ENTREVISTA

Beatriz Serrano, finalista del Planeta: "Hay que ser cautos con las redes sociales, no sabemos cómo nos afectará en el futuro"

La periodista cautivó al jurado con 'Fuego en la garganta', su segunda novela tras debutar hace un año con 'El descontento'

La periodista madrileña Beatriz Serrano, finalista del Premio Planeta, este miércoles en Barcelona.

La periodista madrileña Beatriz Serrano, finalista del Premio Planeta, este miércoles en Barcelona. / EFE

¿Una superviviente? ¿Una víctima? Un poco de ambas cosas es Blanca, la joven protagonista de 'Fuego en la garganta', la segunda novela de la periodista madrileña de 35 años Beatriz Serrano, con la que se alzó la noche del martes en finalista del Premio Planeta. "Fue abandonada por su madre cuando era una niña en un barrio de València con mucha violencia machista y alcoholismo. Es una superviviente, sí, pero también una persona incapaz de comprenderse a sí misma y a la vez incomprendida por los demás", cuenta aún digiriendo el éxito.  

Pero a esta ficción realista, en la que "la salud mental, y los estigmas que comporta, es una pieza fundamental", Serrano, que se apresura a decir que no cree en los milagros, le otorga a su personaje un poder sobrenatural que descubre cuando una niña del colegio se ríe de su situación familiar. "Le dice que su madre era un putón y que estaba loca y su respuesta es emocional y física: la coge de la coleta y le dice ‘ojalá te mueras’. Y esa niña no acaba el curso… La mata, pero sin querer". "Si yo tuviera su poder lo usaría para ayudar a gente enferma, porque, como recordaba Spiderman, ‘un gran poder conlleva una responsabilidad’", asegura la presentadora del pódcast Arsénico Caviar, por el que ganó un Ondas. 

"Estuve en Fátima y vi cómo ese pueblo creció una barbaridad en torno a tres niños que dijeron haber visto a la Virgen en una cueva. Había creyentes y gente con fe, de la que yo carezco, pero también mucha gente desesperada, enferma o con familiares enfermos, a la que la ciencia les había fallado y abrazaban aquello a la desesperada. La parte mercantil de Fátima no se diferenciaba de la de los conciertos de Taylor Swift", lamenta la autora, que hace un año publicaba su ópera prima, ‘El descontento’, una sátira sobre el mundo laboral protagonizada por una treintañera desencantada.

Adolescencia gótica

A diferencia de la protagonista de 'Fuego en la garganta', Serrano no tuvo una adolescencia gótica sino "más popera". "Me gustaba su transformación, también física, de niña buena a joven atraída por lo gótico, lo negro y la música de Marilyn Manson o Joy Division. Era muy de los años 2000, identificarse con tribus urbanas a través de la música, con unos gustos que te diferenciaban de la gente ‘normal’". 

Chats y foros de internet

Eso lleva a Blanca a buscar su propia identidad en foros de internet en una época previa al ‘boom’ de las redes sociales. "No había Facebook ni Youtube, solo existía internet, te conectabas y entrabas en chats con gente a la que le gustaban las mismas cosas que a ti -cuenta-. Guardo cierta nostalgia de aquella época, que me parecía más humana, porque eras tú quien salía a buscar las cosas y conectabas con comunidades de gente en otras ciudades. Eran relaciones más íntimas que las de hoy en las redes sociales. Era un internet más hacia adentro, sin red pública, aunque había también el peligro de gente que se hacía pasar por quien no era amparada por los ‘nicknames’".  

Sin embargo, la periodista no "demoniza" las redes. "Tienen partes muy positivas, pero debemos hacer un uso más consciente de ellas, saber cuándo parar, contrastar las informaciones y ponernos límites. No sabemos cómo nos afectará en el futuro. Se habla de déficit de atención. Debemos ser cautos. Por algo los de Silicon Valley, que son los artífices de esto, prohíben a sus hijos usar pantallas".  

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