MÚSICA

Paco de Lucía, 'The Montreux Years': el guitarrista que no sabía leer partituras y se coronó entre los mejores del mundo

El festival suizo publica un disco en directo con las actuaciones más memorables del artista flamenco que acogió entre 1984 y 2012, como parte de una colección de actuaciones icónicas

El guitarrista Paco de Lucía (izquierda) junto al bajista y miembro de su sexteto Carles Benavent, en una actuación en el Festival de Montreux en 1984.

El guitarrista Paco de Lucía (izquierda) junto al bajista y miembro de su sexteto Carles Benavent, en una actuación en el Festival de Montreux en 1984. / Festival de jazz de Montreux

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"Yo iba muerto de miedo, por la responsabilidad que suponía actuar en este festival. Justo antes de salir al escenario, mi tío se me acercó y me dijo al oído: 'Aquí como te equivoques en una nota se enteran, aquí se oye todo'. Por poco me muero".

Lo cuenta Antonio Sánchez, guitarrista flamenco. Su tío es (era) Francisco Sánchez Gómez, que ha pasado a la historia como Paco de Lucía (Algeciras, 1947 - Playa del Carmen, México, 2014). La actuación fue en 2010, la primera vez que Sánchez, como parte del segundo sexteto del genio de Algeciras, acudía al Festival de Jazz de Montreux. Era un concierto especial, como cada una de las veces que Paco de Lucía estuvo en las tablas del ciclo. Volverían en 2012, la última vez que el guitarrista estaría en el festival.

Ahora, todas esas actuaciones que Paco de Lucía hizo con su sexteto en el Festival de Montreux son la materia de un nuevo disco, el octavo de artistas emblemáticos que publica la Fundación Claude Nobs en una colección que han llamado The Montreux Years, editada junto a la discográfica BMG. Nina Simone, Muddy Waters, Marianne Faithfull o Chick Corea son algunos de los artistas seleccionados. En el caso del español, se trata de un directo con algunas de sus piezas más icónicas (La barrosa, Zyriab, Sólo quiero caminar, su minera...), todas interpretadas con la libertad que les daba en los conciertos (temas de entre seis y diez minutos, entre los que se cuela varias veces su icónico Entre dos aguas), organizadas en un doble cd o vinilo de tal manera que puede revivirse la evolución musical que tuvo el sexteto, un tipo de formación que cambiaría los conciertos de guitarra del flamenco para siempre, pero que, además, lograrían un gran reconocimiento mundial. "A Paco le habría encantado ver este disco publicado", explica Sánchez. "A él lo que más le llamaba era dar conciertos, aunque siempre sufría antes de salir al escenario".

El niño de la Luzía, que tocaba la guitarra con una técnica apabullante pero no sabía leer partituras, terminó coronándose como uno de los músicos más importantes del mundo. "Se han escrito muchos superlativos sobre Paco de Lucía y todos son ciertos", escribe en el libreto del disco el también guitarrista John McLaughlin, gran amigo del de Algeciras, con quien compartió escenarios en numerosas ocasiones (dos de ellas, en el propio Festival de Montreux) y que también forma parte de la colección The Montreux Years con uno de sus conciertos en el festival. McLaughlin le recuerda así: "No leía música, pero nunca conocí a un músico con un oído tan impecable".

Paco de Lucía siempre afirmaba en las entrevistas que su velocidad tocando, uno de sus grandes legados, que creó escuela en prácticamente todos los guitarristas que alcanzaron el éxito en el flamenco después de él, provenía de la rabia con la que tocaba. Una rabia que tenía que ver con la falta de reconocimiento del flamenco como música culta, algo que fue uno de los objetivos más claros de su carrera: abrir un hueco a la guitarra flamenca entre las grandes músicas del mundo. Lo consiguió con creces, y este disco es prueba de ello. "Has dado en el clavo", contesta Sánchez sobre esto. "Paco podía expresar esa rabia contenida a través de una técnica magistral y consiguió esa reparación para el flamenco".

Los dos sextetos de Paco de Lucía

La primera vez que Paco de Lucía tocó en el Festival de Montreux fue en 1978. Lo hizo casi en solitario, con la única compañía de una segunda guitarra, la de su hermano mayor, Ramón de Algeciras, que fue quien le introdujo en el mundo profesional. Pero este concierto no aparece en el disco The Montreux Years, porque el festival ha querido centrarse en las apariciones que hizo después de fundar su sexteto. Hasta en ocho ocasiones subió a las tablas del ciclo suizo, pero no todas con su propia formación.

Fue aproximadamente en ese tiempo, a finales de los 70, cuando Paco comenzó a pensar en acompañarse en los escenarios de otros músicos, fundamentalmente de percusión. Él conocía el grupo Dolores, les admiraba, y del encuentro con ellos comenzó a fraguarse una formación de músicos que entraban y salían y que quedaría más o menos fijada con el primer disco en el que aparece el sexteto: Sólo quiero caminar (1981). Junto a Paco, estos músicos ajenos al flamenco aprendieron los entresijos de este arte, desconocido para ellos. Tanto, que al principio sólo se atrevían a tocar rumbas, porque no eran capaces de entender el compás de las bulerías u otros palos flamencos.

El sexteto de Paco cambiaría los conciertos de flamenco para siempre: la misma disposición física de los músicos en el escenario (formando un semicírculo con el guitarrista principal en el centro) o la introducción de instrumentos completamente ajenos al flamenco, como el bajo eléctrico (en la figura de Carles Benavent), o la flauta y el saxo (que en el sexteto tocaba Jorge Pardo), y más tarde la armónica o percusiones más allá del nudillo en la mesa o las palmas (fundamentalmente el cajón flamenco, que Paco de Lucía se trae de Perú e incorpora gracias a Rubem Dantas, y que hoy se considera casi imprescindible). Además, serían características del sexteto las improvisaciones en los conciertos alargando los temas, a la manera que se hace en el jazz.

