LOCAL EMBLEMÁTICO DE MADRID

Los misterios que envuelven el cierre del karaoke de Mostenses: "Se lo quisieron cargar, nos hicieron el lío"

Allí acudían jóvenes, adultos, aficionados a la canción, personalidades del cine y la televisión, trabajadores de los teatros de la zona... pero el techo estuvo cerca de caérseles encima

La compañía Saba Aparcamientos S.A., beneficiaria de la concesión, declara que, en 2019, cuando se detectó el deterioro que sufría la estructura del local, acometieron "obras para mitigar cualquier riesgo"

Exterior del karaoke de Mostenses, Master Plató.

Exterior del karaoke de Mostenses, Master Plató. / ALBA VIGARAY

En el imaginario de muchos asiduos de la noche madrileña, este local sigue abierto. Las conversaciones se reproducen palabra por palabra cada fin de semana. En un 'tardeo' o ya entrada la noche, hacia las dos de la madrugada, un grupo de amigos busca un lugar en el que empezar o continuar la jarana. A alguien se le enciende la bombilla: "Vamos al karaoke de Mostenses". Pero, al buscarlo en Google Maps, se viene el batacazo. Comprueban que ya no está abierto ni lo volverá a estar. La siguiente pregunta, aunque poco original, también es obligada: "Y, ¿por qué cerró?".

Después del confinamiento, poco se supo de Master Plató Disco-Karaoke, popularmente conocido como el karaoke de Mostenses por el nombre de la madrileña plaza en la que se ubica. "Volvemos tras el verano. Estamos mejorando nuestras instalaciones. Nos vemos pronto". Los propietarios anunciaban de esta forma en julio de 2020, tras la primera y más restrictiva etapa del covid-19, un acontecimiento que nunca se produjo, su reapertura. "Uno de los motivos por los que cerramos fue la pandemia, pero no fue el detonante", explica para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Jorge González Vaquero, uno de los hermanos encargados de este negocio familiar. Ya le extrañaba, más de dos años después de cerrar las puertas, que nadie le hubiese llamado.

Master Plató habría cumplido 27 años en la reciente noche de Reyes. Los padres de Luis Alberto y Jorge, los hermanos encargados del escenario amateur más querido del centro de Madrid, eran aficionados de los karaokes en una época en la que en la capital escaseaban los locales dedicados a cantantes vocacionales. Fue Clara, la madre, la que "capitaneó" la puesta en marcha del negocio, señala Jorge González Vaquero. "Cuando lo abrieron, el horario y el aforo eran más flexibles que ahora", indica. En los inicios, entraba a Master Plató una "clientela de karaoke pura", de todos aquellos que sólo frecuentaban este tipo de establecimientos.

Jorge González Vaquero, que ahora tiene 38 años, llevaba trabajando en el karaoke de Mostenses desde los 16. Su hermano, que le saca cuatro años, hizo lo propio. El menor de ambos recuerda que, después de esa primera etapa, vivieron mucho del ambiente gay, hasta que llegó la "mancha negra" de su recorrido como local. Durante uno o dos años, su karaoke se popularizó entre el público filipino, que "daba rentabilidad, pero nos cargamos la clientela habitual, porque llegaba y solo veía a filipinos".

Cuando Luis Alberto y Jorge González Vaquero asumieron la gestión del local, ya en la segunda década de este siglo, retomaron un perfil "diverso": "Entre semana, venían clientes habituales y, el fin de semana, se llenaba de gente muy joven, sobre todo a primera hora, y a partir de las tres empezaban a llegar los 'restos' de todos los locales", bromea.

"Nosotros teníamos muy pocos problemas al año, una cosa mega residual, porque había muy buen rollo. Por eso, también nos hicimos tan famosos. Dejábamos a la gente, dentro de un orden, hacer lo que quisiera y se sentía como en casa", rememora. Pero esa experiencia, que él define como "bonita", ya ha quedado en el pasado. Volver a su ubicación, la misma que les encumbró como el karaoke más icónico de Madrid y que se convirtió en escenario de películas como Quién te cantará (Carlos Vermut, 2018), o de series -allí se rodó alguna secuencia de la ficción de Movistar+ Nasdrovia (2020)-, se presenta ahora "inviable".

