Quevedo, el rey canario de la música en español

Hay un antes y un después del 6 de julio de 2022 en la vida de Pedro Luis Domínguez Quevedo. Aquel fue el día en el que el músico canario, aliado con Bizarrap, el productor argentino que convierte en oro todo lo que toca (incluida la celebérrima canción de Shakira contra Piqué) publicaron lo que se bautizó como Quevedo: Bzrp Music Sessions, vol. 52. En cuestión de horas la canción, a la que todo el mundo conoce como Quédate, se convirtió en número uno global de Spotify, y en esa posición permaneció durante más de un mes, perpetuando su onda expansiva para trepanar cerebros y sacudir botellones y pistas de baile en las cuatro esquinas del planeta en el tiempo transcurrido desde entonces.

Sin embargo, no era la primera vez que este artista que tiene ahora 21 años se acercaba al éxito. Nacido en 2001 en Madrid, y tras una primera etapa en Brasil, su familia se instaló en Las Palmas de Gran Canaria cuando él tenía cinco años. La música se le pegó al cuerpo desde muy pequeño, en un cóctel en el que entraban el hip hop y los ritmos latinos fruto de su paso por el país sudamericano y de esa encrucijada de culturas que son las Islas Canarias.

Desde los 14 años se curtió en la canción haciendo freestyle con sus amigos del barrio, y fue con 19 cuando decidió meterse en un estudio para producir su primer tema. Lo hizo con su amigo Linton, un productor canario que sigue siendo su principal cómplice musical. Era el verano de 2020, el aire empezaba a correr después del encierro pandémico y los dos irrumpían en el mercado musical con Planteamiento erróneo, una canción sencilla de hip hop clásico donde ni su voz ni su flow tenían la personalidad que han conquistado después, pero donde ya se podían adivinar las aptitudes de un joven músico listo para eclosionar.

La primera explosión, todavía controlada, llegó en 2021, también a medias con Linton: Ahora Y Siempre se convirtió en un éxito viral y en ella ya se reconocía al Quevedo que ha venido después, el de voz más grave y ritmos más gruesos y cercano al trap. El otro elemento clave de su música, el reguetón, irrumpía en un tema colectivo publicado meses después, Cayó La Noche (Remix), en el que también participaban otras estrellas del género como Bejo o Abhir Hathi, todos ellos también canarios, demostrando el poderío de las islas en la música urbana en español. Su encuentro posterior con la superestrella argentina del trap Duki en el tema Si quieren frontear dejaba tendido ese puente Las Palmas-Buenos Aires que después alumbró la colaboración con Bizarrap y el seísmo Quédate. El mundo estaba listo para ser dominado por las canciones con acento guanche.

Lo que ha venido después no ha hecho más que confirmar lo que reveló ese megahit que ya acumula alrededor de mil millones de visionados en YouTube y otras tantas escuchas en Spotify. Porque con cada uno de sus lanzamientos posteriores, los singles que han conducido hasta Donde quiero estar, su primer álbum de estudio que publicaba el pasado 20 de enero, el artista ha seguido cosechando victoria tras victoria.

Temas como Vista al mar o Punto G tienen ya más de 200 millones de escuchas en la plataforma de streaming, y Playa del Inglés, aunque hable de amor, se ha convertido en un especie de himno no oficial de unas Canarias de las que el músico es ya su mejor embajador, como si él solo fuera un pabellón entero en Fitur de esas islas tropicales a menos de tres horas de Madrid. Porque a los centros tradicionales de la música española, las dos grandes capitales, les ha salido un competidor en medio del océano. Y la culpa la tiene un chaval llamado Quevedo.