ENTREVISTA

Luis Ybarra, director de la Bienal de Flamenco de Sevilla: "Me importa poco que se genere ruido mediático, entiendo que va con el cargo"

Reclama un espacio escénico propio y un equipo permanente para poder desarrollar el festival, cuya edición número 23 se celebra en la capital andaluza entre el 11 de septiembre y el 5 de octubre bajo el lema 'Olé de nuevo'

Luis Ybarra, director de la Bienal de Flamenco de Sevilla, durante la presentación del festival en FITUR.

Luis Ybarra, director de la Bienal de Flamenco de Sevilla, durante la presentación del festival en FITUR. / Bienal de Flamenco de Sevilla

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

Apenas queda un mes para la cita más importante del flamenco con los escenarios que ocurre cada dos años. La Bienal de Flamenco de Sevilla, el mayor escaparate del arte jondo por ser la cita que mayor número de espectáculos, estrenos y público concentra celebra su XXIII edición entre el 11 de septiembre y el 5 de octubre. En esta edición, además, estrena director, Luis Ybarra (Sevilla, 1996), hijo del que fuera director del ABC de Sevilla durante 22 años Álvaro Ybarra Pacheco. El estreno es doble, porque este periodista formado en la Universidad Loyola de Sevilla, aunque ha desempeñado otras tareas menores, vive en esta Bienal su primera experiencia al frente de un proyecto de gran envergadura.

De carácter afable y tranquilo, como cronista del flamenco sus textos transpiran respeto y escucha. Los mismos que dice sentir por sus antecesores en el cargo. En la conversación con este periódico, que tiene lugar una mañana de agosto por videoconferencia, mantiene un tono optimista y sereno, también en relación con las carencias o necesidades de un festival demasiado vinculado con el poder de quien dirige el Ayuntamiento de la ciudad, con criterio cambiante cada cuatro años. Como sus antecesores en el cargo, Ybarra quisiera que la Bienal pudiera mantener una estructura propia permanente, pero no aclara si lo ha tratado con el alcalde, José Luis Sanz, de quien depende directamente su cargo. Una de las críticas que recibió cuando asumió el cargo -la inexperiencia-, la combate con un estado de escucha constante. Dicen en su entorno que ese aprendizaje acelerado ya es patente, y que el Luis Ybarra de septiembre de 2023, fecha en la que asumió la dirección del festival, no es el mismo que (casi) un año después.

P. A un mes del arranque de la Bienal, ¿cómo va la organización?

R. La respuesta está siendo bastante buena, ha tenido muy buena acogida la programación, hay ya 20 espectáculos con entradas agotadas y bastante más del 90% que se agotarán en las próximas semanas. Y viendo cómo crecen muchos proyectos que nacieron como Noches únicas.

El director de la Bienal de Flamenco de Sevilla, Luis Ybarra (izquierda) y el alcalde de la ciudad, José Luis Sanz, en la presentación el pasado mes de enero del cartel del festival, un lienzo del pintor Miquel Barceló.

El director de la Bienal de Flamenco de Sevilla, Luis Ybarra (izquierda) y el alcalde de la ciudad, José Luis Sanz, en la presentación el pasado mes de enero del cartel del festival, un lienzo del pintor Miquel Barceló. / EFE/ Julio Muñoz

P. ¿Cuál es la idea detrás de esas anunciadas Noches únicas?

R. Revertir eso de que los festivales, y también la Bienal, son a veces la noche del estreno pero también de despedida de algunos espectáculos, porque no tienen una buena distribución o porque son muy difíciles de mover en otros espacios. Y queríamos jugar con eso y construir una Bienal con 30 noches únicas, que no haya que mover en ningún sitio. El ejemplo más claro es el espectáculo Por los siglos del cante, que reúne a seis cantaores que se curtieron en los festivales de flamenco de los años 70 en adelante y es complicado trasladar a otros escenarios y también juega con la singularidad de los espacios, en este caso el Alcázar de Sevilla. Pero lo interesante está siendo que algunos de estos espectáculos que se plantearon como Noches únicas están creciendo y al final van a girar, porque ya están despertando el interés de los programadores, como el encuentro entre Javier Barón y Rosario Toledo, o el que están preparando Rosario La Tremendita y La Kaíta.

