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Por qué 'Luz de luna' está de moda 39 años después de catapultar a Bruce Willis: la agencia de detectives reabre en España
La serie llega a Filmin tras una negociación con Disney que ha durado un año, más o menos el tiempo que ha pasado desde que la multinacional anunció que estaría disponible en su plataforma Hulu, a la que no se puede acceder desde España

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En medio de una vorágine de malas noticias, la plataforma de streaming Filmin anunció una incorporación a su catálogo que se sintió como un ligero abrazo. El 24 de diciembre sus suscriptores podrán acceder a todos los capítulos de Luz de luna, una de las series icónicas de los años 80. Un cóctel de comedia, drama, misterio y tensión sexual no resuelta en la pequeña pantalla perfecto para escaparse un rato de una realidad poco amable o de una cena de Nochebuena con tiranteces como plato principal del menú. La visión de Cybill Shepherd y Bruce Willis manteniendo diálogos vertiginosos y miradas fogosas es un método infalible para provocar sonrisas y calmar los ánimos, aunque sea un poco.
Luz de luna llega a Filmin tras una negociación con Disney que ha durado un año, más o menos el tiempo que ha pasado desde que la multinacional anunció que la serie estaría disponible en su plataforma Hulu, a la que no se puede acceder desde España. “En Mipcom [Mercado Internacional de Programas de Comunicaciones, una feria de se celebra en Cannes] 2023 nos presentaron los primeros episodios remasterizados, un trabajo impecable que devuelve el brillo a una serie única; desde entonces intentamos llegar a un acuerdo con la multinacional”, explica Jaume Ripoll, cofundador y director editorial de Filmin. “Son negociaciones complejas que se han resuelto satisfactoriamente con el estreno de 60 clásicos y la serie en exclusiva”.
La plataforma catalana se ha apuntado un nuevo punto en la competición por la recuperación de producciones clásicas, como hizo con Doctor en Alaska en febrero de 2023. La nostalgia funciona bien en el streaming, pero las plataformas no siempre lo tienen fácil para conseguir sus derechos por factores como el copyright de los temas musicales, que elevan mucho su precio. De ahí que el público eche en falta algunos clásicos como el protagonizado por Shepherd y Willis. “Era un título recurrente en la petición de los usuarios, uno al nivel de Cheers, Twin Peaks, Homicidio, Remington Steele o, en su momento, Doctor en Alaska”, sostiene Ripoll, que también asegura que siempre intentan atender a esas solicitudes en la medida de lo posible.

Carátula de 'Luz de luna', con Cybill Shepherd y Bruce Willis. / ARCHIVO
Diálogos frenéticos y bofetadas
En marzo de 1985, la cadena estadounidense ABC corrió el riesgo de estrenar una nueva serie de detectives en un mercado saturado de producciones de dicho género. Sin embargo, Luz de luna (su título en inglés es Moonlighting, que significa pluriempleado) no era como sus competidoras. Tal y como escribió John J. O'Connor en The New York Times cuando llegó a las pantallas: “Creada por Glenn Gordon Caron, es realmente algo especial. Por un lado, tiene el coraje del disparate poco convencional. Por otro, tiene la química irresistible que generan las dos estrellas”.
La trama, que queda clara desde su piloto de hora y media de duración, está protagonizada por Maddie Hayes (Cybill Shepherd), una exmodelo que ha perdido la fortuna que había ganado con su trabajo tras el desfalco de su contable. Solo le quedan tres empresas ruinosas en las que había invertido para rebajar el pago de impuestos, entre ellas una agencia de detectives capitaneada por David Addison (Bruce Willis), un investigador encantado de conocerse. Se ven por primera vez cuando ella acude a sus oficinas para comunicarle su intención de cerrar la compañía, una interacción momentánea que incluye una bofetada y la primera muestra de tensión sexual entre ellos. Una serie de acontecimientos fortuitos los involucra en un caso que se ven obligados a resolver y que supone el renacer de la agencia, que lleva el nombre del champú que había publicitado con gran éxito la modelo.
Glenn Gordon Caron convenció a la cadena que le encargó escribir y dirigir una serie sobre detectives para que le dejasen dar rienda suelta a su creatividad. Gracias a esa libertad, consiguió dar forma a un producto con el carisma de las comedias alocadas del Hollywood de los años 30 y 40 (las famosas screwball comedies) combinado con elementos novedosos para aquella época como la ruptura de la cuarta pared o referencias a la cultura popular poco vistas en otras ficciones del estilo. “Restaura el brillo del cine clásico de Hollywood; los diálogos ingeniosos, la habilidad para sorprender en las tramas, el ritmo cómico de las mejores slapstick o la tensión romántica del cine de Hawks”, afirma Ripoll.

