ENTREVISTA

Blur: "Siempre es un placer volver a los orígenes"

Damon Albarn y Graham Coxon, los dos rostros más representativos del cuarteto londinense, hablan con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA durante la presentación de su nuevo disco en Madrid, horas antes del concierto que dieron anoche en La Rivera

Blur, durante su concierto de este viernes en La Riviera como parte de la programación de Primavera Sound Madrid.

Blur, durante su concierto de este viernes en La Riviera como parte de la programación de Primavera Sound Madrid. / Sharon López

Debe ser muy doloroso pagar una entrada (nada barata), organizarse el fin de semana, buscar alojamiento (en caso de residir fuera de Madrid, como es el caso) y que el festival (Primavera Sound) cancele por recomendación de las autoridades (im)pertinentes dadas las posibles precipitaciones, cuando en realidad al de Glastonbury hay que llevar siempre chubasquero y katiuskas. Pero es que España no es Reino Unido.

Blur era uno de los grandes nombres del Primavera Sound 2023, tanto en la edición de Barcelona como en la capitalina, la primera, por cierto, que se organiza en Madrid. Además, Blur no publicaban un álbum desde The Magic Whip (Parlophone, 2015), hace ocho años. Por lo tanto, el hype era doble, más si cabe después de haber escuchado The Narcissist, tema de adelanto de esta nueva entrega, titulada The Ballad of Darren (Parlophone, 2023), cuyo estreno está previsto para el 21 de julio.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA pudo hablar con Damon Albarn y Graham Coxon en Madrid después de la audición secreta de The Ballad of Darren. Pero antes... la incertidumbre y la tensión. En primer lugar, y dado el desbarajuste provocado por la cancelación antes mencionada, Blur y Primavera Sound anunciaron la misma mañana del jueves 8 de julio la actuación del grupo británico en La Riviera a las ocho de la tarde. Evidentemente, las localidades se agotaron en cuestión de minutos. De hecho, mientras los periodistas se encontraban escuchando a Albarn y a Coxon, estaban más pendientes de sus teléfonos móviles para adquirir una entrada, asunto complejo y la mar de complicado.

Del álbum todavía no se puede contar mucho. Sólo lo que se conoce: diez temas (y dos más para la edición deluxe), producción a cargo de James Ford y una portada -con foto de Martin Parr- que, bien mirado, ha sido premonitoria. Quienes asistieron al show de Blur en el Primavera Sound de Barcelona pudieron escuchar, además de The Narcissist, St. Charles Square, otra de las novedades de The Ballad of Darren. Pero -café para los muy cafeteros, atención- la generosidad de Blur no se quedaba ahí, pues el set-list contenía Luminous (sólo la han tocado seis veces, siendo la primera el 6 de septiembre de 1999 en el Electric Ballroom de Londres), Country House (desde el 29 de noviembre de 2015 no figuraba en los directos) o Intermission (que no estaba programada). Mucho caramelo.

Con estas expectativas, las preguntas, no pocas, para Damon Albarn y Graham Coxon se contaban por docenas, pero ya sabe usted, lector, que el bueno de Albarn es un tanto complicado en los encuentros con la prensa, como así hizo ver y saber en Madrid, en las oficinas de Warner, donde se hacía el remolón para contestar, separándose el micrófono de la boca, haciendo que sus parlamentos pudieran ser escuchados únicamente por animales capaces de percibir bajísimas frecuencias. “Lo único que teníamos Graham y yo cuando empezamos a trabajar en este disco era un saxofón, una guitarra, un sintetizador y un piano”, respondía Albarn. “La dedicación a la música es una cosa que te exige estar toda la vida con ello. Entonces, ya sabes, en cierto sentido es como si no hubiera una reunión. La idea de volver a tocar algunas de nuestras viejas canciones nos pareció aceptable a todos. No sé... suena muy grandilocuente, pero la verdad es que es la idea de una nueva fase. O tal vez no. Quiero decir, que si no puedes hacer música toda la vida nunca vas a poder crecer. Si a esto lo llamas reunión, puede sonar ceremonial”.

