Listas de cine

'Vértigo' y 'Ciudadano Kane' ya no son las mejores películas de la historia

La revista británica 'Sight & Sound' publica cada 10 años, desde 1952, sus listas elaboradas por críticos y cineastas. La ganadora es 'Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles’, realizada por Chantal Akerman en 1975 y que nunca antes había estado entre las 50 primeras

Un fotograma de 'Jeanne Dielman', de Chantal Ackerman.

Un fotograma de 'Jeanne Dielman', de Chantal Ackerman.

Quim Casas

Quim Casas

Las listas de cine, o de música, literatura, pintura, cómic y cualquier otra manifestación artística, siempre generan sorpresas y, a veces, un considerable desconcierto, aunque en el fondo son un juego bastante lúdico que todos nos tomamos demasiado en serio. Por lo que respecta al cine, la lista de las 100 mejores películas de la historia que publica cada 10 años la importante revista británica Sight & Sound, englobada dentro del British Film Institute, en la que votan críticos por un lado y cineastas por el otro, es la que ha marcado el canon.

Instaurada en 1952, la encuesta de Sight & Sound dio como primera ganadora a Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica, un título entonces reciente (de 1948) que representaba la hegemonía de la línea neorrealista. Pero a la segunda votación, en 1962, ya se encaramó en el primer puesto el Ciudadano Kane de Orson Welles, que se mantuvo ahí durante cuatro décadas más. Revoloteando en el segundo y tercer lugar acostumbraban a estar La regla del juego, de Jean Renoir, y Cuentos de Tokio, de Yasujiro Ozu. En la de 2012, Vértigo de Alfred Hitchcock desbancó a la rutilante ópera prima de Welles, que en todo caso mantuvo la segunda posición. La escalada de la historia de entre los muertos ‘hitchcockiana’ había sido paciente: en 1982 ocupaba la séptima posición, la cuarta en 1992, la segunda en 2002 y la primera en 2012. En todo caso, no fue por mayoría: la votaron 191 de los 846 encuestados.

Doble de votantes que en la anterior

En la lista que acaba de aparecer, en la que han votado 1.600 críticos, académicos, curators y programadores, casi el doble que en la anterior, y ese es un dato fundamental, Vértigo ha caído a la segunda posición y Ciudadano Kane a la tercera, así que mantienen de una forma u otra su hegemonía. Cuentos de Tokio está en la cuarta y en quinto lugar se cuela otro filme asiático, pero perteneciente al siglo XXI, Deseando amar de Wong Kar-wai, película que ha ganado ex aequo con Mulholland Drive de David Lynch –octava en la lista de Sight & Sound–, en todas las relaciones propuestas hasta la fecha sobre lo mejor del cine de este siglo.

Para completar el ranking de las 10 primeras aparecen 2001: una odisea del espacio de Stanley Kubrick, Beau travail de Claire Denis, El hombre de la cámara de Dziga Vertov y Cantando bajo la lluvia de Stanley Donen y Gene Kelly. Un cóctel variopinto de cine clásico y moderno, del musical clásico a la ciencia ficción adulta, del cine experimental al canon incontestable que aún siguen marcando los títulos de Hitchcock, Welles y Ozu.

Lo que ha sorprendido, y originado ya algún debate destacable, es que, fruto de esa apertura al doble de críticos y críticas de los cinco continentes, de repente, más atenta a las convulsiones sociales que a otra cosa, fiel al ideario woke, la mejor película de la historia sea ahora la por otra parte excelente Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles, realizada por Chantal Akerman en 1975, un título que nunca antes había estado entre los 50 primeros: en 2012 apareció en la posición 51, y en 2002 en la 73. En la encuesta elaborada por 480 cineastas, la película de Akerman se encuentra en cuarto lugar empatada a puntos con Cuentos de Tokio, mientras que la ganadora es la odisea espacial de Kubrick.

Paul Schrader, guionista de Taxi Driver y director de Mishima, es uno de los que votan. Su lista de 10 filmes la encabezan en este orden Pickpocket de Robert Bresson –de la que él mismo realizó en 1992 una suerte de variación o remake con Sin posibilidad de escape–, Cuentos de Tokio, la bergmaniana Persona, La regla del juego y El conformista de Bertolucci. Es él quien vía Twitter ha explicado el desconcierto que puede suscitar la elección del filme de Akerman: “La repentina aparición de Jeanne Dielman en el número uno socava la credibilidad de la encuesta de S&S. Como señaló Tom Stoppard en Jumpers, en democracia no importa quién obtiene los votos, sino quién los cuenta. Al ampliar la comunidad de votantes y el sistema de puntos, la encuesta de S&S de este año no refleja una continuidad histórica, sino un reajuste políticamente correcto. La película de Ackerman es una de mis favoritas, una gran película, un hito, pero su inesperado número uno no le hace ningún favor. Jeanne Dielman será recordada a partir de ahora no sólo como una película importante en la historia del cine, sino también como un hito de la revalorización distorsionada del woke”.

Sin noticias de Buñuel ni Herzog

Se puede discutir todo lo que se quiera sobre si Cantando bajo la lluvia, una enorme comedia musical sobre el paso del cine mudo al sonoro, debe estar un puesto por encima de Amanecer de F. W. Murnau, que es casi unánimemente considerada la mejor película del cine mudo. O si tenemos la perspectiva suficiente con las meritorias, pero tan recientes, Moonlight de Barry Jenkins –incrustada en la posición número 60, entre La dolce vita y Casablanca, o el gran cine de autor europeo y el modelo clásico de Hollywood– y Déjame salir de Jordan Peele, en representación del más reciente cine afroamericano.

No solo entra con fuerza directora como Akerman y la Denis de Beau travail, sino que también hay filmes incontestables o contestados de Agnès Varda –Cléo de 5 a 7 en el número 14, y Los espigadores y la espigadora en el 67–, la vanguardista Maya Deren –Meshes Of The Afternoon (16)–, Vera Chytilová –Las margaritas (28)–, Céline Sciamma –Retrato de una mujer en llamas (30)–, Barbara Loden –Wanda (48)–, Jane Campion –El piano (50)–, de nuevo Akerman –News From Home (51)– y Julie Dash Daughters Of The Dust (60)–. Podemos preguntarnos, por supuesto, dónde están Alice Guy, Ida Lupino, Dorothy Arzner, Sofia Coppola, Naomi Kawase o Kathryn Bigelow.

Sin noticias de Luis Buñuel y John Cassavetes –quizá las ausencias más destacadas–, ni de Erich von Stroheim, Joseph von Sternberg, Ernst Lubitsch, Jean Renoir –la primera vez sin su presencia, curioso, cuando es el ‘patrón’ del cine francés–, Howard Hawks, Nicholas Ray, Jerry Lewis, Pier Paolo Pasolini, Wim Wenders, Werner Herzog, David Fincher, Jim Jarmusch, Quentin Tarantino, David Cronenberg, los hermanos Coen, Bong Joon-ho o Michael Haneke. Ninguna producción latinoamericana. Dos animes y nada de animación de otros países. Solo una española, El espíritu de la colmena, en la posición 84. Pero es tan solo una lista.