Fotograma de 'Luz de luna'. / ARCHIVO
Algunos de sus capítulos han pasado a la historia de televisión. Por ejemplo, “The Dream Sequence Always Rings Twice (4º episodio de la 2ª temporada) en el que aparece Orson Welles”, señala el responsable de Filmin. En dicha entrega, los detectives deben descifrar un crimen que sucedió en los años 40 y cada uno sueña con el caso desde diferentes puntos de vista. Esas imágenes aparecen en blanco y negro por lo que Welles, con su característico tono de voz, advierte a los espectadores de que no se trata de un fallo en su televisor, sino que está hecho a propósito.
Protagonistas en apuros
Para el personaje de la protagonista, Gordon Caron no tardó en pensar en Cybill Shepherd, también exmodelo y actriz en horas bajas pero que tenía el carisma suficiente como para sacar adelante un papel que no era para cualquiera. El de su compañero, sin embargo, no estaba tan claro hasta que apareció Bruce Willis, que desbancó a más de mil aspirantes pese a ser un desconocido con piercings en las orejas y la cabeza rapada. Hay diferentes versiones acerca de si fue Shepherd o Caron quién lo escogió, pero la actriz declaró en una entrevista de 2005 en Entertainment Weekly que: “Tuvimos algo real. Hice lecturas en la cadena con unos 17 hombres diferentes. Y no sentí ninguna chispa con ellos. Pero con Bruce, la temperatura de la habitación subió 20 grados. Para mí, al menos”.
Sin embargo, ni la química ni las buenas ideas fueron suficientes para evitar que la serie terminase a las cinco temporadas después de un declive progresivo. La mala relación entre los protagonistas fue uno de los motivos –“Habíamos llegado al punto en que simplemente nos odiábamos”, recordó Shepherd en la mencionada entrevista– pero no el único. Las jornadas de rodaje eran interminables (en muchas ocasiones no llegaban a tiempo y la cadena tenía que emitir episodios repetidos), lo que no ayudaba a mantener el ánimo del equipo y cuando la actriz se quedó embarazada de gemelos, la cosa fue a peor.
Además, según escribió el crítico de cine Donald Liebenson en Vanity Fair, resolver la tensión sexual entre los protagonistas –metiéndose en la cama, claro– hizo que el público perdiese el interés. “La ruptura de la tensión sexual marcó realmente el principio del fin. El embarazo de Shepherd también hizo que se grabaran episodios con los protagonistas por separado”, apuntó Liebenson. “La serie empezó a tambalearse y acabó emitiendo su último capítulo el 14 de mayo de 1989. Fue el origen de la llamada Maldición de Luz de luna, que desaconseja la unión prematura de dos personajes que se atraen románticamente”.

Shepherd y Willis, en 'Luz de luna'. / ARCHIVO
Para Ripoll esas curiosidades del entramado de las producciones no interfieren en su disfrute. “A los diez minutos de ver la serie ya he olvidado cuál era, o decían que era, la relación entre los dos protagonistas que, no olvidemos, es algo habitual en el cine y las series”, declara. “Adoro Buffy, The Good Wife o The West Wing y son conocidas las tensiones en el set de sus actores. Al final, eso se queda entre quienes lo sufrieron (técnicos y equipo creativo)”, expone.
Por su mala relación, hay capítulos en los que Willis y Shepherd ni siquiera aparecen. El guión dio protagonismo a personajes secundarios como la secretaria Agnes DiPesto (Allyce Beasley) y el detective sin demasiada experiencia Herbert Viola (Curtis Armstrong), pero no era a ellos a quienes querían ver los espectadores. En 1988, Gordon Caron amenazó a la cadena con irse si no echaban a Shepherd, pero el órdago le salió rana y el que se tuvo que ir fue él. Ese fue el clavo que cerró la tapa del ataúd de la serie que, aún así, resistió un año más. El último episodio es un trabajo de metatelevisión en el que los protagonistas se enteran de que van a cancelar la serie y huyen del plató para evitar su desaparición aunque no consiguen salvarse.
Y después…
La carrera de Bruce Willis en el cine ya había tomado impulso gracias a su papel como protagonista de Jungla de cristal (John McTiernan, 1988) pero a Shepherd le costó un poco más recuperarse pese a los Globos de Oro y las nominaciones a los premios Emmy que había obtenido. En 1995 protagonizó Cybill, una serie escrita por el omnipresente Chuck Lorre para la CBS, basada en su propia vida como actriz entrada en la cuarentena y madre de dos hijas. Junto a ella estaba la divertidísima Christine Baranski y alcanzaron un gran éxito pero el programa se canceló repentinamente en 1998, después de cuatro temporadas.
La intérprete denunció que la decisión se debía a su rechazo a mantener relaciones sexuales con Les Moonves, presidente de la cadena en aquel momento. Cómo no, su testimonio suscitó dudas pero el tiempo le dio la razón en 2018, cuando el ejecutivo dimitió de su cargo después de que saliesen más de diez casos de acoso sexual en su contra.
¿Cómo ha envejecido Luz de luna? No todas las ficciones resisten al paso de los años y, en algunos casos, los diálogos o las historias chirrían tanto que para muchas personas resulta imposible verlas. Ripoll opina que es necesario no perder de vista el momento en el que se creó para disfrutarla. “Es innegable que en temas de género, de dinámicas de poder, de feminismo y de diversidad algunos diálogos y situaciones pueden chocar al espectador de 2024, pero hay que entender toda obra en su contexto”, mantiene. Pese a todo, está convencido de que los usuarios se llevarán una alegría: “Sucedió con Doctor en Alaska o Las chicas de oro, que la gente solo tenía un vago recuerdo y ahora se han sorprendido con lo mucho que les gustan. Estoy absolutamente convencido de que gustará mucho”.
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