CINE EN CASA

Frederick Wiseman, maestro y padre del documental moderno, desembarca a lo grande en Filmin

La plataforma de 'streaming' estrena 17 de las películas más reconocidas de este cineasta premiado con un Oscar honorífico, algunas inéditas en nuestro país. Elegimos cinco imprescindibles que no están entre las más populares

'City Hall' (2020), uno de los últimos documentales de Wiseman, en el que desgrana el funcionamiento del ayuntamiento y la política local de Boston.

'City Hall' (2020), uno de los últimos documentales de Wiseman, en el que desgrana el funcionamiento del ayuntamiento y la política local de Boston.

A sus 93 años y todavía en activo, Frederick Wiseman es una figura legendaria entre los cineastas de todo el mundo, pero especialmente entre los documentalistas. El director, nacido en Boston e hijo de inmigrantes judíos, lleva casi 60 años dando forma a una obra monumental y cotidiana, una crónica de la vida, la sociedad y las instituciones de su país con una mirada lúcida y brillante.

En sus ya casi 50 películas, Wiseman ha retratado cosas tan diversas como el sistema de salud estadounidense, la policía, la protección a las mujeres víctimas de violencia machista, una compañía de ballet, un hospital psiquiátrico, una planta procesadora de carne, el Ayuntamiento de Boston o la Biblioteca Pública de Nueva York. Construyendo un enorme fresco de la sociedad de su país y de la evolución de la misma a lo largo de los años.

Una objetividad muy subjetiva

A pesar de que mucha gente lo cita como el ejemplo más representativo de cómo hacer un documental de forma totalmente objetiva, sin ser el protagonista, solo con la fuerza de las imágenes y las palabras de las personas que aparecen en él, Wiseman siempre ha defendido que todas sus películas están teñidas de subjetividad.

El cineasta registra la realidad sin filtros, sin un guión establecido, rodando habitualmente por un plazo de cuatro a seis semanas. Pero finalmente es él quien decide qué aparecerá en la película y qué no durante el proceso de montaje, incorporando una estructura narrativa que, además de hacer más interesante la historia, expone los problemas que más le interesan al director.

El cineasta estadounidense Frederick Wiseman.

El cineasta estadounidense Frederick Wiseman. / ARCHIVO

Por ejemplo, en su documental Belfast, Maine, estrenado en 1999 y en el que se narra la vida cotidiana en una antigua ciudad portuaria de Nueva Inglaterra, el equipo rodó unas 110 horas de material que finalmente se redujeron a 4. Un minutaje que, aunque bastante largo para la clásica proyección de cine, representa una fracción muy pequeña de lo rodado.

Pero a pesar de su importancia en la historia del documental y de haber recibido un premio Oscar honorífico en 2016 por toda su carrera, ver las películas de Wiseman no ha sido precisamente una tarea fácil a lo largo de los años, especialmente en nuestro país, donde muchos de sus films nunca se han llegado a estrenar.

Salvando las escasas ocasiones en las que alguna filmoteca o museo ha realizado alguna proyección de su obra, casi la única forma legal de verlas era comprar los DVD que vende la propia productora del cineasta, Zipporah Films.

Por suerte, la plataforma de streaming Filmin ha decidido dedicarle al autor un ciclo en el que podremos ver 17 de sus largometrajes, muchos de ellos inéditos hasta ahora en España. Los filmes escogidos son una excelente representación de la filmografía de Wiseman y abarcan todas las décadas de su producción. Como quizá a no todo el mundo le resultará posible verlos todos, hemos querido seleccionar cinco de los más representativos que comentamos a continuación.

'Titicut Follies' (1967)

La primera película de Wiseman casi estuvo a punto de convertirse en la última ya que cuando supo de su existencia, el Tribunal Supremo de Massachusetts emitió una orden judicial para detener su estreno. Tras la celebración de un juicio, la pieza sólo se pudo proyectar durante años en sesiones privadas destinadas a profesionales médicos. Titicut Follies es la primera película en la historia de los Estados Unidos cuya distribución se prohibió por motivos no relacionados con la obscenidad, la inmoralidad o la seguridad nacional.

