MÚSICA

Crítica de discos: U2, Socunbohemio, Magalí Datzira, Morreo y Kendrick Scott

U2, en una imagen promocional.

U2, en una imagen promocional. / ARCHIVO

U2 es ahora el grupo más humilde del universo

U2, el grupo que lleva en su ADN la construcción de catedralicios himnos pospunk para hacer temblar los estadios, ¿en versión unplugged? Los gigantes, ¿pensando en pequeño? Los conquistadores, ¿poniéndose humildes? Songs Of Surrender bien puede representar una enmienda a la totalidad autoinfligida, o una traición, o un entretenimiento de señores aburridos. Hay otro modo verlo, entendiéndolo como un modo de demostrar que sus canciones con aspiraciones bigger than life conmueven convirtiéndolas en su negativo y sin elevar tanto el tono.

Aquí, Adam Clayton (bajo) y Larry Mullen Jr (batería) están casi de vacaciones, ya que domina el cuadro una delicada telaraña de guitarras acústicas y pianos. Reducción al mínimo común denominador y una mirada al pasado que viene a dar continuidad al moderno modus operandi del cuarteto, que lleva un largo tiempo poniéndose melancólico y relamiéndose con su vulnerabilidad: los discos dedicados a la inocencia (2014) y la experiencia (2017), las giras revival de The Joshua Tree (2017-19) y el volumen de memorias de Bono, titulado precisamente Surrender, precedente directo de este cuádruple álbum.

Cada uno de los discos está acreditado a un miembro del grupo, y hay tantas canciones, 40 en total, como capítulos del libro (aunque 11 no son las mismas). Para The Edge, que firma la producción, se trata, ha dicho, de recrear las canciones “como si Bono te las cantara al oído”, y de hacerlo con pocas hipotecas, alumbrando nuevos arreglos y dinámicas. Le asisten los habituales Brian Eno y Daniel Lanois, así como el docto Bob Ezrin (currículo junto a Lou Reed, Alice Cooper, etcétera), y el resultado desprende una riqueza de matices llamativa, moviéndose de la sutil vibración góspel de One, bajando el tono justo cuando debería llegar el crescendo, a un Red Hill Mining Town con metales y aires de marcha popular, allá donde el grupo no puede evitar dar salida a su instinto grandioso. Como en Pride (In The Name Of Love).

Las canciones originalmente más asentadas en la energía y el poder de la electricidad que en la melodía son las que sufren más, si bien Vertigo sale al paso con un punzante toque de violoncelo a cargo de Stjepan Hauser, miembro de 2Cellos. The Fly conserva algo de su naturaleza perversa con ese groove con trenzados folk, y el disco desliza segundas oportunidades para canciones apreciables, pero sepultadas bajo los hits, como Walk On, retitulada en apoyo a Ucrania. Bono resulta ser un triunfador de esta jugada, que le permite acudir al susurro y el pellizco vocal expresando madurez.

Su interpretación pone el lazo a un ejercicio resuelto con estilo y moderada inventiva, aunque todos sabemos que, cuando llegue la próxima gira, el mundo rezará para que U2 retome las versiones originales. - Jordi Bianciotto

'Songs Of Surrender'

U2 

Island - Universal

Rock

★★★ 

Exquisito pop de dormitorio

La nota promocional emparenta al joven Artur Viñas con Mac DeMarco. Y, aunque no está mal tirado, en la música de este estudiante de Física quizá es más evidente la huella de cantautores de proximidad como El Petit de Cal Eril o la mallorquina Maria Jaume. Exquisito pop de dormitorio en 13 viñetas de costumbrismo poético arregladas con mimo y unidas por un tenue hilo argumental, entre la honda melancolía de Conte de tardor y la luminosa debacle sentimental de Les coses que no m'agraden de tuRafael Tapounet

'Contes de les quatre estacions'

Socunbohemio 

Vida Records

Pop

★★★★ 

Desenvuelta intimidad con frescura y destreza

Se formó en la Sant Andreu Jazz Band, debutó tutelada por Joan Chamorro y entrega ahora su primer cancionero, portador de una desenvuelta intimidad con frescura y destreza. Temas en cinco lenguas, minimalismo a la guitarra o al piano, vestigios de jazz, incursiones de cámara y enamoradas miradas al Brasil. Todo ello, a partir de la metáfora de la cocina como aquel lugar al que todos vamos a parar en una fiesta. Intuimos que la suya ya se está llenando. - Jordi Bianciotto

'Des de la cuina'

Magalí Datzira 

Bankrobber

Canción

★★★★ 

Conjuro contra la pandemia

Arranca y se cierra con un groove arrollador. Pero por dentro, Corridors es melancólico, recogido. Quizá porque el batería Kendrick Scott lo escribió como conjuro contra la pandemia. Quizá porque a trío, con el saxofonista Walter Smith III y el contrabajista Reuben Rogers, recortada contra un fondo de silencio, la música de Scott suena aún más emotiva que en sus anteriores discos a quinteto. Cero exhibición, mucha emoción. - Roger Roca

'Corridors'

Kendrick Scott 

Blue Note

Jazz

★★★★ 

Inquebrantable libertad creativa

Tras un debut repleto de sutiles referencias al flamenco y la psicodelia, Morreo ha gestado un disco de corte setentero que certifica su inagotable abanico de referencias. Por este disco se intuyen ecos de Raffaella Carrá o Los Chichos, pero siempre bajo el prisma único de Joseca y Germán. Quieren divertirse y emocionar. Y, para ello, cuentan con la inquebrantable libertad creativa que llevan explotando desde su fundación. Nacidos para brillar. - Pedro del Corral

'Alegría'

Morreo 

Las Amigas

Pop

★★★★ 

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