Es el turno de Graham Coxon, más “despierto” que su compañero pero menos juguetón (acerca el micro al bolsillo cada vez que escucha un teléfono móvil que suena). Todo son risas: “En nuestras vidas, como de costumbre, hacemos lo que hacemos, que es la razón por la que estamos en este planeta. Supongo que la cuestión de si esto es una reunión y todo ese tipo de ideas es ridículo, cuando en realidad es lo que hacemos: música. Es verdad que no siempre la hacemos juntos, pero es música, y siempre es un gran placer volver a los orígenes, a lo que nos lanzó a vivir en el mundo de la música”. Un apunte por parte de la discográfica: no se puden hacer preguntas sobre Gorillaz, tampoco temas que se alejen de The Ballad of Darren. Pero ¿cómo se mantiene en secreto un disco tan anhelado? La contestación es una risa de Albarn y un resoplo simpático. “Muy fácilmente: no le decimos a nadie que estamos escribiendo”. ¿Y en el estudio? “Desaparecemos... y no salimos hasta que lo terminamos”. ¿Siguiente pregunta?

Hace unos años, servidor tuvo el privilegio de entrevistar al veterano fotógrafo Martin Parr, autor, como se ha indicado previamente, de la portada de The Ballad of Darren. “El mundo está cambiando todo el tiempo, en todas partes. Es interesante, porque si haces fotos que capturen el tiempo que estamos viviendo y las comparas con las fotos de antes, verás que son muy diferentes, ya que hace treinta años, por ejemplo, reflejaban otro tipo de cosas”. Es trasladada esta declaración a la mitad de Blur, con el añadido de un par de datos: ¿qué reflejan ahora vuestras canciones con respecto a hace treinta y cinco años? Esta cuestión no es baladí, pues si Parr fotografiaba a un tipo bañista en una piscina bajo un cielo borrascoso, la portada del primer trabajo de Blur, Leisure (Food/Parlophone, 1991), llevaba en la cover la imagen de una mujer con un gorro de baño mientras en el fondo se otea una piscina. ¿Estarán cerrando Blur un ciclo? Muchos datos para Albarn, que resopla y echa la cabeza hacia atrás. The Narcissist, por su letra y su sonido, se antoja como una relfexión “en voz alta” sobre todo el trayecto de Blur.

Sonrisa de Damon Albarn, que al final no es mal tipo: “Eh.... Sí. Ese tipo de relación cercana entre el narcisismo y un artista, ya sabes, es especial porque en estos días es imposible ser un artista y no ser una especie de narcisista renuente por la necesidad que nos provocan las redes sociales por la difusión de su imagen y mensaje. Pero no creas, hay un mensaje positivo en todo esto”. “Ambas portadas están más cerca de lo que parece”, añade Coxon riéndose porque, adelanta, va a ser un poco pedante en su réplica: “En ambas carátulas cuentan con el agua como protagonista y esas personas en ella. Pero en realidad pensábamos, con respecto a la foto de Martin Parr, que eran como un límite de las islas en las que vivimos. ¡Nos rodea el agua, tío! Y nosotros estamos dentro. Eso tiene mucha fuerza. Como se puede ver en la imagen, la piscina tiene una porción de agua controlada, pero a menudo el agua salvaje del mar lava todo tipo de cosas”.

Es inevitable preguntar a Coxon si la portada de este disco no le parece premonitoria ahora que la lluvia está sobre este secarral llamado España: “Normalmente asocio España con el clima de la piscina, pero en realidad es más como el clima del mar en este momento”. Más risas. Al mal tiempo, buena cara.

Acaba el evento. Primero salen de la sala Albarn y Coxon, y después los demás. Damon se para cada vez que ve un cuadro con un disco enmarcado en las galerías de Warner. Vuelve a reírse con Coxon, pero ya es hora de plegar velas y montarse en la furgoneta que los llevará a probar sonido a La Riviera, lugar de culto (porque no queda otra) al que acudirán los fans de Blur a consolarse con el paraguas en la mano.