EL OTRO CAMINO DE SANTIAGO

Tras las huellas de Ramón Chao y Prisciliano

El cinestasta Aser Álvarez une en un documental las figuras de estos dos gallegos separados 1.600 años en el tiempo, pero unidos por la rebeldía y el planteamiento de que otro mundo es posible

Ramón Chao en su Vespa 'Priscila'.

Ramón Chao en su Vespa 'Priscila'. / ARCHIVO FAMILIAR

Ana Rodríguez

Les separan 1.600 años en el tiempo, pero les une una tierra, Galicia, y la filosofía común de luchar por un mundo más justo. Prisciliano, el gallego heterodoxo del siglo IV decapitado por herejía, y Ramón Chao, el periodista e intelectual nacido en Villalba (Lugo) en 1935, son las dos figuras históricas que el director audiovisual Aser Álvarez reivindica en su próximo documental, O Camiño de Prisciliano. Tralas pegadas de Ramón Chao (El camino de Prisciliano. Tras las huellas de Ramón Chao), una especie de road movie que estrenará en mayo en París con motivo del quinto aniversario de la muerte de Chao.

"Es un viejo proyecto que tenía con Ramón Chao y que no pudimos hacer juntos por su muerte en 2018, es un homenaje a él y a la que fue su obsesión durante los últimos años de su vida: reivindicar la figura de Prisciliano", comenta Aser Álvarez, de Arraianos Produccións.

Álvarez y Chao se conocieron tras ganar el primero el Premio Mestre Mateo 2013 por su documental sobre Celso Emilio Ferreiro e invitarlo el segundo a proyectar su trabajo en el Instituto Cervantes de París. "Me dijo que quería hacer algo así –un documental que no fuese aburrido ni tedioso– con la figura de Prisciliano. La idea era irnos los dos en su Vespa recorriendo el trayecto de París a Galicia que él ya había hecho para su novela Prisciliano de Compostela, traducida al gallego como O Camiño de Prisciliano", explica Aser Álvarez.

Para retomar el viejo proyecto, el productor se puso en contacto con los hijos de Ramón Chao: Antoine, un animal radiofónico como su padre, y Manu, que sigue la estela musical de su progenitor, quien se marchó en los años 50 a París becado por ser un prodigio del piano. Ambos se involucraron en el documental, cuyo premontaje aseguran que capta el alma de su padre.

El camino que recrea Aser Álvarez en su cinta es circular, como eran los caminos medievales de ida y vuelta, transcurre en varias etapas entre Alemania, París y Galicia, involucra a familiares y amigos de Ramón Chao que aparecen dando sus testimonios, y se desarrolla en vehículos casi inverosímiles, como una vespa rosa que emula la 'prisciliana' con la que el periodista realizó su viaje en los 90, un tren en miniatura o el 'priscimóvil', un Suzuki Samurai de la Asociación de Amigos de Prisciliano, cuyo principal promotor fue Ramón Chao y que ahora está en manos del sucesor de su legado, Moncho Paz, quien también aparece en el documental.

Un Prisciliano del siglo XXI, encarnado por Paco Boluda, emprende en la cinta un viaje a Compostela 1.600 años después de su muerte tratando de reivindicar su lugar en la historia de Galicia, un espacio que le fue usurpado tras ser ejecutado y despojar a sus discípulos de todas sus riquezas. “Tratamos de darle ese toque cómico, punk, fresco, rebelde y juguetón que tenía Ramón, quien a los 80 años tenía mente de niño, era un tipo al que le brillaban los ojos, que te hacía vibrar con todo lo que le interesaba. Afortunadamente, me contagió su obsesión por reivindicar la figura de Prisciliano”.

El punto de partida del viaje en el tiempo y el espacio es la localidad alemana de Tréveris, donde en el año 385 era decapitado Prisciliano en la Porta Nigra, a cuyos pies está la casa natal de Karl Marx. El gallego erudito, que se había formado en Burdeos con maestros druidas, era un asceta heterodoxo con una visión del mundo muy adelantada para su época. Defendía la igualdad entre hombres y mujeres, la fraternidad, el reparto de la riqueza y el ecologismo. Sus críticas a la corrupción e hipocresía de la jerarquía de la lglesia, para la que pedía una vuelta a los orígenes del cristianismo, le hicieron ganar adeptos, que lo proclamaron popularmente obispo de Ávila, y también enemigos. Su decapitación lo convirtió en mártir para sus seguidores, que trajeron sus restos a Santiago, y supuso el inicio del priscilianismo que sumó numerosos seguidores, sobre todo en el sur de Francia y el norte de España, así como el inicio de una ruta de peregrinación a Galicia. "Eso demuestra que el Camino de Santiago es anterior al Apóstol y posiblemente antes de Prisciliano ya se hacía hasta Finisterre siguiendo las estrellas”, indica Aser Iglesias, quien aclara que “nosotros pretendemos enriquecer el relato, no tapar ni ningunear a nadie”.

La siguiente etapa del viaje es París, donde Antoine Chao y su familia les abren la casa familiar de Sèvres, en la que vivió el intelectual gallego y donde se forjó Mano Negra. “En París nos damos cuenta de la importancia extraordinaria de Ramón Chao en la resistencia a las dictaduras de Sudamérica desde su trabajo en Radio France International (donde acogió a muchos represaliados y emitía para toda Hispanoamérica y, burlando a la dictadura a través de la onda corta, para España y Portugal), de su contacto con toda la intelectualidad, no solo francesa, sino de todo el mundo, y de los maravillosos libros que publicó tanto en solitario como con su gran amigo Ignacio Ramonet, con el que defendía el altermundialismo y la idea de que otra Europa es posible”.

Entrevista de Chao a Jorge Luis Borges en 1985 en París. 

Entrevista de Chao a Jorge Luis Borges en 1985 en París.  / ARCHIVO FAMILIAR

En la capital francesa conocen a personajes tan variopintos como Alberto Herraiz, un pastelero que vende tartas priscilianas en el centro de París; a Rocío Álvarez, quien acogió la biblioteca que donó Ramón Chao al Instituto Cervantes, y a los nietos del gallego, uno de ellos Merlín, que interpreta al piano para el documental un fragmento de la pieza Lago Como compuesta por su abuelo.

Ya en Villalba, el inicio del mundo para Ramón, el alfa y omega omnipresente en su obra y su vida, a Antoine le releva como guía del camino Moncho Paz, a quien Chao le encargó antes de morir continuar con su labor para divulgar la figura de Prisciliano. El obispo rebelde unió, curiosamente, a Ramón Chao y a su hermano José, quien también publicó un libro sobre este personaje, Prisciliano, profeta contra el poder, desde un punto de vista teológico e histórico.

Quiso la fortuna – o “Ramón moviendo los hilos”, como dice Aser Álvarez– que Manu Chao diera por primera vez en su vida un concierto en la localidad natal de su padre (el 2 de septiembre de 2022) para que ese recital se convirtiera en la banda sonora y el hilo conductor de la pieza audiovisual que estaba preparando Aser Álvarez. “Ramón lloraría de emoción al ver a su hijo tocando en Villalba; Manu también se emocionó mucho”.

La pieza audiovisual cuenta con una subvención de la Diputación de A Coruña a proyectos singulares de carácter cultural. “No es un documental biográfico sobre Ramón Chao, que necesitaría una pieza más extensa, pero sí creo que es una figura menos conocida en Galicia de lo que debería ser. Como la de mucha gente que trabajó desde el exilio".