RESPÓNDAME

"A mí los donjuanes me pudren. Lo que me gusta son las mujeres fatales"

En Lo que la primavera hace con los cerezos (Espasa) analiza los amores y desamores, pasiones y creación artística de decenas de personajes históricos. Escritora y periodista, se dice intensa, apasionada e insegura: Esto, cuenta, le hace dar a leer a su marido hasta los correos electrónicos antes de enviarlos.

La periodista Marta Robles en Madrid.

La periodista Marta Robles en Madrid. / Alba Vigaray

En plena postpandemia; en plena invasión rusa a Ucrania y usted hablando del amor.

Yo lo que quería era hacer un ensayo entre la creación, el amor, el desamor y la pérdida. Da igual que haya pandemia, guerra o lo que sea. El único sentimiento que realmente mueve a los seres humanos es el amor.

Pasiones carnales de reyes, reinas y poderosos…” ¿Ha estado en Abu Dabi para documentar algún capítulo?

No. Mi libro anterior, Pasiones carnales. Los amores de los reyes que cambiaron la historia de España, va desde el siglo VIII al XX. Termino en Alfonso XIII y lo hago, además, con mucha intención, porque creo que para escribir historia y literatura es necesaria cierta perspectiva. Otra cosa es el periodismo. El periodismo es lo que hay que hacer ahora en Abu Dabi, con los de Abu Dabi y con todos los demás.

Habla de los amores tóxicos.

Los amores tóxicos los sufre todo el mundo. Hay tantos tipos de amor como de mirada. No lo vemos de la misma manera cuando es el primer amor, que cuando es el segundo o cuando tenemos unos años. Lo que creo realmente es que es muy difícil amar bien. Por eso amar mal provoca en el otro una toxicidad terrorífica.

¿Es más tóxico el amor PSOE-Podemos o el del PP con Vox?

Es un amor que no viene bien a ninguno de los dos grandes partidos. El que hubiera formaciones que rompieran el bipartidismo era imprescindible y necesario, y lo vimos llegar como algo que iba a refrescar el ambiente. Al final nos han salido todos rana y los pequeños partidos están destilando mucha toxicidad.

Ortega y Gasset definía el amor como un “estado de imbecilidad transitoria”. Mirando alrededor, parece haber mucha gente enamorada.

Cuando Ortega dice eso creo que se refiere más a esa pasión que te enloquece y que en ese momento te vuelve un poco tonto. Pero el amor como lo define Voltaire, que ataca cabeza, cuerpo y corazón, puede sacar lo mejor de ti. Por eso puse este título, Lo que la primavera hace con los cerezos, porque querer hacer lo que la primavera hace con los cerezos con tu amado es el símbolo del mejor amor.

Habla también del maltrato, aunque tiene poco que ver con el amor. Quevedo, Neruda y Picasso eran maltratadores.

Los pongo entre los misóginos maltratadores, sexistas, depravados. Quevedo creo que no era un maltratador. Era un misógino. Canta muchas veces al amor, pero tengo la sensación de que es un amor en el que no se le acercó nadie a la distancia adecuada. Picasso era un maltratador, sin ninguna duda, con una obra fascinante. A mí me encantaría tener un cuadro de Picasso, pero no me gustaría tenerlo de novio.

Y coge un verso de un violador como Neruda para el título de su libro.

Neruda era un violador confeso, y creo que tampoco era una gran persona, porque abandonó a su esposa y trató muy mal a su hija Malva Marina, que tenía hidrocefalia. Pero este es un concepto que trasladamos de la antigua Grecia: Nos pensamos que las personas guapas son buenas, que los feos tienen cara de malos. Y el hecho de que escribas muy bien no significa que seas buena persona. Si hay artistas que delinquen, que los metan en la cárcel. Pero que no priven a la sociedad de sus obras.

De quienes, según su ensayo, han amado bien, ¿a quién se llevaría a casa?

Difícil, ¿eh? Porque convivir con un creador no es nada sencillo. Me divertiría mucho llevarme a casa a Lope de Vega, que no es precisamente de los que ha amado mejor, un promiscuo, tuvo once mujeres…

Y además, cura.

Al final de su vida. Aunque después tuvo una señora mucho más joven.

El rencor de una ruptura indeseada (Shakira-Piqué) o la reconciliación post cuernos, misa incluida (Tamara-Íñigo Onieva) ¿le darían para un segundo volumen?

El caso de Tamara-Onieva no me daría para nada, porque yo creo que ellos no han creado nada, su crónica de amor y desamor me interesa poquito. El caso de Shakira me divierte más. Me parece que tiene mucho que ver con el de muchos grandes artistas de la Historia que en el despecho se sobran, y de qué manera. Nancy Crampton escribió un manual sobre cómo matar a su marido y acabó matándolo. No habría segundo volumen con los casos que citas, pero entiendo que los creadores, como han hecho Miley Cyrus o Shakira, muchas veces echan fuego a sus propios incendios amorosos porque necesitan sentir mucho, porque la diferencia entre una obra de arte y lo que no lo es es que tenga emoción. Shakira se ha debido de quedar nueva, Miley Cyrus también, y encima han ganado una pasta.

Si para ligarla alguien empezara: “No es verdad, ángel de amor…” ¿Qué haría?

A mí los donjuanes me pudren. Lo que me gusta son las mujeres fatales. Ese rollito de la mujer abnegada de redimirlos y querer cambiarlos me preocupa mucho, porque ahí hay mucho germen de maltrato. Las mujeres fatales no son para nada la réplica del donjuán, no necesitan poner muescas en su revólver. Han amado a quien les ha dado la gana, cuando y como les ha dado la gana. Son libres. Y no hay nada que aterrorice más a los hombres que las mujeres libres.