EXPOSICIÓN

'Afal': La revista que transformó la fotografía española vuelve a brillar en Serrería Belga

El espacio cultural situado en Neptuno reúne por primera vez la colección completa de AFAL, la publicación que revolucionó la fotografía en España y la llevó a escenarios internacionales, marcando un antes y un después en el arte y la cultura de posguerra

Ejemplares de la revista Afal.

Ejemplares de la revista Afal. / Cedida

Madrid

En la España de la posguerra, donde la cultura parecía resignada a un letargo gris, nació un proyecto que cambió para siempre el destino de la fotografía española. Revista Afal, fundada por los almerienses José María Artero y Carlos Pérez Siquier, no solo reconfiguró el panorama artístico nacional, sino que, por primera vez en la historia, logró que la fotografía española tuviera representación en grandes citas internacionales. Ahora, su legado resurge en el Espacio Cultural Serrería Belga con la exposición Revista Afal: Pequeña y libre, un homenaje imprescindible que se podrá visitar hasta el 23 de febrero.

Reunir los 36 números originales de Afal es, por sí solo, un logro extraordinario. Ninguna biblioteca pública y muy pocas colecciones privadas tienen la colección completa, y la posibilidad de verlos juntos en su formato original es prácticamente un milagro cultural. "Es una experiencia especial tener la oportunidad de ver todos sus números en un solo lugar, tal como fueron concebidos, con su diseño, sus colores y ese espíritu único que los caracteriza", explica Laura Terré Alonso, historiadora de la fotografía, doctora en Bellas Artes y comisaria de la exposición.

La revista, publicada entre 1956 y 1963, tuvo una vida corta pero intensa. En sus páginas se pueden encontrar desde reflexiones sobre fotografía y cine hasta poesía o humor. Más allá del contenido, su diseño rompía con lo habitual, con una estética moderna que enfatizaba la simplicidad y la funcionalidad, algo poco visto en la España de aquellos años.

Ejemplares de la revista Afal.

Ejemplares de la revista Afal. / Cedida

Terré no solo ha dedicado una parte de su carrera profesional a rescatar el legado de Afal, sino que tiene un vínculo personal profundo con la revista: es hija de Ricard Terré, uno de los fotógrafos más representativos del grupo. Este lazo familiar la llevó a realizar su tesis doctoral sobre la revista en 1998, un trabajo que se convirtió en una referencia clave para entender el impacto de la publicación en la fotografía y la cultura española. "Afal formaba parte de mi vida desde niña. Crecí escuchando historias sobre sus fotógrafos, que para mí eran como tíos. Decidir que mi tesis tratara sobre este tema fue algo completamente natural", sostiene.

Además de la colección completa, la exposición presenta una selección de fotografías de los grandes nombres que dieron vida al grupo Afal. Entre ellas, destacan las escenas cotidianas que se transforman en extraordinarias gracias a las miradas de Joan Colom, Nicolás Muller, Gabriel Cualladó y Ramón Masats; el humor crítico de Oriol Maspons y Jesús Aguirre; retratos icónicos como el de Salvador Dalí capturado por Xavier Miserachs en 1955; o el barrio almeriense de La Chanca, inmortalizado por Carlos Pérez Siquier y Jesús de Perceval.

Carlos Pérez Siquier, 'La Chanca (2)'.

Carlos Pérez Siquier, 'La Chanca (2)'. / Cedida

El recorrido también incluye imágenes de la Semana Santa vistas a través del objetivo de Ricard Terré y Julio Ubiña, así como las estilizadas composiciones de Francisco Gómez y Alberto Schommer. Todo ello, explica Terré, "refleja cómo Afal devolvió a la fotografía española una frescura y una empatía que habían sido asfixiadas por la posguerra".

Motor de cambio cultural

La exposición no se limita a exhibir fotografías o números de la revista; también documenta cómo Afal sirvió como punto de encuentro para una generación de jóvenes fotógrafos que buscaban algo más. En un país donde la falta de recursos y oportunidades era la norma, la revista conectó talentos de toda España, generando una red creativa que trascendió el ámbito local. "El contexto cultural español era muy pobre en ese momento", señala Terré. "Pero la pasión movía montañas. Afal permitió que unos chavales de entre 17 y 30 años, sin recursos ni reconocimiento, encontraran una plataforma para conectar, para crear".

Una vista de la exposición en Serrería Belga.

Una vista de la exposición en Serrería Belga. / Cedida

Gracias a su audacia y espíritu innovador, la revista consiguió algo inaudito: que la fotografía española tuviera representación en grandes escenarios internacionales. Los trabajos que pasaron por sus páginas se pudieron ver en el MoMA de Nueva York, la Bienal de Charleroi y otras citas de prestigio. Esta proyección marcó un antes y un después para muchos de nuestros fotógrafos más destacados.

A pesar de sus logros, Afal sufrió el destino de muchas obras adelantadas a su tiempo: el olvido. Tras alcanzar hitos internacionales, la revista quedó relegada a los márgenes, ignorada durante décadas por los manuales de historia de la fotografía en España. "En su momento, la revista no tuvo un gran impacto para el público general, pero fue crucial para jóvenes creadores que querían sacar adelante un proyecto personal alrededor de la fotografía y el cine", explica Terré. "Desde la periferia almeriense, lograron que fotógrafos sin recursos tuvieran una plataforma para mostrar su trabajo y conectar con el mundo".

Fotografía de Paco Gómez que forma parte de la exposición.

Fotografía de Paco Gómez que forma parte de la exposición. / Archivo Paco Gomez - Fundación Foto Colectania

Hoy, gracias a la labor de rescate de historiadores como Terré, Afal vuelve a ocupar el lugar que merece en la historia cultural española. La exposición en Serrería Belga, con un enfoque muy divulgativo. Más allá de las fotografías y los números de la revista, los visitantes pueden explorar materiales documentales como cartas, bocetos y artículos originales que contextualizan la actividad del grupo. "Queríamos algo atractivo y claro, para que la experiencia fuese enriquecedora tanto para expertos como para quienes se acercan a la fotografía por primera vez", dice la comisaria. Una muestra imprescindible para quienes deseen descubrir, o redescubrir, una de las publicaciones más influyentes de nuestro patrimonio cultural.