P. La Bienal es el festival principal que vive Sevilla, pero al mismo tiempo tiene un papel fundamental en el flamenco, porque es el espacio que concentra el mayor número de estrenos. ¿Ha tenido esto presente en la programación?

R. Sí, sigue estando presente. Mi idea era que hubiera un equilibrio, porque había 17 estrenos absolutos que se han convertido en 18 ó 19 con esto del crecimiento de algunas Noches únicas y esto para un festival ya es muchísimo. Pero la idea de fondo es que la Bienal de Flamenco de Sevilla tiene que tener una personalidad propia y no parecerse ni a la Suma Flamenca de Madrid, ni al Festival de Jerez o al de La Unión. A mí como espectador me han marcado mucho los espectáculos singulares, que no nacen concebidos para girar, sino para suceder en un día concreto. Para mí la Bienal tiene que ofrecer también esos encuentros íntimos.

P. Una de las cuestiones que más demandan los artistas del flamenco actual es apoyo a la creación, algo que además está creciendo cada vez más con residencias artísticas y coproducciones. Esta Bienal no ha anunciado ninguna coproducción pese a contar con el mayor presupuesto de la historia. ¿Qué papel va a jugar en la creación artística?

R. En total son 47 nuevas producciones, por llamarlo así, las que habrá en esta Bienal. Y esto requiere de una ayuda a la creación. Así que, al final, todo lo que es estreno es coproducción venga de parte de la Bienal o venga del propio artista, porque sinceramente, sobre todo en el terreno del baile, casi todos vienen ya con la coproducción hecha. Es decir, han pedido ayuda al Instituto Andaluz de Flamenco, han hecho residencias artísticas... Yo estoy también en comisiones de selección de residencias y en continuo diálogo con otros muchos programadores. Te diría que es algo que algunos programadores lo anuncian como una puesta en valor de su programación, pero yo casi lo entiendo más como algo que mencionar en el balance, porque hay muchas coproducciones que se están definiendo todavía. Por ejemplo, podemos hablar de las de Israel Galván y Paula Comitre, porque son espectáculos que ya están cerrados, pero hay otros en los que aún se está trabajando en conseguir coproducciones, como en el caso de la obra que van a estrenar los dos actuales Premios Nacionales de Danza, Andrés Marín y Ana Morales. Así que por supuesto que la Bienal tiene que coproducir. Apuntaría además que tanto a la Bienal como en Andalucía, en general, sí que nos hacen falta más residencias artísticas, porque aunque no es un concepto nuevo sí que es muy demandado por el flamenco actual y creo que nos queda bastante recorrido. Yo puedo ofrecer un caché generoso o alguna sala de ensayo puntualmente, pero es algo que no tiene estructura, porque la Bienal realmente lo único que tiene es una sede, no puede ofrecer mucho más.

Foto anunciadora de uno de los estrenos que ha programado la Bienal de Flamenco de Sevilla: el de los bailaores Andrés Marín y Ana Morales en 'Matarife / Paraíso'.

Foto anunciadora de uno de los estrenos que ha programado la Bienal de Flamenco de Sevilla: el de los bailaores Andrés Marín y Ana Morales en 'Matarife / Paraíso'. / LUIS CASTILLA

P. Esta es una de las grandes demandas de todos sus antecesores en el cargo, la necesidad de que la Bienal tenga un espacio propio y un equipo estable. Me imagino que usted también se une a esta petición...

R. Hombre, a mí me encantaría que en un futuro la Bienal tuviera un espacio escénico, y espacio para residencia artística. Eso sería lo ideal. Y podría hacer incluso programaciones permanentes con work in progress o espectáculos en proceso de creación con artistas invitados. La Bienal es la principal institución que tiene el flamenco en Sevilla. Yo sí que creo que la Bienal en un futuro tendría que proyectarse en esa dirección.

