CONCIERTO EN EL WIZINK CENTER

Roger Waters sueña con ovejas eléctricas en Madrid

La actuación de anoche de Roger Waters en el WiZink Center es una firme candidata para ser concierto del año

El cantante Roger Waters, durante una actuación en el Wizink Center.

El cantante Roger Waters, durante una actuación en el Wizink Center. / Ricardo Rubio

Se esperaba para este 23 de marzo la visita de una especie alienígena “muy hostil” (según Eno Alaric, viajero del tiempo que viene del año 2671). Pero habremos de conformarnos con la presencia de Roger Waters, a quien podríamos considerar otro viajero del tiempo.

Esta noche, la cruz no es símbolo de penitencia sino lugar de encuentro para todos aquellos a los que les guste Pink Floyd pero no los mensajes políticos de Roger Waters, tal y como él mismo hace saber al público en las pantallas antes de empezar el concierto: “por favor, apaga tu teléfono móvil. Y, segundo, si eres de esos que dicen que aman a Pink Floyd pero no aguantan las ideas políticas de Roger Waters, harías bien en irte a la mierda al bar ahora mismo”. Entregado el recado, sólo quedaba prepararse para una lección de música en directo con todo lo necesario para tener una experiencia mesiánica (This Is Not A Drill) alrededor de Pink Floyd (ovejas y cerdos voladores incluidos). Aquello que ha Madonna le valió la excomunión, a Waters le sirve para delimitar el espacio en un escenario 360°.

Comfortably Numb la primera de una veintena de temas

La primera fecha del que fuera miembro de Pink Floyd estaba programada para las nueve de la noche, pero hubo que esperar veinte minutos de demora, hecho que provocó un recorte en el tramo final del setlist en comparación con el de Barcelona el 21. No obstante, el espectáculo no quedó cojo ni su calidad fue inferior, sino todo lo contrario; las dos horas con 45 minutos de duración tampoco resultaron tediosas teniendo en cuenta el intermedio de 15 minutos entre los dos sets y la naturaleza de las canciones, siendo Comfortably Numb la primera de una veintena de temas extraídos de los álbumes The Wall (Another Brick In The Wall II y III, Run Like Hell, In The Flesh?...), The Dark Side Of The Moon (Money, Any Colour You Like...), Wish You Were Here (Have A Cigar, Wish You Were Here, Shine On You Crazy Diamond VI-VII, V...), Animals (Sheep...) y The Final Cut (Two Suns in the Sunset) de Pink Floyd, y cortes procedentes de los títulos de Waters en solitario, como The Powers That Be (del disco Radio K.A.O.S.), Is This The Life We Really Want? (homónima del LP) o The Bar, la novedad nacida de las Lockdown Sessions.

Roger Waters puso en pie al Wizink Center con más de dos horas de rock en directo.

Roger Waters puso en pie al Wizink Center con más de dos horas de rock en directo. / EPE

No faltaron las proclamas de paz, la petición de liberación a Julian Assange y la exigencia de derechos humanos, sin dejarse el castigo a los políticos (Ronald Reagan, Bill Clinton, Donald Trump, Barack Obama, Joe Biden e incluso Vladimir Putin). Es paradójico que alguien que escribe canciones en contra del consumismo (Money) y del capitalismo (Is This The Life We Really Want?) haya traído a la ciudad una caravana de tráilers, además del precio de las localidades (desde los 328€ hasta los 62,50€) y los sueldos de técnicos, músicos, alquileres... etcétera. Pero hasta esto se le puede perdonar al bueno de Waters, que al fin y al cabo es (y ha sido) la voz de no pocas generaciones que han encontrado en su música una manera de cuestionarse la vida.

La actuación de Roger Waiters, candidata a concierto del año

Sin zarandajas: la actuación de anoche de Roger Waters en el WiZink Center es una firme candidata para ser concierto del año. A destacar los detalles técnicos hasta el sonido, pasando por la cohesión de la banda, que más que un grupo de músicos era una familia que brindaba a la salud del público para empezar la despedida con Outside The Wall, la cual Roger Waters (al piano) dedicaba a su hermano mayor John Waters. Uno a uno, los protagonistas decían adiós al coso madrileño con la audiencia en pie. Bien merecido estaba el sold out.

A sus 15 años, Roger Waters presidió en nombre de Cambridge la Campaña Anual para el Desarme Nuclear. Hoy, 65 años después, él sigue en la lucha y nosotros a la espera de la venida de los extraterrestres. Seguro que ellos tampoco esperaban que Waters mencionara a su amigo Pitingo.