KBr Fundación Mapfre

Una muestra de 240 fotografías recorre toda la trayectoria de Cartier-Bresson, 'el ojo del siglo XX', en Barcelona

El fotógrafo francés documentó con su Leica episodios históricos de la centuria pasada y retrató a no pocas de sus celebridades, pero también elevó la fotografía callejera con una técnica, un sentido artístico y una filosofía fuera de serie

Nápoles, Italia, 1960. Nápoles, Italia, 1960.Henri Cartier-Bresson

Nápoles, Italia, 1960. Nápoles, Italia, 1960.Henri Cartier-Bresson / Henri Cartier-Bresson

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

El longevo Henri Cartier-Bresson (Chanteloup-en-Brie, 1908-Montjustin, 2004) no fue llamado 'el ojo del siglo XX' porque sí. Con su cámara, una Leica compacta de 35 milímetros, documentó episodios históricos de la centuria pasada (por ejemplo, la Guerra Civil española, aunque en esa ocasión con una máquina de filmar; la liberación de Francia, el funeral de Gandhi en India, el ascenso al poder de Mao Tse-Tung en China, la crisis de los misiles en Cuba) y retrató a no pocas de sus celebridades (de Cocó Chanel a Truman Capote, de Simone de Beauvoir a Alberto Giacometti, de Colette al Che Guevara). A la vez, elevó la fotografía callejera con una técnica, un sentido artístico y una filosofía (la captura del 'instante decisivo') fuera de serie. Quizá sean sus imágenes de la cotidianidad de las personas más relevantes que las de grandes acontecimientos y personajes. No sabemos si ese hombre congelado en el aire consiguió su objetivo de cruzar un charco parisino sin mojarse los pies (diríamos que no); sí sabemos que la instantánea cruzará eones.

La muestra 'Watch! Watch! Watch!', en KBr Fundación Mapfre, de Barcelona, desde este viernes y hasta el 26 de enero de 2025, recorre toda la trayectoria de Cartier-Bresson, también la influencia inicial del surrealismo y de la corriente fotográfica nueva visión, a través de 240 fotografías divididas en diez apartados cronológicos al tiempo que temáticos. Todas ellas son copias originales de plata en gelatina: el cofundador en 1947 de la agencia Magnum junto con Robert Capa, David Seymour, George Rodger, Bill Vandivert, Maria Eisner y Rita Vandivert prohibió que se hicieran copias de sus imágenes tras su muerte. La exposición es una coproducción de la Fundación Mapfre y el Bucerius Kunst Forum en colaboración con la Fondation Henri Cartier-Bresson. El título de la panorámica sale de una frase de Cartier-Bresson, explicó Ulrich Pohlman, su comisario, en la presentación, este miércoles. "Soy un hombre visual. Observo, observo, observo ['I watch, watch, watch']. Entiendo las cosas a través de los ojos", dijo en una ocasión el artista y reportero.

Pohlman, que estuvo meses investigando en la Fondation Cartier-Bresson, se preguntó con qué debemos quedarnos de un "fotógrafo de fotógrafos" que ha tenido una influencia tremenda en generaciones posteriores y cuya obra es archiconocida y ha sido analizada del derecho y del revés, con el acento puesto en que supone un paradigma de la "combinación de forma y contenido". De un astro de la fotografía, en suma. El comisario subrayó tres aspectos: su condición de "fotógrafo activista", por mucho que a partir de cierto momento relegara a un segundo plano su ideología marxista para que no se mercantilizara; su "deseo de ver el mundo", y su estricto concepto de la autoría, una forma de poner en valor la "autenticidad de su mirada". Aunque a menudo trabajara por encargo, Cartier Bresson vetaba cualquier tipo de edición de sus imágenes.

Intención antropológica

'Watch! Watch! Watch!' está dividida en las secciones 'Nueva visión y surrealismo. En busca del azar objetivo'; 'Horas oscuras, instantes luminosos. Primeros reportajes políticos y testimonios de la guerra'; 'India y China. Sociedades en transición'; 'Comunismo y humanismo. En tiempos de guerra fría'; 'America in passing. La América en blanco y negro de Henri Cartier-Bresson'; 'Hombre y máquina. Fotografías de trabajo industrial'; 'Rituales de poder. Manifestaciones'; 'Mundos urbanos. Fotografías callejeras'; 'Retratos. Humanismo en el arte de disparar fotos', y 'Reportajes de viaje'.

A medida que fue avanzando su carrera, se fue acentuando en Cartier-Bresson una intención "antropológica en el registro de la vida cotidiana", tarea a la que se aplicaba con "una sinceridad y una honestidad remarcables", señaló Pohlman. Incluso en las fotografías de masas, su punto de interés eran "los individuos, no la multitud". Véanse al respecto las sensacionales series de la coronación de Jorge VI y de las honras fúnebres de Gandhi. Fueron precisamente las imágenes de la incineración de Gandhi, así como las que había tomado del 'mahatma' poco antes de ser asesinado, las que le convirtieron en una estrella planetaria. Como responsable en Magnum del este asiático también documentó con detalle la caída del régimen del Kuomintang y el ascenso de Mao Tse-Tung, de nuevo con las personas en el centro.

Cartier-Bresson fue el primer fotógrafo extranjero que obtuvo autorización para moverse libremente por la Unión Soviética tras la muerte de Stalin, cosa que hizo durante dos meses de 1954. El interés internacional por sus fotografías fue enorme, no en balde la URSS era un misterio para Occidente, cuando no un demonio, y la revista 'Life' pagó 40.000 dólares por un fotorreportaje, una cantidad entonces astronómica.

Díptico enfrentado

De cada apartado de 'Watch! Watch! Watch!' podría escribirse un artículo. De hecho, el catálogo de la muestra incluye un artículo sobre cada apartado. Pohlman llamó la atención sobre uno que se desdobla para formar una especie de díptico enfrentado. Se trata de 'Hombre y máquina', que muestra la relación en el trabajo entre uno y otra, no desde un punto de vista crítico con las condiciones laborales sino buscando la "fusión surreal" entre ambos. Es un Cartier-Bresson inquietantemente juguetón. Como contraste, el subapartado 'Rituales del placer' está dedicado al ocio. Aqui está el Cartier-Bresson "con sentido del humor y más empático", según el comisario. Las imágenes captadas en 1962 en Blackpool, destino favorito de la clase trabajadora británica, son una delicia. Es una lástima que el fotógrafo no estuviera allí una década más tarde, cuando el Blackpool Mecca se convirtió en uno de los clubs clave de la escena Northern soul.

Flama

KBr Fundación Mapfre también presentó la cuarta exposición de su proyecto anual Flama, dedicado a apoyar el talento fotográfico joven en colaboración con las instituciones Idep Barcelona, IEFC, Elisava, Facultad de Diseño e Ingeniería de Barcelona y Serra i Abella. La iniciativa presenta los trabajos de Laura Aranda Lavado (Granollers, 1994), Estefanía Bedmar (Cerdanyola del Vallès, 1989), Malu Reigal (Murcia, 1992) y Alain Rojas Pastor (Esplugues de Llobregat). Hasta el 26 de enero del año que viene, también.