"Yo en ningún momento quiero echar por tierra el trabajo de los directores anteriores, con los que además tengo relación y a los que valoro, incluso robo, en el mejor de los sentidos"

P. El lema de esta edición es Olé de nuevo. ¿Qué intención había cuando lo pensaron, se ha dejado de decir olé en la Bienal?

R. El lema surge de una conversación con José María Sousa, coordinador de la Bienal que lleva desde los 90 involucrado con el festival, es como una institución interna. Queríamos encontrar una expresión que diera la bienvenida a la ciudad, como un lema que acoja después de dos años desde la anterior. Y salió esta idea jugando con el saludo, hola, y el olé, tan propio del flamenco. Pero yo en ningún momento quiero echar por tierra el trabajo de los directores anteriores, con los que además tengo relación y a los que valoro, incluso robo, en el mejor de los sentidos. Yo hay cosas de la Bienal pasada, de Chema Blanco, que adopto para la mía. Por ejemplo, esa idea de hacer pequeñas bienales dentro de la Bienal, darle a cada espacio una singularidad que tiene casi una inauguración, una clausura, y esto es el templo de la guitarra o el tempo de la danza flamenca más contemporánea. Este año hay artistas como Manuel Liñán o Miguel Poveda, que hacía diez y 14 años que no estaban, pero también hay muchos artistas que repiten, ¿cómo vamos a echar por tierra el trabajo anterior? Es verdad que el lema puede tener esa ambigüedad, incluso con algo de humor, de que en esta Bienal se recuperan propuestas que en las últimas ediciones han estado un poco relegadas. Recuerdo una conversación con un artista que me decía que había espectáculos de flamenco en los que los olés se decían al final, después de acabar la obra, cuando salía el elenco a saludar y hacer una pataíta.

P. Pero esto en cualquier caso tiene que ver con las inquietudes de los propios artistas, que quizás no quieran hacer propuestas que levanten olés, que estén buscando otras reacciones...

R. Por supuesto. Y lo de decir olé es muy relativo, también tiene que ver con el público. El otro día en la Velá de Triana la Bienal presentó la Bienal por primera vez un espectáculo y estaba Andrés Marín, y yo le veía con ese baile más conceptual, más intimista, y a mí si te digo la verdad sí me salía decirle olé. No es excluyente, y seguro que se van a escuchar muchísmos olés en muchos espectáculos.

El Ballet Flamenco de Andalucía será una de las compañías presentes en la Bienal de Flamenco de Sevilla con 'Pineda', estrenada en el ciclo Granada y Lorca en los Jardines del Generalife.

El Ballet Flamenco de Andalucía será una de las compañías presentes en la Bienal de Flamenco de Sevilla con 'Pineda', estrenada en el ciclo Granada y Lorca en los Jardines del Generalife. / EFE/ Pepe Torres

P. Durante el periodo de dirección de Chema Blanco (PSOE) y después con su nombramiento (PP) se utilizó la Bienal como arma arrojadiza en la política local. ¿Usted cómo vive ese fuego cruzado?

R. Yo sinceramente soy muy ajeno a eso. No por nada, sino porque incluso creo que cuando se busca un perfil como el mío se busca muy poco perfil político.

Yo no trabajo para el Ayuntamiento, sino para el flamenco desde el Ayuntamiento, que me parece una declaración de intenciones de por dónde y hacia dónde voy"

P. Bueno, de eso se ha hablado mucho también, de la cercanía del PP con el ABC, en el que usted trabajaba, de que es hijo del exdirector... No puede decir que la política ha estado ajena a su nombramiento.

