De los bares de Santiago a grabar con Melendi y girar por México: el éxito de Luis Fercán

“Volvía del instituto Rosalía de Castro (Santiago), no sabía que hacer con mi vida, había suspendido ocho, mis padres me esperaban en una cafetería y les dije que quería dedicarme a la música, aprender a tocar la guitarra desde ya”.

Así fue el día que cambió la vida de Luis Fercán (Luis Eduardo Fernández Cano; Santiago, 12 de marzo, 1994), cantautor que hoy actúa en Compostela y ya sabe lo que es girar por México y recibir el respaldo de colegas como Melendi, con quien comparte No te lo diría, cuyo vídeo suma medio millón de visualizaciones en Youtube.

Este jueves, Luis da un concierto en casa, “con banda” en el Teatro Principal (20.30 h.) y el viernes 9 de junio otro, en Vigo (Fábrica de Chocolate), parte de una gira que incluyó un reciente tour latino compartido con la cantautora Yoly Saa.

“Hicimos ocho conciertos. En las estadísticas de Spotify for Artist descubrimos que teníamos público allí. Es el país de Latinoamérica donde más escuchan mis canciones e hicimos un viaje de mes y medio. En octubre volveré a México, pero de gira en solitario. Aquí, donde más me escuchan en Spotify es en Murcia, con diferencia, y luego también en la zona del País Vasco, aparte de Madrid y Barcelona, algo lógico, por su densidad”, detalla en charla con EL CORREO sobre los datos que ofrece esa plataforma sueca.

Criado en el circuito de los bares de Santiago que apoyan la música más allá del circuito institucional, Luis Fercán pasó de usar una abandonada guitarra que le habían regalado a su madre, a tener “una Ibanez eléctrica, la mítica con la que empezamos todos, y que fue mi regalo de cumpleaños”, recuerda.

“Fui alumno de Jazzman (Quique Azambuya). Empecé mirando guitarras en Audio y después ya en Studio 54, con Richard, que siempre me ayudó mucho”, dice del responsable de ese local santiagués, Ricardo Rey, que conoce a Luis desde niño y le describe como “trabajador”, detalla fugaz a este diario.

Luis Fercán, que ahora usa una Atkin, “una guitarra que nunca soñé tener”, apunta ilusionado, se fue labrando en grupos como Los Bizarros y Persé antes de presentar sus canciones propias sin más (ni menos) que la voz y seis cuerdas.

“Al inicio hacía versiones de temas de Pearl Jam, Extremoduro, Sabina, Quique González... Ahora en los conciertos solo toco canciones mías”, aclara.

Avanza hacia una autoría más personal, más profesional, pero sin olvidar el pasado. Así, ayer tarde dio un concierto sorpresa (“Lo convoqué dos horas antes en redes sociales”) en el Café La Carrilana, con Nacho Mur, productor del disco Canciones completas desde una casa vacía, un cancionero que pronto tendrá relevo con otro álbum.

“Lo grabaré también con Nacho porque nos entendemos muy bien. Será la primera vez que lo haga con banda”, resalta.

“El concierto de este jueves en el Teatro Principal se centrará en ese disco, Canciones completas desde una casa vacía, pero ya estoy tocando algunos temas nuevos en directo, con títulos provisionales. Será especial”.

Luis empezó en 2016 su camino en solitario al irse a Madrid en busca de oportunidades en una ciudad cuyo tamaño hila una ruta de mil escenarios y mucho micro abierto. Y desde el Libertad 8 y el Buho, entre otros locales cantautoriles, fue ganando vuelo y más eco. “Pero vengo mucho a Santiago. Esta vez me quedaré varios días”, cuenta desde O Grove antes de viajar para estar hoy en Compostela, en cuyas afueras, en Padrón (Ames), habita su familia.

Tras el primer disco largo Grieta (2018,) tocar y tocar, rodar y rodar, le llevó hasta foros cada vez mayores, brotando colaboraciones con Melendi (No te lo diría), Iseo (en esa maravilla titulada Color miel) y con el también compostelano Fredi Leis (Para Dos). Y en este 2023, Luis progresa hacia la consolidación como un cantautor cuyo ascenso, salvando las distancias, remite al de Andrés Suárez, ferrolano curtido en la noche compostelana antes de saltar a la madrileña.

Fan de Bob Dylan, a quien felicitó en un tuit (“¡Hoy es el día de uno de los más grandes!”), Luis Fercán, que se define en Instagram como “El niño cantor de las mañanas tristes”, sale a cantar cada noche con un firme propósito: “Prometo darte más claveles con final feliz” (De su canción Celda 110, su hit en Spotify).