TRAS 'ZORRA'

Lo mejor y lo peor de las canciones del Benidorm Fest 2025: sólo dos podrían devolver la gloria a España en Eurovisión

A un mes de la final, a ciegas, analizamos los pros y los contras de las 16 propuestas: aunque todo puede cambiar en directo, las primeras impresiones cuentan. Y mucho. Sobre todo, en Europa

Lachispa, Melody, J Kbello y Daniela Blasco, entre las 16 propuesta del Benidorm Fest 2025.

Lachispa, Melody, J Kbello y Daniela Blasco, entre las 16 propuesta del Benidorm Fest 2025. / EPE

Pedro del Corral

Pedro del Corral

Madrid

A Zorra le falló la escenografía. Pues, en Eurovisión, pese a las críticas, María Bas respondió vocalmente con holgura. El paquete era casi perfecto: al hit sólo le faltó entenderse más allá de nuestras fronteras. El resultado fue desolador: un incomprensible puesto 22 dada la efusiva respuesta del público. No obstante, la canción ha dado a Nebulossa un nombre que hoy pasean, junto a un repertorio implacable, por festivales multitudinarios. Su estilo ya es marca y, frente al grupo que eran antes de participar en el Benidorm Fest, hoy pueden presumir de un éxito incontestable. Además, ojo, lograron que España escogiese la propuesta que nos hizo vibrar y no la que, a priori, encajaba mejor en el concurso. Con esta premisa, aunque luego escueza, ya saben, por los 0 points, debería elegirse al representante de 2025. Al menos, seremos auténticos.

Carla Frigo, Celine Van Heel, Chica Sobresalto, Daniela Blasco, David Afonso, DeTeresa, Henry Semler, J Kbello, K!ngdom, Kuve, Lachispa, Lucas Bun, Mawot, Mel Ömana, Melody y Sonia y Selena tiene el reto de hacer únicos sus temas sobre el escenario. Queda un mes para ello: el 1 de febrero se celebrará la final en la que ocho lucharán por el Micrófono de Bronce, el pasaporte a Basilea. A ciegas, analizamos los pros y los contras de cada opción. Es cierto que todo puede cambiar en directo, pero las primeras impresiones cuentan. Y mucho. Sobre todo, en Europa. Por el momento, tres podrían devolver la gloria a España en el certamen.

'Bésame', de Carla Frigo

Canción de usar y tirar. El gran problema de Bésame, como otras tantas, ahora veremos, es que están pensadas para el Benidorm Fest en exclusiva. Ni tiene alma ni deja huella. Que sí, que suena actual y tiene potencial. Pero, oye, el muñequeo ya hace aguas en Europa: Elena Tsagrinou (Chipre, 2021), Ronela Hajati (Albania, 2022) y Blanka (Polonia, 2023). Está bien, ¿eh? El Orgullo 2025 lo tiene asegurado. Un consejo: no la comparen con Chanel, le tocará perder.

'La casa', de Celine Van Heel

Es la joyita de la edición: La casa está repleta de matices que la vuelven única. Por un lado, la volcánica voz de Celine. Y, por otro, la elegante melodía que la envuelve. Además, ojo, la salsa es un género desconocido en Eurovisión. De hecho, sólo ha salpicado un puñado de entradas: de I Wanna (Letonia, 2002) a Zaleilah (Rumanía, 2012). El año pasado, la cumbia La noia (Italia, 2024) también enamoró a un festival que suele premiar los ritmos latinos.

'Mala feminista', de Chica Sobresalto

Ni es Ay, mamá ni Zorra. De Chica Sobresalto se esperaba el himno feminista que, cada temporada, revoluciona al público, pero se ha quedado a medias tintas: aunque es un tema de alto vuelo, le falta gancho. Así que no nos engañemos: buena, sí; competitiva, poco. Si la mandásemos a Basilea, tristemente, acabaría como Un baiser volé (Luxemburgo, 1991), In Love For A While (Suiza, 2011) y N'oubliez pas (Francia, 2015). Aún así, perfiles como el suyo dan caché a la cita.

'Uh nana', de Daniela Blasco

Si Daniela Blasco consigue levantar Uh nana en directo, sin ahogarse, afinada y jugando con los planos, lo tendrá hecho. Es la única candidatura de corte internacional de las 16, por lo que todas las miradas estarán sobre ella. Engancha al primer segundo y sorprende por instantes. No suena manida, a pesar de aunar elementos que ya han asaltado el concurso: la energía de Helena Paparizou (Grecia, 2005), la explosividad de Eleni Foureira (Chipre, 2018) y la contundencia de Chanel (España, 2023).

'Amor barato', de David Afonso

Cómo decirlo con delicadeza: Amor barato podría haberla compuesto un Marc Anthony resacoso tras lustros sin sacar un álbum relevante. En el fondo, si lo piensan, oye, es un piropazo. Sobre todo, si a David Afonso le va la mitad de bien con ella. Pasará sin pena ni gloria, siendo claros. El tufillo a triunfito de 2001 le lastrará: tiene lo peor de Dile que la quiero (España, 2001), Dime (España, 2003) y Para llenarme de ti (España, 2004). Que tampoco es baladí.

'La pena', de DeTeresa

¿Entendería un croata que España llevase una copla fusionada con el pop? Responder a esta pregunta es complicado y, por seguro, llevaría a un profundo debate que podría asaltar hasta el Congreso. Sin embargo, si echamos la vista atrás, los giros folclóricos suelen estar respaldados por el jurado y la audiencia: Dinle (Turquía, 1997), Lejla (Bosnia-Herzegovina, 2006) y Shum (Ucrania, 2021) son buenos ejemplos. Si bien ya no asombran como antes, no defraudan.