R. Mire, yo cuando empiezo a trabajar como director, una premisa que yo dejo clara es que yo no trabajo para el Ayuntamiento, sino para el flamenco desde el Ayuntamiento, que me parece una declaración de intenciones de por dónde y hacia dónde voy. Que haya guerra política con el cambio de gobierno no tiene nada que ver conmigo. En esta Bienal no hay un cambio de rumbo en relación con la inmediatamente anterior, sino que viene de más atrás: las que dirigió Antonio Zoido, la que dirigió Cristóbal Ortega, la de Rosalía Gómez... Yo a esta edición quería darle un carácter más genuino, recuperar esos artistas que estaban un poco fuera de los circuitos y creo que eso es una línea distintiva de bienales que se han hecho bajo el gobierno del PSOE como de otras que se han hecho del PP. Y en ningún caso yo quiero echar por tierra el trabajo de los demás, porque además yo he disfrutado mucho en la Bienal, y me he formado en la Bienal como espectador. Yo entiendo que un festival de esta envergadura requiere tomar muchas decisiones y que nunca se va a estar a gusto de todos, pero bueno, yo me lo tomo con calma. Me importa poco que se genere ruido mediático, entiendo que va con el cargo, y que todo se va a criticar. A Zoido se le criticaba que estaba muy mayor y de mí se dice que soy demasiado joven. También que trabajo en ABC... Bueno, además estoy en Radiolé y Cadena SER y eso no se dice tanto. En fin, de cada director se ha criticado una cosa. Yo creo que esta es una Bienal equilibrada y que va a estar bien o mal con independencia de mi edad y con independencia de todo. Sinceramente, no voy a decir que los espectáculos estén bien escogidos, pero cada uno cumple su función, están muy seleccionados.

La bailaora Paula Comitre estará en la Bienal de Flamenco de Sevilla con 'Après vous, madame', estrenado en el pasado Festival de Flamenco de Nîmes.

La bailaora Paula Comitre estará en la Bienal de Flamenco de Sevilla con 'Après vous, madame', estrenado en el pasado Festival de Flamenco de Nîmes. / Sandy Korzekwa / Festival de Flamenco de Nîmes

P. Otro sello de esta Bienal es que el cante está en el centro. El baile flamenco ya está muy incorporado a los circuitos nacionales e internacionales de danza y la guitarra en cierta medida también, ¿es quizás el cante el que necesita un mayor apoyo?

R. Esa reflexión me parece interesante y es también un poco el punto de partida de programar más cante. Hace 30 años, la industria discográfica funcionaba como motor creativo. Si Camarón pudo grabar La leyenda del tiempo en el 79 fue por muchos motivos, pero uno de ellos es que tenía un contrato con Philips y tenía que sacar otro disco. La propia industria te llevaba a la creación. Hoy día eso no ocurre así. Sólo graban los artistas más proactivos o los poquitos que están con las tres grandes multinacionales. Y en ese sentido, sí veo un desequilibrio con la danza. Donde se asienta el cante ahora es en los festivales, sobre todo de Andalucía, y quiero ponerlo en primer plano. De ahí también esa idea de recuperar artistas genuinos con proyectos que quizás nadie les está pidiendo. No queremos un recital, no queremos un festival de verano en la Bienal, sino un espectáculo sencillo, pero que no se repita. Tampoco quiero hacer festivales monográficos, en esta Bienal no solamente hay cante, pero bueno, cada edición debe tener su discurso y en esta se pone al cante un poco por delante. En otras ediciones será de otra manera.

P. Me imagino que, dado que para la siguiente Bienal, en 2026, no hay elecciones municipales, la continuidad en la dirección debe estar en su pensamiento. ¿Ha tenido ya conversaciones con el alcalde sobre esto, sobre las necesidades y los planteamientos a futuro para el festival?

R. La Bienal necesita un equipo de trabajo permanente para 2025. Más allá de que se haga balance y que se le dé continuidad, esto sé que es una exigencia de todos los directores. Yo deseo que se cumpla. Y tengo que decir que mi cargo, aparte de director de la Bienal, la propia nomenclatura incluye ser promotor del flamenco en la ciudad de Sevilla, con la idea también de gestionar el trabajo que se hace en las peñas flamencas de la ciudad, en algún festival, las actividades del Día del Flamenco... Yo tengo muchas ideas para el año no bienal, pero necesito un equipo, y por supuesto también para preparar la Bienal de 2026 con tiempo.