 

Nueva mina para Netflix

Curiosamente, el último wéstern cinematográfico protagonizado y dirigido por Kevin Costner, Horizon: An American saga - Capítulo 1, fue un sonoro fracaso de taquilla, aunque se estrenara en época de sequía de Yellowstone y pudiera parecer el entremés perfecto. "La gente está renunciando a la sala de cine, eso es una realidad cada vez más incuestionable, así que por ahí se explica el éxito de la serie y el fracaso de la película, que para más inri comparten al actor protagonista", dice Casas. "El problema de Horizon es que la primera película de la saga es como el episodio de una serie (en pantalla grande) que deja todas las incógnitas abiertas, y eso en streaming funciona, es la regla de las series que se emiten semanalmente, pero no en cine". 

Exploraciones del Oeste como Outer range, Monarch o Django pudieron no acabar de funcionar, pero sí que parece estar haciéndolo Érase una vez el Oeste (serie número uno de Netflix en Estados Unidos; cuarto puesto en España), que no es remake del clásico de Sergio Leone aquí conocido como Hasta que llegó su hora, sino una creación del guionista de El renacidoMark L. Smith, quien se acerca a la Utah de 1857 con la misma crudeza que a las Grandes Llanuras de 1823; uno de los personajes de la película de Iñárritu, el emprendedor de la frontera Jim Bridger, reaparece aquí con el rostro del ubicuo Shea Whigham y no del más joven Will Poulter. 

En mitad de la guerra que sacudía el territorio en ese momento, una mujer algo misteriosa (Betty Gilpin) contrata a un arisco guía (Taylor Kitsch, en su ya quinta colaboración con el director Peter Berg) para ayudarles a ella y a su pequeño hijo (Preston Mota) a cruzar la cordillera Wasatch, poblada por bandidos, tribus hostiles o unas milicias mormonas en pleno conflicto con el gobierno estadounidense. Según Casas, el proyecto resulta atractivo por tener "la violencia primitiva del cine de Berg". También Prunera dan su aprobación al proyecto, al menos a su arranque: "Tras ver el primer capítulo, considero que la cosa promete. Me parece cruda y violenta como pocas. Muy realista". 

A finales de octubre, también Netflix estrenaba Territorial, neo-wéstern australiano con la gran Anna Torv (Fringe) como ambiciosa nuera de un patriarca ganadero en busca de heredero: ¿la versión femenina del Tom Wambsgans de Succession? Un poco eso, pero la serie tiene más en común con la franquicia Yellowstone: un rancho gigantesco (del tamaño de Bélgica, para ser precisos), enfrentamientos familiares o, como en, sobre todo, 1883, algo de terror de supervivencia, un terreno ya transitado por el director Greg McLean en su saga cinematográfica y televisiva Wolf Creek

Este mismo año llegará a esta misma plataforma Ransom Canyon, mezcla alquímica (o mejor, algorítmica) del romance de Un lugar para soñar y Dulces magnolias con el paisaje ranchero de Yellowstone. Basada en una serie de libros de Jodi Thomas, cuenta con Josh Duhamel y Minka Kelly como, respectivamente, el dueño de un rancho gigantesco y una concertista de piano en busca de otro rumbo para su vida. Y sin salir de Netflix, también se espera The abandons, la serie sobre grupos de forajidos en lidia que su creador, Kurt Sutter (Hijos de la anarquía), acabó abandonando, valga la preocupante redundancia.

Entre el trumpismo y la renovación

Según Joan Pons, este renovado interés (si es que existe) por el wéstern podría tener que ver con el auge de la causa trumpista y antiwoke"No digo que el género lo sea, pero sí que es muy fácil asociar el wéstern, desde cierta literalidad y falta de matiz, a valores tradicionales". Añade, eso sí, una nota más optimista: "Aunque, si en música Lil Nas X o Beyoncé han renovado el country desde caminos inesperados y se ha reactivado el interés por un estilo que sería su equivalente en otra disciplina, igual una resurrección del wéstern es posible". 

Puestos a pedir, igual estaría bien, dice Pons, "una serie de S. Craig Zahler tipo Bone tomahawk, o sea, con giros de fantástico o terror". A Casas le habría gustado que el gran cineasta Walter Hill siguiera en activo en el wéstern televisivo tras Deadwood, en su opinión "de los mejores wésterns, tanto en televisión como en cine, de lo que llevamos de este siglo". Según Prunera, el resurgir del wéstern en televisión debe mucho a dicho clásico de HBO, aquí disponible curiosamente en SkyShowtime. "Luego vinieron otras como Los protectores, Hatfields & McCoys, Godless, Yellowstone y sus precuelas, pero con Deadwood empezó todo. Este siglo, claro".