Qué hacer en Madrid esta semana: el barroco de Guido Reni toma el Prado, flamenco feminista, una nueva versión de '¡Ay, Carmela!', escultura y escala...

El tipo de material, la forma de trabajarlo, la pericia del artista, su forma de ocupar el espacio… Son muchas las características en las que nos fijamos cuando nos encontramos frente a una escultura, sin embargo, hay una que quizá pasa más inadvertida, pero que es fundamental para pensar esta disciplina. Hablamos de la escala, es decir, de la relación que guardan las dimensiones del modelo y su representación. A este concepto dedica la Fundación Juan March su nueva exposición, que nos invita a pensar sobre el espacio escultórico desde una perspectiva histórica, poniendo el foco en la segunda mitad del siglo XX y en cómo, durante este período, se expandieron los límites de este arte.

Este parece ser el año de Marta Sanz en el teatro. Si a comienzos de marzo se estrenaba en el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa <em><u>Daniela Astor y la caja negra</u></em>, ahora es otro de sus títulos más conocidos el que se sube al escenario del Teatro del Barrio. Se trata de Clavícula, la novela en la que Sanz reflexiona sobre el dolor físico y el malestar que este nos provoca, haciéndonos conscientes de la fragilidad de nuestro cuerpo. En un tono autobiográfico, la autora aborda con humor la vertiente más física de este dolor, pero también lo hace extensible a otro tipo de dolencias sociales, como podrían ser el miedo, la desigualdad o la incomprensión de los médicos, sobre todo cuando se trata de dolores de mujeres. Y por supuesto, también establece paralelismos con la escritura. La compañía Le Plató d’Teatro ha sido la encargada de la adaptación, que protagonizan cuatro actrices de diferentes generaciones. 

La Kaaba es la estructura con forma de cubo que vemos en todas las imágenes de las peregrinaciones a La Meca. Símbolo de la casa de dios en la tierra para los musulmanes, los peregrinos que acuden a visitarla deben completar siete vueltas en torno a ella mientras recitan oraciones. La artista Monia Ben Hamouda se remite en esta instalación a la prohibición de lo figurativo en la religión islámica. Dentro de esta historia, el episodio más célebre es el de la destrucción de los ídolos paganos de la Kaaba que llevó a cabo Mahoma al frente de un ejército que marchó sobre La Meca. La impactante instalación de Monia Ben Hamouda, que forma parte del ciclo expositivo Reivindicar la resiliencia,indaga tanto en aquellos artistas para los que la representación figurativa fue imposible como en quienes plantaron cara a esta prohibición.

Flamenco sin batas de cola, con toques de electrónica y con temáticas que pocas veces escuchamos en las letras de la vertiente más tradicional de este género. El proyecto LaboratoriA, integrado por las intérpretes Ana Brenes, Cristina López, Isabelle Laudenbach, Aina Núñez y Marina Paje, plantea una interpretación feminista del flamenco, cuestionando la tradición y reivindicando una deconstrucción de los roles de género. En su espectáculo combinan cante, baile, performance y tecnología y este sábado tenemos la oportunidad de verlas en directo dentro de la programación de 21distritos.

Si el primer acercamiento de la mayoría de niñas y niños al mundo de la botánica es colocar una lenteja en un algodón humedecido e ir viendo cómo brota y crece día a día, el proyecto <u>Cultivando</u> nos propone ir un paso más allá y lanzarnos a hacer nuestros propios semilleros. El taller, pensado para edades de 4 a 7 años, consiste en fabricar confortables hogares para las semillas, utilizando solo materiales reciclados. Durante el taller, los pequeños aprenderán además qué hay que sembrar en cada momento del año, cuánta luz solar necesitan nuestras plantas o cuánta agua debemos echarles para que crezcan sanas y fuertes.

Ahora que casi a diario nos encontramos con noticias sobre inteligencias artificiales y otros avances tecnológicos, la exposición que puede verse estos días en los diferentes espacios de Teatros del Canal y que profundiza en la relación entre las máquinas y la materia viva, parece más pertinente que nunca. La muestra nos lanza preguntas sobre los sistemas de reconocimiento facial, nuestra huella en la naturaleza, los límites del cuerpo humano o el futuro de la reproducción, entre otras muchas cuestiones. 23 obras de artistas nacionales e internacionales que nos enfrentan a las cada vez más difusas fronteras entre lo vivo y lo tecnológico.

Este clásico de José Sanchis Sinisterra tiene ya más de tres décadas, pero su mensaje atemporal hace que la obra no deje de tener vigencia. Protagonizada por unos cómicos que durante la Guerra Civil actúan para entretener al bando republicano, la trama da un giro cuando estos se encuentran de repente y por error en territorio nacional, viéndose obligados a adaptar su espectáculo a la ideología de estos soldados. Llevada al cine en 1990 por Carlos Saura, ¡Ay, Carmela! es mucho más que una comedia, ya que deja un poso trágico sobre el dolor de la guerra, la vida, la muerte, el olvido y la memoria. En esta nueva adaptación de José Carlos Plaza son María Adánez y Pepón Nieto quienes se meten en la piel de los inolvidables Carmela y Paulino.  

Perteneciente a la Escuela Boloñesa, Guido Reni está considerado como uno de los grandes artistas del siglo XVII y uno de los que más contribuyó a la configuración de la estética barroca en Europa. La exposición antológica que acoge el Museo del Prado reúne casi un centenar de obras de este artista, que no son fáciles de ver fuera de sus localizaciones habituales en museos e instituciones europeas y americanas, a las que se unen algunas obras especialmente restauradas para la ocasión. La mitología griega y la Biblia son los dos temas fundamentales en la obra de Reni, cuyos vínculos con España pueden apreciarse tanto en las colecciones de la realeza y la aristocracia como en la influencia de sus modelos iconográficos en el Siglo de Oro.