RESPÓNDAME

Joaquín Cortés: "Como bailarín español vivo, soy el más reconocido y el más importante"

El bailaor flamenco Joaquín Cortés durante la presentación de su gira, ‘Esencia’, en el Teatro Real.

El bailaor flamenco Joaquín Cortés durante la presentación de su gira, ‘Esencia’, en el Teatro Real. / Europa Press/Gustavo Valiente

Artista universal, con “ambición sana” en el baile y la música, empezó como bailarín clásico –“Nureyev para mí era como un dios”- y ha llevado el flamenco por todo el mundo. Joaquín Cortés crea las coreografías en las cafeterías: “El café es mi droga”, dice. Y reivindica más atención institucional a su arte.

Su último espectáculo se llama Esencia. ¿Ha destilado ya el arte hasta ese punto? A ver si se va a quedar en los huesos.

En los huesos me estoy intentando quedar, porque hay que recuperar el físico después de cuatro años parado [ríe]. La esencia es el perfume tuyo, es toda una vida luchando por el arte, por la música, por la cultura.

¿Va camino de convertirse en mito o ya ha superado esa meta?

No, yo no soy un mito. Yo soy un artista que viene aquí a contar su historia y a llevar el arte gitano, el arte español por todo el mundo.

Ha viajado por todo el mundo. ¿Se siente como el baúl de la Piquer?

Bueno, yo creo que la Piquer viajó menos que yo. Me siento un hombre afortunado, porque he tenido una carrera muy larga, sigo en activo y sobre todo, lo más importante, es que el público me quiere y me respeta.

Me siento un hombre afortunado: he tenido una carrera muy larga, sigo en activo y el público me quiere y me respeta

Dice ser el máximo exponente del flamenco de la historia, por encima de Camarón y Paco de Lucía. ¿No son palabras mayores?

No lo dije con esas palabras, pero realmente el que ha llevado el flamenco más lejos al mundo he sido yo. Camarón ha quedado en la historia y difícilmente va a haber otro mito como él en lo que al cante flamenco se refiere; Paco de Lucía es la mejor guitarra española de todos los tiempos. Pero cuando hablamos de quién ha llevado el flamenco más lejos, yo, modestia aparte, he llegado a países donde no ha llegado nadie. Y como español he sido el primero o el segundo. Me gana Julio [Iglesias], nada más. Lo mío es otra dimensión, mucho más a lo bestia.

Y opina que, en la danza mundial, para ser el más grande de los vivos solo le falta que desaparezca Baryshnikov. No estará cruzando los dedos.

No. Hay una lista especializada a nivel mundial en la que, de los diez bailarines más importantes de la historia, soy el único español. Están Nureyev, el bailarín ruso-tártaro-gitano, al que conocí; y Fred Astaire, Gene Kelly, Marta Graham. Todos muertos, menos Baryshnikov y Sylvie Guillem, francesa, maravillosa, con la que he bailado. Como bailarín español vivo, a nivel mundial soy el más reconocido y el más importante.

En España sólo se valora a cocineros y futbolistas”. ¿Somos sólo de pucheros y goles?

No. Lo que quiero decir es que me parece muy bien que se ayude al deporte, que tengamos aquí grandes chef con estrellas Michelin, un Rafa Nadal que es uno de los mejores deportistas de la historia española. Pero es que el arte en España también existe, hay mucho talento, y aquí la danza es la hija pobre de la cultura. ¿Por qué es más importante hablar de fútbol que de flamenco, cuando el flamenco es patrimonio inmaterial de la Humanidad?

Usted de arte anda sobrado. ¿Y de ego?

A ver, es que lo del ego es relativo. Cuando un artista lleva 42 años subiéndose a los escenarios por todo el mundo, habiendo hecho cosas que pocos han hecho, no se trata de más ego o menos ego, sino de algo que está ahí, que es tu currículum, y habla por sí solo. Tengo 54 años, pero llevo en esta carrera desde los 12, he dado más vueltas al mundo que Willy Fog, llevando el arte y la cultura española. ¿Dónde está el apoyo de las instituciones?

Imagen de archivo del bailaor Joaquín Cortés durante una actuación en Madrid en 2014.

Imagen de archivo del bailaor Joaquín Cortés durante una actuación en Madrid en 2014. / EFE/Juan Carlos Hidalgo

Gitano universal, cisne moscovita, seductor italiano, caballero español. ¿De toda esta literatura que le han aplicado con qué apelativo se queda?

Hombre, gitano universal sí me lo puedo permitir, porque es verdad; y caballero español, también. Todos mis espectáculos han sido hechos con mucha elegancia, muy cuidados, con mucha calidad.

Porque seductor italiano…

También. A mí me han puesto de sex symbol y de latin lover en muchos sitios. ¿Tú cómo me ves a mí?

Huy, ideal.

Jajaja. ¿Cómo me veo? Soy un hombre al que le gusta cuidarse, y mis obras siempre han sido muy trabajadas. Mi norte es la calidad.

Ha parado casi cuatro años para estar con sus niños. ¿En qué le ha cambiado la paternidad? ¿Le ha bajado un poco los humos?

Más que los humos, me ha hecho más sensible todavía. Y he descubierto también otras cosas. Ahora valoro mucho más a la mujer.

La paternidad me ha hecho valorar mucho más a la mujer

¿No se había dado cuenta de lo que valemos?

Sí, cómo no. Tuve la suerte de criarme rodeado de mujeres: una madre maravillosa, una abuela materna, hermanas, tías. Pero ahora valoro más lo que es una madre que tiene que estar sacando adelante a su hijo. No hablo de una madre con padre, sino soltera, la lucha, el sacrificio. Son mujeres valientes.

Su obra fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. ¿Qué le queda por escalar?

¿Sabes la ilusión que sigo teniendo? Subirme a un escenario. Cuando estoy en un escenario es como estar en mi habitación, en mi mundo imaginario. Que ya es raro que con 42 años de carrera todavía me apetezca subirme a un escenario y ponerme ahí a pegar zapatazos.

¿Está encantado de haberse conocido?

Hay muchas cosas mías que no me gustan, ¿eh? [ríe] Me veo en un vídeo bailando y digo: Qué mal lo hago. Por deformación profesional, como director, como coreógrafo soy tan perfeccionista… Me veo muchos defectos, no te creas.