Aquellos pioneros, que en España no gozaron los primeros años de mucho éxito, están en el disco The Montreux Years: los conciertos junto a Carles Benavent, Jorge Pardo, Rubem Dantas y sus hermanos Ramón de Algeciras y Pepe de Lucía (cante). Se une, además, la guitarra (tercera) de Carlos Rebato. Pero también el segundo sexteto que le acompañó en las giras interminables de los últimos años: Niño Josele (2006) o Antonio Sánchez (2012) como segunda guitarra, Antonio Serrano (armónica), Alain Pérez (bajo), Piraña (percusión) y Duquende en el cante. Además, en los créditos del disco aparecen, como músicos del concierto de 2006, los cantaores Diego el Cigala, Montse Cortés y La Tana, mientras que en 2012 también estuvo David de Jacoba.

Presentado por Quincy Jones

En Montreux, los conciertos de Paco y su sexteto eran un acontecimiento, siempre actuaban con todas las entradas vendidas y las crónicas de la época narran cómo levantaban ovaciones cerradas en cada aparición.

Su viuda, Gabriela Canseco, le acompañó a la cita suiza en un par de ocasiones, y recuerda la importancia que tenía para él el festival. "Él sabía la magnitud del festival, la importancia de los artistas que aparecían por allí". Uno de esos artistas fue Quincy Jones, que no sólo fue músico y compositor, sino que fue el gran productor del jazz y la música negra (blues, R&B, soul...). Un rey midas que, entre otros, lanzó al estrellato la carrera de Michael Jackson, al que produjo tres álbumes emblemáticos: Off the wall, Thriller y Bad. "Me gustaría presentaros al rey, Paco de Lucía", dice Jones para presentarle al público de Montreux.

Quincy Jones no sólo le presentó a él: era un rendido admirador del flamenco y solía ser el presentador de los conciertos de este género en el festival. "El flamenco, como el blues, provienen del dolor, y cuanto más dolorosos son, más profundidad tienen. Ese dolor y esa profundidad son los que convierten al flamenco en algo auténtico y muy diferenciado de lo que se hace musicalmente en el resto de Europa", declaraba a El País en 1991, con motivo del 25 aniversario del festival.

"Para Paco fue muy especial conocer a Quincy Jones" recuerda Canseco. "Estuvieron cenando juntos en 2012, hay vídeos por ahí en los que puede verse a los dos en el camerino, bromeando y riendo, disfrutando del festival".

Un festival único en las montañas suizas

Enclavado a los pies de los Alpes suizos, el Festival de Montreux nació como un festival de jazz de verano (se celebra en julio) con la idea de ofrecer conciertos únicos, en los que se produjera un encuentro especial entre los músicos que acudían y el público, que año tras año peregrinaba a este enclave para presenciar acontecimientos irrepetibles. Impulsado por el promotor Claude Nobs (fallecido en 2013), su primera edición fue en 1967, con la idea de que su pequeña ciudad estuviese ligada al jazz y fuese conocida en todo el mundo. En los 70 el ciclo comenzó a abrirse a otras músicas y ya a finales de la década comenzó a incorporar en su programación el flamenco. A principios de los 90, además, comenzó a estar producido por Quincy Jones. Sólo dejó de celebrarse en 2020, a causa de la pandemia mundial provocada por el covid.

Su primer escenario fue el que se encuentra dentro del Casino de Montreux. Sin embargo, el espacio especial que refiere Antonio Sánchez en el que se escuchaba hasta el vuelo de una mosca es el Miles Davis Hall. En ambos actuaría Paco de Lucía y ambos están en este disco, pero este último le gustaba y asustaba a partes iguales: el sonido, explica Antonio Sánchez, es el mismo que en un estudio de grabación por las peculiaridades de la sala. No hay eco y por lo tanto es más limpio.

Desde sus inicios, Nobs quiso grabar cada uno de los recitales, y a las grabaciones dedicó la mejor tecnología disponible en cada momento. De hecho, el pianista Bill Evans llegaría a ganar un Grammy en 1968 con un disco grabado en directo en este festival. La Fundación que custodia su legado, posee hasta 5.000 horas de grabaciones de vídeo y audio de 4.000 conciertos diferentes y la UNESCO ha reconocido este material como parte de su Registro de Memoria del Mundo.

En 1984 se organizó en el festival la primera Noche Española, en la que participaron, además de Paco de Lucía, Lole y Manuel, el grupo catalán Pegasus y la Familia Montoya. Tuvo tanto éxito que el festival decidió incorporarla a la programación de manera recurrente. Paco de Lucía repetiría ocho veces desde entonces.

The Montreux Years recoge aquellos grandes momentos en el escenario, y aunque la selección de temas -hecha por el propio festival- se centra en las intervenciones más memorables del genial guitarrista, su viuda echa en falta una de las creaciones emblemáticas de Paco: "Es una selección muy buena, pero a mí me habría gustado que pusieran la rondeña", afirma sin dudar Canseco. "Creo que es una de las grandes aportaciones de Paco al flamenco". Sánchez mueve la cabeza en sentido de aprobación, y añade: "Al menos está la minera, que siempre tocaba él solo. Pero claro, es que yo te diría 40.000 temas, los habría puesto todos. Lo bonito es que pasan los años y se le hace honor a su nombre con estos lanzamientos. Montreux tiene tantas grabaciones que podrían sacar nuevos discos de Paco de Lucía más adelante".