ARTISTA EMERGENTE

El éxito del 'rap absurdo': cómo Teo Lucadamo se coló en la fiesta de la música moderna

El cantante, hijo de la actriz Aitana Sánchez-Gijón, tiene casi todo vendido para su concierto de este viernes en la sala But de Madrid, dentro del festival Mazo

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Teo Lucadamo, en una imagen publicada en su instagram.

Teo Lucadamo, en una imagen publicada en su instagram. / @teolucadamnson

Madrid

“El otro día me hice amigo de un metrónomo. Y fuimos a dar un paseo por el centro, ¿no? Él me dijo que su sueño, en verdad, era ser cardiólogo. Pero pa' ser cardiólogo hay que tener corazón”, pronuncia Teo Lucadamo en una de las estrofas de su mayor éxito. Este sueño frustrado de un objeto es la surrealista historia que cuenta en una de sus canciones más conocidas, Ritmo, que ha surcado TikTok y con la que ha recolectado a miles de oyentes. En el árbol genealógico de este artista de 23 años destaca un nombre: el de su madre, la actriz Aitana Sánchez Gijón. Pero, ¿quién es este joven rapero que está poco a poco creciendo y que ya ha llenado varias salas de conciertos españolas?

Nacido en 2001 en Beniarbeig, Alicante, tiene formación en teatro y en producción musical. No es de extrañar que haya tenido este tipo de inquietudes porque, además de la profesión de su madre, en su casa abundan otros artistas. Su padre es el escultor y pintor argentino ‘Papín’ Luccadane, cuyo apellido ha versionado para su presentación musical en sociedad. Su hermana, Bruna, tres años menor, también actúa y compone y está iniciando su propia carrera como cantante. Teo, que siempre ha agradecido el apoyo que le han brindado sus padres, prefiere volar con sus propias alas. 

Estar ocioso puede convertirse en un potente motor de creatividad y eso fue precisamente lo que experimentó Teo Lucadamo cuando compuso el tema Socorro, me aburro junto a su amigo el productor madrileño Roy Borland. ¿La inspiración? Una “barra” escuchada en una batalla de rap creada por el freestyler Minus CSQ: "Nos pareció tan sumamente bueno que tuvimos que hacer un tema en torno a ello. Semanas después, contactamos con Minus y obtuvimos el permiso para utilizar sus frases”, explican los dos autores de la canción en la descripción de YouTube del videoclip. En la ficción, rodada en varios parques de Madrid, sus alter egos son dos policías que -quizás, metafóricamente- confiscan turrón a los chavales en las calles. En planos intercalados, un padre de familia, que tiene que combatir los efectos del azúcar del turrón en los dientes de sus hijos, está encarnado por el mismísimo Imanol Arias. El hijo en la vida real del actor de Cuéntame y de Pastora Vega, Daniel Arias, está en el grupo de amigos de Teo y han grabado juntos el corto Dime. También en su pandilla está la joven promesa de la música Dora Postigo (hija de Bimba Bosé), con quien ha colaborado en la canción Call my name.

La risa como lenguaje 

En los versos de las canciones de Teo Lucadamo no abunda la poesía, pero esa es precisamente la gracia: contar lo cotidiano, utilizar juegos de palabras y la jerga callejera y rozar el absurdo, provocando la risa en el oyente. A veces, también el desconcierto. Las letras parecen haber sido escritas de resaca, con un teclado, varios instrumentos, una mesa de mezclas, puede que con un café o una cerveza en la mano. Quizá algún oyente lo imagina componiendo tirado en una cama mirando al techo, pero en realidad se trata de un trabajo muy cuidado hasta el último detalle para plasmar ese aspecto desenfadado. 

Por otra parte, el humor es parte de su seña de identidad. Incluso en canciones como Luisa, dedicada a un amor platónico, como ya confesó en una entrevista al medio Crazy Minds donde los oyentes encuentran una versión de Teo Lucadamo un poco más íntima, el videoclip tampoco refleja seriedad. El alicantino deshace cualquier posible melancolía con oníricas escenas: él mismo nadando en el mar, acompañado por otro joven y por un hombre de canosa y larga barba, ataviados con gafas de submarinismo, rodeados de burbujas.

Al alicantino le gusta juguetear con los géneros: sus temas suenan a hip hop, a electrónica, a hyperpop, a trap, a jazz. Lo importante es que sea bailable, cantable y disfrutable. Pertenece a una generación de artistas jóvenes que son difíciles de catalogar según las etiquetas más tradicionales. Beben de todas partes y regurgitan fusiones. Rusowsky, Ralphie Choo, L'haine, John Pollõn, Ben Yart, Bb trickz, mori, Oddliquor o Judeline son otros nombres que resuenan en este segmento inclasificable del panorama musical actual. Y, por supuesto, sus dos grandes amigos productores, Roy Borland y TRISTAN!, con quienes colabora a menudo. 

Con sus estrategias publicitarias basadas en memes, chistes y contenido viral -además de su repertorio en sí- ha convencido a cerca de 1.000 espectadores que han apostado por comprarle una entrada para verle en directo en la sala But de Madrid el 27 de septiembre, su tercer bolo en la capital en este año, después de haber congregado a más público este verano en Bilbao, Valencia, Murcia, el Puerto de Santamaría (Cádiz) o Vilanova y Geltrú (Barcelona). Uno de los reclamos del concierto de este viernes es que acudirá con una banda que le apoyará sobre el escenario para ofrecer una versión más especial de sus temas, diferente a la disponible en las plataformas musicales. 

De momento, llena salas de tamaño mediano, pero es muy posible que este joven desvergonzado, divertido y que afronta las críticas con su mejor cara abarque cada vez más audiencia. Por ahora, puede presumir de tener 80.000 fieles personas escuchando mensualmente en Spotify sus mixtapes, sus dos EP y su álbum de estudio. El universo de Teo Lucadamo es simple y a la vez complejo. Oyentes curiosos y con sentido del humor: bienvenidos, pasen y siéntense a escuchar.