Escena de la película 'Quién te cantará', de Carlos Vermut, grabada en el karaoke de Mostenses.

Escena de la película 'Quién te cantará', de Carlos Vermut, grabada en el karaoke de Mostenses. / CARAMEL FILMS

Un techo deteriorado y obras paralizadas

Master Plató se localizaba en el parking de Mostenses, de titularidad pública y gestionado a través de una concesión por la empresa catalana Saba Aparcamientos, S.A. Las instalaciones se encontraban desde tiempo antes de cerrar en un estado cuestionable. La familia dueña del negocio, a la que después se sumó Rafael, pareja de Clara, alargó durante 25 años el alquiler del local y, en 2019, avisó de que era necesario arreglar el techo.

"No estaba como para caerse ya, pero estaba bastante deteriorado. Han pasado muchos años, han levantado la plaza de los Mostenses 30 veces y, cada vez que había reformas, aparecían goteras nuevas. Estaba fatal aislado y siempre han hecho las obras muy mal", refleja Jorge González Vaquero. En el mes de octubre de 2022, El Ayuntamiento de Madrid, dirigido por José Luis Martínez-Almeida, puso en marcha los últimos trabajos de remodelación integral del entorno del Mercado de los Mostenses.

Cartel en el exterior del parking del karaoke de Mostenses, Master Plató.

Cartel en el exterior del parking del karaoke de Mostenses, Master Plató. / ALBA VIGARAY

Las continuas intervenciones fueron "mellando" y había que hacer una remodelación "importante". "Lo comunicamos al parking y se dio una serie de infortunios. La concesión se la renovaban por cinco años más y era probable que después de ese periodo la perdieran, por lo que no querían hacer esa inversión. El Ayuntamiento se lavó absolutamente las manos y pasó ese año", dice el antiguo encargado del karaoke de Mostenses. Y llegó 2020, con sus debidas paralizaciones por el covid-19.

Su local era un "unicornio", uno de esos bares de copas con licencia antigua que podían permanecer abiertos hasta las seis de la mañana, tres horas más de las que permite la normativa de la Comunidad de Madrid para los "bares especiales", la terminología que se le ha atribuido a los antes denominados "bares de copas con o sin actuaciones musicales en directo", que pueden iniciar su actividad a las 13 horas y finalizarla a las tres.

"Con la pandemia, aprovecharon para ir y mirar el techo. Como al Ayuntamiento de Madrid no le interesaba [que un local con ese tipo de licencia siguiese conservándola], llegaron allí, dijeron que eso estaba que se caía y que había que hacer una obra", relata Jorge González Vaquero, que aclara que quien contactó con el Ayuntamiento de Madrid fue un trabajador externo contratado por Saba Aparcamientos. El Consistorio recalca que los horarios de cierre de establecimientos los impone la Comunidad de Madrid, no la administración municipal.

Por fin, iba a llegar el momento que esperaban desde hacía un año. Master Plató acordó con el parking que la empresa beneficiaria de la concesión sufragase la parte que correspondía al techo y la familia del karaoke de Mostenses se haría cargo de la zona "interna y del área visual".

"Nosotros, en una primera instancia, aceptamos. Luego llegaron, apuntalaron la obra y nunca la empezaron". Así se puede comprobar en las imágenes que ha tomado esta semana EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Interior apuntalado del karaoke de Mostenses, Master Plató. 

Interior apuntalado del karaoke de Mostenses, Master Plató.  / ALBA VIGARAY

Desde Saba Aparcamientos, S.A., declaran que, en 2019, "cuando se detectó en su momento el deterioro que sufría parte de la estructura de este local", la empresa acometió "una serie de obras para mitigar cualquier riesgo que pudiera suponer dicha irregularidad y que acabara afectando al aparcamiento, a clientes o empleados, así como a la propia operativa del mismo". Jorge González Vaquero refleja que durante ese año sólo se realizaron "unos arreglos, que no obras", con el objetivo de "limitar las cantidades ingentes de agua que caían por el techo, parcheándolo". "Una vez ese arreglo temporal ya no sirvió, apuntalaron y listo", completa. Hasta el momento, el Consistorio no ha contestado a las preguntas formuladas por este periódico.

