ARTE

Zabala, 40 años de obras del hombre del cuaderno

El artista no entiende la vida sin dibujar a cualquier hora y en cualquier lugar

Javier Zabala inaugura exposición en A Coruña

Javier Zabala inaugura exposición en A Coruña / VICTOR ECHAVE

Ana Carro

Javier Zabala (León, 1962) siempre lleva un cuaderno con él. O en la mochila o en el bolsillo. Ayer, justo antes de la inauguración de su exposición Espazos en construcción, en la sala Salvador de Madariaga, en Acoruña llevaba dos. Se puede poner a dibujar a cualquier hora y en cualquier lugar. No entiende la vida de otra forma. “Me voy a tomar vinos con un cuaderno y puedo estar hasta las cinco de la mañana dibujando. Para mí eso no es trabajar, es un montón de felicidad”, confiesa.

Buena parte de su trabajo forma parte de esta muestra —se puede visitar hasta el 17 de mayo— que repasa su trayectoria de 1983 a la actualidad. Desde esas primeras estatuas que dibujaba con 21 años hasta sus obras más recientes, que destacan por su colorido, pasando por algunos de sus libros. “Al principio, a mí no me gustaba nada lo que hacía”, recuerda. De hecho, cuando en casa dijo que quería ser artista, la respuesta de su familia fue mandarlo al psicólogo. “Y empecé veterinaria”, señala, y añade: “Creo que de ahí me vino uno de mis libros, Hamlet”.

Habla con cariño de su libro Barcelona, con el que se descubrió a sí mismo. “Es de 2001. Había un libro anterior, Madrid, pero este fue en el que eclosionó ese estilo que todavía está, aunque muy evolucionado”, explica Zabala, que recibió el Premio Nacional de Ilustración en 2005. Fue finalista del Premio Andersen 2012 y tres años más tarde recibió la Manzana de Oro en la Bienal de Bratislava. En 2016, obtuvo el Golden Medal of Times Illustration Book Award. Este año recibió dos premios por su trabajo gráfico en Pez.

“Cuando no te conocen, los premios son muy importante porque así te conocen. Yo gané el Premio Internacional de la feria de Bolonia y en ese momento dejas de ser uno entre muchos muchos muchos ilustradores. También es una responsabilidad porque te señalan de alguna manera”, detalla.

En estos 40 años de trayectoria, Zabala ha ilustrado más de 90 libros, de algunos de los cuales también es el autor del texto. Sus libros han sido traducidos a más de 19 idiomas. Ha viajado por todo el mundo, desarrollando también su actividad docente. Pero le “da igual el sitio en el que esté”, todo sale de su imaginación. “Me lo invento todo”, comenta, mientras observa un vídeo que forma parte de la exposición en el que se ve su estudio y cómo trabaja. “Esta exposición es un poco didáctica, quiero que la gente comprenda el proceso que lleva a un libro. El trabajo inmenso que hay en una ilustración”, insiste el artista, que ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas por todo el mundo.

Javier Zabala reconoce que tiene “muchas obsesiones” y que estas se reflejan en su obra. Se dio cuenta tras una charla con el escritor Leonardo Padura en La Habana. “Me dijo ‘qué sería de nosotros los escritores sin nuestras obsesiones’. Y dije, anda, y nosotros también. Cuando volví a Madrid, lo miré todo y había una gran cantidad de obsesiones en mi obra”, apunta.

Orgulloso de sus “carnets”, que se pueden ver en la primera planta de la sala Salvador de Madariaga, en Durán Loriga, desvela que un día decidió “que iba a trabajar con papel muy caro”. “Entre los bocetos y los libros hay una frontera horrible en la que se acaba la diversión y se empieza el trabajo. Yo decidí que desde el principio iba a hacer todo junto, por eso el papel era importante”, resume Zabala, que ha ilustrado textos de Cervantes, Shakespeare, García Lorca, Rodari, Melville, Chejov o Van Gogh.

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