TELEVISIÓN

¿Está David Broncano impulsando a Pedro Sánchez con 'La Revuelta'? Los expertos analizan sus gestos y discursos

Su fichaje por RTVE trajo consigo numerosas teorías conspirativas que, un mes después de su estreno, examinamos para ver si tenían fundamento

El fichaje de David Broncano por RTVE ha traído consigo numerosas teorías conspirativas sobre su relación con Moncloa.

El fichaje de David Broncano por RTVE ha traído consigo numerosas teorías conspirativas sobre su relación con Moncloa. / EPE

Pedro del Corral

Pedro del Corral

Madrid

Atento a la frase: "Me avergüenzo de ser español". Y a ésta: "¿Tú te crees que Pedro Sánchez iba a mantener un Gobierno de malabares si no fuera por su carita?". Una se dijo en La Revuelta y otra en El Hormiguero. ¿Apuestas? El fichaje de David Broncano por RTVE ha traído consigo numerosas teorías conspirativas sobre su relación con Moncloa: que si Pedro Sánchez le ha reclutado para catalizar su ideario, que si Pedro Sánchez lo ha contratado para frenar a Pablo Motos, que si Pedro Sánchez le paga 14 millones para influir en los jóvenes… Al principio, venían acompañadas de una risilla bravucona. Ya saben, el cachondeíto. Hoy, en cambio, cuando La Revuelta ha liderado el 70% de las emisiones, su rictus recuerda a Albert Rivera. ¿Lo escuchan? Es el silencio. Un mes después de su estreno, toca analizar si aquellos chascarrillos tenían la más mínima consistencia.

“El discurso político de La Revuelta es superficial. No hay reflexión ni debate, sino menciones puntuales a ciertos personajes. Ahora bien, hay referencias que inciden en esta cuestión, como el perfil de los entrevistados. En cambio, en El Hormiguero, se producen ataques directos al Gobierno de España. Sobre todo, en la tertulia final. Cierran el programa con ella porque saben que la impronta será significativa para el público”, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Elisa Brey, profesora de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

Dafne Fernández y Marta Aledo, en 'La Revuelta'.

Dafne Fernández y Marta Aledo, en 'La Revuelta'. / RTVE

Para llegar a tal conclusión ha analizado la actitud, el discurso y la escenografía de Broncano y Motos en distintos episodios, en busca de elementos que les asocie a una ideología determinada. “El fin principal de La Revuelta es la diversión del espectador. Tanto es así que parece un popurrí de bromas y anécdotas. No obstante, hay elementos culturales con una fuerte dimensión política que serán interpretados en función del sesgo de cada persona. Es el caso, por ejemplo, de hablar catalán o mostrar una bandera gitana”, continúa Brey, que subraya el marcado carácter masculino del espacio. Precisamente, la escasez de mujeres es uno de los cambios que ya está exigiendo RTVE a las productoras. Una circunstancia que se repite en El Hormiguero.

“Mientras que Broncano suele estar rodeado de su equipo, Motos es más individualista. A su vez, el primero tiene un liderazgo más abierto, colectivo, democrático y horizontal, que contrasta con el estilo jerárquico del segundo. El ritmo de El Hormiguero suele ser más calmado que el de La Revuelta, dedicando más minutos a la entrevista, también más pautada y personalista”, asegura Brey. Su principal conclusión es que la política ocupa un lugar relevante en el formato de Antena 3, al contrario del de RTVE, donde su abordaje es indirecto. “Entran de lleno en ella, con una postura clara contra Pedro Sánchez”, añade. Sirva de ejemplo el siguiente extracto: “Hoy se ha filtrado el vídeo del presidente ante el juez, ¿aporta algo? La imagen es potente, Moncloa ha expresado su indignación […]. Aquí sólo puede filtrar el Gobierno”.

De Pablo Iglesias a Mariano Rajoy

Sobre la batalla ideológica de Broncano y Motos se ha pronunciado el escritor Daniel Bernabé en X, haciendo hincapié en el poder de la comunicación: “En nuestros días ésta ya no parece una herramienta esencial de la política, sino la política en sí misma. La política transformadora no se hace con el mando a distancia. Esto no va de tomar posición eligiendo un menú de contenidos y votando cada cuatro año en función de los gustos de las estrellas. Se requieren calles llenas, huelgas y organización permanente. Que cada individuo asuma su parte, tome conciencia de los intereses de clase y actúe en consecuencia”.

Pablo Iglesias, durante su visita a 'El Hormiguero'.

Pablo Iglesias, durante su visita a 'El Hormiguero'. / ATRESMEDIA

Por su parte, Pablo Pichel, director de la consultora Estrategos y experto en oratoria, asegura que la estructura de ambos formatos está diseñada para dejar un poso político: primero, con los diálogos; y segundo, con los presentadores. “Los tiempos muertos son interesantes para dejar caer algún posicionamiento”, afirma. De hecho, como en Estados Unidos, no es extraño ver en sus platós a políticos de cualquier ideología. Por El Hormiguero, que lleva 18 años emitiéndose, han pasado Pedro Sánchez, Soraya Sáenz de Santamaría, Felipe González, Isabel Díaz Ayuso, Mariano Rajoy, Pablo Iglesias… “Acuden porque saben que hay una franja de voto que les interesa y así pueden dejar su mensaje”, apostilla.

¿Apoya Pablo Motos al PP?

Ambos espacios no están luchando por robarse seguidores ni invitados. De ahí que, justamente, El Hormiguero casi no se haya visto afectado con la llegada de La Revuelta. El programa de Motos se lanzó el 24 de septiembre de 2006 en Cuatro, donde permaneció hasta 2011, cuando Antena 3 adquirió los derechos. En total, lleva 19 cursos reinando de lunes a jueves gracias a personajes de alto voltaje como Will Smith, Paulina Rubio, Hugh Jackman, Elsa Pataky e Isabel Pantoja, que le dio su pico con 4.783.000 telespectadores. Por su parte, el de Broncano ha sobrevivido en la trastienda de Movistar Plus+, donde apenas superaba los 50.000. Su popularidad, entonces, se fraguó a través de las redes sociales. Sin embargo, ¿cómo influye la figura del presentador?

“Broncano lleva el programa de una manera desenfadada, incluso chulesca. Pese a ello, jamás ha hecho un comentario político. Sólo una broma al principio. Eso no quiere decir que no sea una herramienta al servicio de Moncloa. Por el momento, no la han utilizado, pero, en periodo electoral, por ejemplo, lo podrían hacer. En otros países ha funcionado: no hay nada que se absorba con mayor facilidad que las bromas que tienen un poso de verdad”, puntualiza Pichel. En el extremo contrario está Motos: “No creo que sea un ariete del Partido Popular. Simplemente, se ha posicionado contra el Gobierno”. Dos estrategias alejadas que, aunque diferentes, comparten un objetivo común: influir. En la medida que sea.