Reabrir el karaoke de Mostenses

La pandemia se alargaba y la familia de dueños no quería "pagar el alquiler de un local que estaba cerrado". A pesar de que seguían dándole usos temporales durante ese periodo, como ceder el espacio ya apuntalado para que se grabase allí el programa Parking Karaoke, un late night producido por Diffferent Entertainment para el Terrat y Playz, para ellos seguir abiertos perdía sentido.

La reapertura del karaoke de Mostenses implicaba para sus propietarios un elevado gasto por la obra de rehabilitación, que Jorge González Vaquero estima en "unos 30.000 o 40.000 euros". "Todas las limitaciones que trajo el covid llevaron a que tuviésemos que despedir a toda la gente que estaba en el ERTE. No teníamos manera de sufragarlo y no nos quedaron más narices que despedir a unos siete trabajadores, indemnizarles y cerrar", concluye.

Un año y medio después de la pandemia, Luis Alberto y Jorge González Vaquero se reunieron para plantearse si volvían a abrir en una nueva ubicación el mítico karaoke, por el que han pasado gran parte de los elencos de los teatros aledaños y personalidades del cine y de la televisión. "Era inviable", pese a todo el bagaje que arrastraban y a que se tratase de un "negocio próspero". La inversión inicial y la idea de tener que entrar a un local -siempre en esa zona- en el que no les iban a permitir abrir hasta las seis les echaron para atrás.

Exterior del karaoke de Mostenses, Master Plató.

Exterior del karaoke de Mostenses, Master Plató. / ALBA VIGARAY

"A día de hoy, sigo pensando en buscar a alguien interesado en el karaoke. Yo tenía a un amigo inversor y pensamos en hacer algo con él, pero voy a ser totalmente sincero: la noche es muy dura y son 25 años trabajando allí", admite. A su madre le quedan alrededor de siete años para jubilarse y su hermano y él han rehecho su vida, ya a la luz del día, con sus familias y con una empresa de servicios inmobiliarios, en la que Jorge ostenta el cargo de director comercial y su hermano se encarga de la sección de mudanzas. Jorge también acaba de armar un gabinete jurídico pericial.

"Yo llevo en el karaoke metido desde los 16 años y ahora no me apetece repetir todo lo que ya he vivido ahí. La noche quema mucho, es muy dura. Y ahora que ya vivo de día, volver a retomar la noche es muy duro", declara. 

Si llega alguien y ofrece un local con unas características que puedan cuadrar, podríamos liarnos la manta a la cabeza, pero tendría que ser algo muy concreto"

— Jorge González Vaquero, exencargado del karaoke Master Plató

Buscar a un responsable para que se hiciese cargo del establecimiento por ellos también les da "mucha pereza", aunque fuese a "funcionar desde el minuto uno". "Si alguien llega, lo explota llegado el momento y nosotros tenemos un porcentaje, bien, pero tampoco hemos movido poner el nombre ni sabemos exactamente cómo hacerlo. Al final, tampoco podríamos traspasar el negocio porque ya no hay local", argumenta Jorge González Vaquero.

Él entiende que "nadie va a retomar las obras que nosotros íbamos a iniciar", porque eso fue "un engañabobos". "No nos lo van a permitir. Nos hicieron el lío, porque el rendimiento que le ocasiona al parking un local como el nuestro no era mucho. Era irrisorio en comparación con la facturación que podían tener el aparcamiento, y tener gente allí y que haya mucho movimiento no les interesa", considera el que fuera encargado de Master Plató.

Su karaoke, por encontrarse bajo tierra, "no afectaba a los vecinos, pero se lo han querido cargar y nos han hecho la 13-14". Es pesimista: "Aunque llegásemos con el dinero y nos encargásemos de la obra, nos iban a poner mil impedimentos, porque ya no hay un contrato de arrendamiento y no nos lo iban a alquilar. Ese local murió". Sólo queda una grieta de esperanza para que reabra un karaoke de Mostenses, pero no 'el' karaoke de Mostenses.

Aun con la pereza, con todos los años que llevaban en Master Plató, con el esfuerzo extra invertido en tratar de reformar las instalaciones, la pena y el picor de la noche podrían traer de vuelta algo parecido a lo que fue el Máster Plató. "Si llega alguien y ofrece un local con unas características que puedan cuadrar, podríamos liarnos la manta a la cabeza, pero tendría que ser algo muy concreto", lanza.