TENDENCIA EN LA GRAN PANTALLA

Emily Brönte, Shirley Jackson, Mary Shelley: el cine se vuelca con las escritoras

'Emily', sobre Emily Brönte, es una de las numerosas propuestas recientes, de ficción y documental, que arrojan nuevas miradas sobre autoras fundamentales

De izquierda a derecha, imágenes de ’Emily’, ’Mary Shelley’ y ’Shirley’.

De izquierda a derecha, imágenes de ’Emily’, ’Mary Shelley’ y ’Shirley’. / ARCHIVO

Coinciden en el tiempo varias aproximaciones biográficas a escritoras importantes, la más reciente, Emily (2022), escrita y dirigida por la actriz Frances O’Connor y centrada en una etapa de la vida de Emily Brönte. El biopic literario no es ninguna rareza, como tampoco lo son las películas sobre escritoras. Iris (2001), Sylvia (2003) o La joven Jane Austen (2007) serían ejemplos. Y el año pasado cumplía veinte años Las horas (2002), de Stephen Daldry. Adaptación de la novela de Michael Cunningham, no es un biopic, pero una de sus protagonistas es Virginia Woolf (Nicole Kidman) en la etapa en la que escribe La Señora Dalloway¿Por qué es entonces destacable la aparición los últimos años de numerosas películas sobre la vida y la obra de escritoras? Por tres razones. Una, porque realmente son muchas. Otra, porque parten de una voluntad clara de recordar la importancia de esas autoras. Y una tercera, porque sus responsables, en su mayoría directoras, se proponen ofrecer perfiles ricos y complejos de estas mujeres.

La mayoría de estos cineastas esquivan el esquematismo y ponen el foco en lo conscientes que esas autoras eran de la realidad de su época, de las dificultades a las que tenían que hacer frente por el hecho de ser mujeres, en su independencia y en su rebeldía. No todas esas películas son brillantes, y algunas, aunque lo hagan con la mejor intención, observan a sus protagonistas con una mirada demasiado actual, contagiada de las preocupaciones del presente. Sin embargo, aunque no todos estos filmes brillen igual, están conectados por la necesidad de recordar la importancia literaria e histórica de esas mujeres.

Estrenada en salas la pasada semana, la última es Emily, en la que O’Connor bosqueja la complejidad psicológica de la escritora y el posible efecto en su vida (y obra) de dos figuras masculinas, su hermano y el hombre del que se enamoró. Pero no es un caso aislado. Los últimos años han visto la luz Colette (2018), en la que Keira Knightley da vida a la escritora francesa, y Conociendo a Astrid (2018), que se centra en la juventud de Astrid Lindgren, creadora de Pippi Calzaslargas, y la presenta como un claro referente feminista. También se han estrenado Marguerite Duras. París 1944 (2017), inspirada en el libro/diario de Duras El dolor y, todavía más interesantes y comentadas, Historia de una pasión (2016), Mary Shelley (2017) y Shirley (2020). Antes de pasar a estas tres últimas, también hay que destacar una propuesta cercana: Karen (2020), de María Pérez, un retrato íntimo y delicado de la escritora danesa Karen Blixen.

Vida y obra

Aun siendo muy distintas, Mary Shelley y Shirley tienen algo en común: sus directoras cruzan –narrativa y formalmente– la vida y la obra de las protagonistas de sus películas. En la primera, la cineasta Haifaa Al-Mansour recoge la adolescencia de la autora de Frankenstein y los acontecimientos que la llevaron a escribirla. Hace hincapié, de forma didáctica, en las dificultades Shelley para hacer valer su obra en un mundo que negaba a la mujer y en el feminismo que heredó de su madre, la escritora Mary Wollstonecraft. Pero lo más interesante es cómo establece paralelismos entre la protagonista y su célebre monstruo y trata de imprimir al filme la atmósfera de la novela de Shelley.

En Shirley, la directora Josephine Decker también entrelaza, en este caso hasta el delirio, la vida y la obra de la escritora Shriley Jackson, maestra de la literatura de terror. En Shirley se funden y confunden la escritora, sus personajes y su universo fantasmal. En las dos películas hay una voluntad expresa de dar protagonismo a la obra de esas autoras y esquivar un mal común en el biopic literario: olvidar que esas mujeres, más allá de sus problemas, ante todo escribían. Esa es también la esencia de Historia de una pasión (2016), la mejor de las películas citadas en este reportaje, en la que Terence Davies se acerca a Emily Dickinson y captura visualmente, con tanta humildad como maestría, el misterio de sus poemas.

Propuestas documentales

El interés por las escritoras también se advierte en el documental, presente en salas, festivales y plataformas (Filmin, por ejemplo, tiene todo un apartado dedicado a películas sobre escritoras). Recientemente se han estrenado Los años de Super 8 (2022; Filmin), propuesta atípica en la que la premio Nobel Annie Ernaux (directora del filme junto a su hijo) se busca y encuentra en viejas películas domésticas, y A las mujeres de España. María Lejárraga (2022; Filmin), documental en el que la directora Laura Hojman se acerca a la figura de una pionera del feminismo en España y aborda su labor literaria silenciada. Y, además de recuperar documentales de la importancia de Recordando a Susan Sontag (2014; Filmin) o Todo es una copia (2016), sobre Nora Ephron, las plataformas van incorporando (incluso produciendo) con naturalidad y buena acogida las nuevas propuestas de no ficción sobre escritoras.

Los documentales citados están, han estado o –esperamos– estarán disponibles para ver en línea en España: Joan Didion: el centro cederá (2017; Netflix), Supongamos que Nueva York es una ciudad (2021; Netflix), serie en la que Martin Scorsese conversa con la escritora Fran Lebowitz, Ferrante Fever (2017), sobre el misterio en torno a Elena Ferrante y el fenómeno que son sus libros, Worlds Of Ursula K. Le Guin (2018; Filmin), Toni Morrison: The Pieces I Am (2019), Margaret Atwood: A Word After A Word After A Word Is Power (2019; Filmin), Amando a Highsmith (2022; Filmim), la miniserie Agatha Christie: la reina del misterio (2022; Movistar) o Flannery (2019), documental creativo sobre Flannery O’Connor.