'No lo ves', de Henry Semler

Si No lo ves la hubiera abanderado Paul Harrington (Irlanda, 1994), Marco Mengoni (Italia, 2013) y Salvador Sobral (Portugal, 2017), por aquel entonces, hubiese sido un éxito. Pero es que, en el mejor de los casos, han pasado ocho años y, obviamente, aunque los clásicos no pasan de moda, hoy no hubiese corrido semejante suerte. No obstante, dados los últimos resultados de España en el certamen, pobres en la parte baja, haría un papel dignísimo. De calidad.

'V.I.P.', de J Kbello

Quizá no sea la opción más arriesgada, pero sí la única que cumple los requisitos para garantizar un buen puesto. A priori. De latido urbano y venada quinqui, V.I.P. es hija de su tiempo: actitud, sonido y discurso. A J Kbello sólo le falta ajustar el tiro para hacer de ella un disparo efectivo. Pues no hay que olvidar que, en un festival tan feroz, no vence la mejor canción, sino el paquete perfecto. Para ejemplos: Euphoria (Suecia, 2012), 1944 (Ucrania, 2016) y Zitti e buoni (Italia, 2021).

'Me gustas tú', de K!ngdom

Podría convertirse en la nueva Nochentera. ¿El verdadero premio? Ane, Iván y Jorge tienen entre manos el himno de la edición: pegadizo y desprejuiciado, reúne lo mejor de Waterloo (Suecia, 1974), Rock You (Yugoslavia, 1989) y Uno (Rusia, 2020). Dar un enfoque propio a fórmulas que ya han funcionado, aunque no les vaya a llevar a Suiza, salvo grata sorpresa, suele calar bien. La escenografía será clave para determinar su pase a la final. Aún así, deberían estar.

'Loca xti', de Kuve

Pegajosa, interesante, diferente… y repetitiva. El gran problema de Loca xti es que, pese a arrancar como un cohete y reventar con el estribillo, la atención se dispersa demasiado pronto. Conforme avanza, paradójicamente, el tecno que la impulsa se vuelve plano hasta decir basta. Una lástima ya que recuerda, salvando las distancias, claro, a las aplaudidas Don’t Break My Heart (Rumanía, 2003), Dancing Lasha Tumbai (Ucrania, 2007) y We Will Rave (Austria, 2024).

'Hartita de llorar', de Lachispa

Despierta algo a primera escucha, un punto esencial en Eurovisión. Se trata de una saeta pop con tintineos electrónicos que, si cuenta con una puesta en escena de altura, podría llevarse el Micrófono de Bronce con holgura. Hartita de llorar concentra la garra de Wild Dances (Ucrania, 2004), la vanguardia de Eaea (España, 2023) y el hipnotismo de The Code (Suiza, 2024). Una tormenta de emociones que, en la dosis justa, podría arrasar. Rosalía votaría por Lachispa.

'Te escribo en el cielo', de Lucas Bun

Habrá que ver cómo se desenvuelve Lucas Bun frente a la cámara, pero Te escribo en el cielotiene potencial para traspasar la pantalla. Es pura emoción, una cajita de sentimientos que, a diferencia de otras apuestas, más complejas en la forma y el fondo, no necesitan traducción para entenderse en el Viejo Continente. Le sentaría de fábula la intención de Johnny Logan (Irlanda, 1987), la calma de Jostein Hasselgård (Noruega, 2003) y la intimidad de Victoria (Bulgaria, 2021).

'Raggio di sole', de Mawot

Si en una batidora metemos Liberà (Italia, 1977), Bailar pegados (España, 1990) y Vukovi umiru sami (Croacia, 2005), saldría Raggio di sole. Aunque la propuesta de Mawot no es nada original, llama la atención. Al menos, entre los más clásicos. La saudade, ya saben. Si bien recuerda a tantas cosas que, de algún modo, logra robar nuestra atención, no es una elección competitiva. Carece de la personalidad que debería atribuirse a todo representante. Y, por ende, pasaría desapercibidísimo.

'I’m A Queen', de Mel Ömana

¿A que, cuando mezclas cerveza, vino y ginebra, a la mañana siguiente, el dolor de cabeza se multiplica por mil? Pues aquí también pasa: Mel Ömana ha juntado tantos géneros, desde el bolero hasta rap, que se hace bola al instante. Dista bastante de la Nathy Peluso a la que intentaba parecerse. Falta claridad y foco, los dos pilares que dilapidaron a Kraljevi Ulice (Croacia, 2008), Igranka (Montenegro, 2013) y Michael Rice (Reino Unido, 2019).

'Esa diva', de Melody

Si Melody hubiese defendido Esa diva en 2009 en vez de Amante de la luna, habría arrebatado la plaza a Soraya Arnelas. Su candidatura hubiese tenido sentido hace 15 años, hoy sólo arrastra el apoyo de quien no la vio coronándose entonces. Por ello, precisamente, no es descartable su victoria. Sin embargo, a pesar de ser un animal escénico, su tema resulta tan irrelevante como Bloody Mary (España, 2006), Hero (Suecia, 2008) y Breathe (Montenegro, 2022).

'Reinas', de Sonia y Selena

¿Merecen Sonia y Selena estar en este Benidorm Fest? Si nos ceñimos a la canción, no. Pero la nostalgia mueve millones y, en España, llevamos 24 veranos coreando Yo quiero bailar. Entonces, claro… puntito en la boca. Ahora bien, Reinas suena trasnochada y hortera, ideal para cualquier verbena. Por suerte, Eurovisión se les escapará. Menos mal, recuerden a Sophie & Magaly (Luxemburgo, 1980), Stefan Raab (Alemania, 2000) y Twin Twin (Francia, 2014).