El motivo de esta prohibición era la dureza de lo que se mostraba en pantalla. Filmado en el Hospital Estatal para criminales enfermos mentales de Bridgewater, en Titicut Follies somos testigos de toda una serie de abusos cometidos con los pacientes: alimentación forzada, intimidación, cacheos y demás maltratos. Un extraño y duro relato que culmina con la celebración de un espectáculo musical de talentos realizado por los internos y bautizado como Titicut Follies.

La cinta no pudo distribuirse para el gran público hasta 1991, aunque obligando a poner al inicio un mensaje diciendo que se habían realizado cambios y mejoras en Bridgewater desde entonces.

'Essene' (1972)

Tras su primer documental y otros igualmente intensos como High School (1968) o Basic Training (1971), Wiseman se atrevió con un tema un poco más ligero. En Essene se dedica a retratar la vida dentro de un monasterio benedictino, una estructura social tranquila y serena, en la que presenciamos las actividades diarias de los monjes. En una escena, por ejemplo, escuchamos a un monje japonés que pide a sus hermanos que recen por las víctimas inocentes de Hiroshima; en otra, un monje vestido de civil se dirige al pueblo para comprar un pelador de patatas.

'Essene', de Frederick Wiseman

'Essene', de Frederick Wiseman /

'Primate' (1974)

Quizá Primate es una de las películas más escalofriantes de Wiseman, aunque está cargada también de cierto humor negro. En este caso, Wiseman grabó dentro del Centro de Investigación de Primates de Yerkes donde se dedicó a retratar tanto a los monos como a los humanos que trabajaban ahí, mostrando la falta total de empatía por parte de estos últimos hacia los animales.

Una de las escenas más interesantes del film muestra una reunión en la que se trata el tema de la inseminación artificial de los monos. Todo el mundo está aburrido, bosteza, se hurga la nariz, saca hacia afuera las mandíbulas, realizando un claro paralelismo entre humanos y simios.

Para el final, el director se reserva una impactante escena en la que presenciamos la disección de un mono ardilla en tiempo real.

Un fotograma de 'Primate'.

Un fotograma de 'Primate'. / Filmin

'The Last Letter' (2002)

Wiseman también ha tenido algunas incursiones fuera del documental. En la selección de Filmin podremos ver esta The Last Letter, aunque más bien deberíamos decir La dernière lettre, ya que se trata de un monólogo en francés de una hora de duración sobre la experiencia de una doctora ucraniana cuando el gueto en el que vive es ocupado por los nazis.

Se trata de una adaptación al cine de una producción teatral montada por el propio Wiseman basada en un capítulo de la novela del escritor ucraniano Vasili Grossman, Vida y destino.

La pieza, interpretada por Catherine Samie de La Comédie-Française, es una reflexión muy profunda sobre el miedo y la valentía de los propios antepasados judíos de Wiseman, ya que su padre emigró a Estados Unidos desde Ucrania y su madre era polaca. El ambiente de la pieza es austero y expresionista, lleno de luces y sombras alargadas, suponiendo una apuesta estética muy arriesgada y casi única ya en pleno siglo XXI.

'The Last Letter'

'The Last Letter' / Filmin

'In Jackson Heights' (2015)

Para su película número 40, el director decidió centrarse en uno de los barrios más ricos y diversos culturalmente de todo Nueva York, Jackson Heights, en Queens, donde se hablan más de 167 lenguas.

En el film recorremos varios elementos característicos del barrio como la oficina del ayuntamiento, una escuela musulmana local, un centro judío, una reunión LGBTQ, una lavandería, un matadero o una tienda de mascotas.

Este escenario le sirve a Wiseman para hablar, por boca de una larga galería de personajes, de muchos de los temas candentes en el barrio y en la sociedad estadounidense en general como la inmigración, la intolerancia, el pluralismo político o la gentrificación.