Opinión | ANÁLISIS

Globos de Oro: entre la inspiración y el desconcierto

La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood ha combinado decisiones justas con otras que invitan a rascarse la cabeza

the bear

the bear / CAROLINE BREHMAN

Después del cierto paréntesis de 2022 -cuando los Globos de Oro también se repartieron, pero nadie o casi nadie estuvo ahí para escuchar el árbol caer-, aquí estamos de nuevo rindiéndonos al juego de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood y admitiendo a regañadientes la necesidad de premios así para crear canon o generar conciencia sobre productos valiosos.

Esto último, sin embargo, no ha sido la prioridad de la HFPA al ceder su Globo a mejor serie dramática a La Casa del Dragón. En lugar de despedir con honores a Better Call Saul (nunca antes nominada en esa categoría) o seguir su tónica de celebrar nuevos fenómenos y abrazar Separación, ha preferido admitir que vivimos en un mundo de franquicias dentro de franquicias

Eso sí, los Globos serán siempre los Globos y han sido fieles a su celebración de aquellos tiempos en que las estrellas no eran Marvel o DC, sino gente como Kevin Costner, premiado al mejor actor de drama por su papel en Yellowstone. Si la jugada era (y lo era, claro) bañar la gala de viejo carisma, les salió mal: el patriarca del clan Dutton estaba sitiado en su rancho de Santa Bárbara a causa de las tormentas que azotan California. 

El premio para Costner casi parece una respuesta a los Emmy, que han ignorado Yellowstone bastante sistemáticamente, quizá por ser favorita de conservadores. Y también en el apartado de comedia se ha plantado cara a los premios rivales y cedido el máximo galardón a Colegio Abbott. Y en otra celebración de lo nuevo, o del desconcierto, Jeremy Allen White ha recibido el premio a mejor actor de comedia por The Bear, la serie con la que más ha llorado este cronista en lo que va de decenio. Y no precisamente de risa. 

La mayoría de intérpretes nominados este año no hacían de personajes realistas como ese joven chef de luto enquistado, sino de personas reales, para ser más precisos. Amanda Seyfried ha sido considerada mejor actriz protagonista de serie limitada por su precisa e hiriente Elizabeth Holmes (la falsa gurú de la biotecnología) de The Dropout, mientras que Evan Peters ha salido victorioso por su asesino necrófago de Dahmer. Ha sido un buen año para los retratos de asesinos reales: también Paul Walter Hauser se ha llevado un Globo por el inquietante villano de Encerrado con el diablo, serie de Dennis Lehane que mereció mayor repercusión. Igual el premio la revitaliza.

Las historias reales no pudieron con las perfectas mentiras de The White Lotusen el apartado de mejor serie limitada, aunque la serie de Mike White haya dejado de ser eso y ya se prepare la tercera temporada. Tampoco Jennifer Coolidge debería haber sido premiada como mejor actriz secundaria, no por no ser la mejor, que lo es, sino porque en esta segunda entrega ha sido la estrella de la función, con permiso de (¡la también nominada como secundaria!) Aubrey Plaza. Pero ya estamos cayendo en la trampa de tomarnos demasiado en serio los Globos y los premios en general. Quedémonos con lo bueno: los pocos que aún no ha visto The White Lotus quizá la rescaten este fin de semana.