ESTRENO

'TÁR', Cate Blanchett y la batuta del poder

La actriz se convierte en directora de orquesta en una película que reflexiona sobre el abuso de poder y la cultura de la cancelación en la que es, sin duda, una de las cimas interpretativas de su carrera

Cate Blanchett en 'TÁR'.

Cate Blanchett en 'TÁR'. / ARCHIVO

Bienvenidos al mundo de Sylvia TárUna mujer hecha a sí misma, que se ha abierto camino en un microcosmos eminentemente masculino hasta llegar a ser una directora de orquesta respetada que se encuentra en lo más alto de su carrera profesional. No sabemos cómo ha llegado hasta ahí, pero la conoceremos en medio de una vorágine de éxito, cuando está a punto de publicar un libro y de dirigir la Quinta Sinfonía de Mahler con la Orquesta de Berlín.

Sylvia Tár emana seguridad, control y disciplina por todos sus poros, como si se hubiera creado un caparazón a prueba de bombas. Sylvia Tár es impenetrable, incluso en su vida privada, que comparte con la concertino de la filarmónica donde trabaja y con la que tiene una hija adoptada. Pero ¿quién es Sylvia Tár en realidad? 

Personajes enigmáticos

Todd Field, el director de TÁRsiempre le han gustado los personajes ambiguos e incómodos que, en la mayor parte de los casos, constituían un enigma, como se puede comprobar en sus dos películas anteriores, En la habitación y Juegos secretos. Le apasiona cocinar sus historias a fuego lento y, poco a poco, ir abriendo grietas en sus personajes hasta adentrarnos en sus conflictos más profundos. Ha tardado casi veinte años en volver a ponerse detrás de la cámara, y lo ha hecho con una obra de una complejidad e inteligencia asombrosa en la que se habla de algunos de los dilemas de nuestro tiempo, como el abuso de poder o la cultura de la cancelación. 

En efecto, Sylvia Tár tiene sus sombras y estas serán aprovechadas para orquestar su caída. Su relación con las jóvenes que han sido sus pupilas no está del todo clara y, cuando una de ellas se suicide y la acuse de haber imposibilitado su evolución artística comenzará a abrirse una brecha que irá desgarrándose poco a poco hasta desestabilizar toda su vida, tanto personal como profesional, afectando incluso a su equilibrio psicológico. 

Sueños que se vuelven pesadilla

Hacía mucho tiempo que el director quería hacer una película sobre un personaje que, después de haberse esforzado en cumplir un sueño, una vez conseguido, se convierte en su mayor pesadilla. Pero aquí resulta particularmente importante que ese personaje sea una mujer dentro de un entorno opresivo en el que la autoridad parece ser el único camino para alcanzar el respeto. ¿Hasta qué punto son ciertas las acusaciones que se vierten sobre Sylvia Tár? ¿Es o no víctima del sistema que ella misma ha abrazado intentando perpetuar los vicios del sistema patriarcal? 

Todas estas diatribas se encuentran presentes en un film meticuloso y repleto de capas en el que la presencia totémica de Cate Blanchett lo inunda todo. Todd Field ha sido muy claro al respecto: escribió el guion pensando en ella, y si no hubiera aceptado el papel, no lo hubiera rodado. Para él, la película es de Cate. Y está en lo cierto.

El trabajo de composición del personaje de Sylvia Tár resulta descomunal. Para prepararlo la actriz aprendió alemán y a tocar el piano, se documentó a través del trabajo de algunos de los mayores referentes en el campo, en especial Antonia Brico, mujer pionera en la conducción de orquestas que fue silenciada por su condición femenina y dio clases con Natalie Murray Beale. Pero como la propia Cate Blanchett dice, toda esta preparación previa no constituye la esencia del personaje, son meras herramientas que ayudan a desarrollarlo por fuera, pero no a definirlo. Para ella, el reto era meterse en la cabeza de alguien que había intentado ser perfecta y, por el camino, había olvidado quién era en realidad. Eso y, por supuesto, alcanzar una conexión con el público a través de un personaje de lo más escurridizo y enigmático.

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