ENTREVISTA

Los Chikos del Maíz: “La nostalgia es reaccionaria de por sí”

Ricardo Romero (Nega) y Toni Mejías.

Ricardo Romero (Nega) y Toni Mejías. / Alba Vigaray

Cuando están cerca de cumplir la mayoría de edad como grupo, Toni y Nega, Los Chikos del Maíz, regresan a la batalla con el disco/libro 'Yes future'; su trabajo, tal y como ellos mismos corroboran en esta entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, más arriesgado hasta la fecha. Electrónica, funk, beats ochenteros e incluso órganos Hammond y trombones tienen lugar en el cuarto álbum de estudio de la banda.

En esta ocasión, los valencianos acompañan la música con artículos de César Rendueles, Layla Martínez o Miquel Ramos para dar forma a un libro de 90 páginas en el que abordan, entre otros asuntos, el cambio climático, los derechos LGTBI, el fascismo o la educación.

‘Yes future’ es el título de vuestro disco/libro. ¿A qué se debe la elección? Parece toda una declaración de intenciones… 

Nega: Era coger el eslogan mítico del 77 de Sex Pistols, darle la vuelta y reivindicar que haya motivos para la esperanza y que si luchamos, el futuro puede producirse en condiciones óptimas. También recordar lo mal que ha envejecido ese eslogan. Fíjate, desde que se dijo, todo lo que ha pasado: movimientos contra la globalización, el zapatismo, Syriza, el 15M, las primaveras árabes... Pese a ello, sigue habiendo cierto poso que se reivindica muchas veces, ese 'no future'.

¿Sois entonces optimistas en ese sentido?

Toni: No sé si somos las personas más optimistas del mundo, pero sí que pensamos realmente que hay posibilidad de futuro. No en este sistema, pero planteando alternativas. Por ello incluimos el libro que va con el disco. Diferentes personas que hablan desde distintos puntos de vista: ecologismo, deporte, cultura... Sí que confiamos en que existe un futuro; no en este sistema. Luchamos para construir un sistema alternativo donde sí que existirá un futuro.

‘Yes future’, como explicas, no es solo un álbum, también es un libro de 90 páginas con textos de Layla Martínez o Miquel Ramos. ¿Por qué decidís incluirlo? Lo teníais pensado desde el principio, ¿no?

Toni: Sí, de hecho empezamos a trabajar en el diseño antes que en el disco.

Nega: Estamos en una etapa en la que hay mucha incertidumbre. Creo que la gente necesita respuestas, y esta era una forma. Hablar con la gente que más nos interesa políticamente y desde distintos campos: la economía, la cultura, el cambio climático... Cada uno ofrece su visión del mundo en el que vivimos y creo que está bien ofrecer respuestas en un mundo en el que no hay asideros. Incertidumbre es la palabra que lo inunda todo ahora mismo.

Toni: Hablando desde otro prisma, como producto es mucho más interesante ofrecer también un libro con el disco que a lo mejor sacar fotografías, un poster central de los dos como hicimos en 'Comanchería'. Nos apetecía ofrecer algo distinto. Un disco al uso ya ha perdido bastante sentido.

Portada de 'Yes future'/


Después de tantos años, las ganas parecen intactas, y eso aseguráis en algunas de las letras del nuevo disco. ¿Siguen realmente así? ¿No es difícil mantenerlas en estos tiempos, con tantos años de carrera y con una pandemia mediante?

Nega: Claro que resulta difícil, sobre todo por todos esos años de carrera, de desgaste, de acumular derrotas, desengaños, decepciones, de ver cómo hay gente que envejece fatal, pero al final es nuestra obligación. Si nosotros no estamos convencidos de que hay una alternativa, ¿cómo vas a convencer al vecino o al compañero si tú no te lo crees? Siempre decimos que hay una frase de Horkheimer, de la Escuela de Fráncfort, que decía algo como "yo sé que está mal la cosa, que a veces la gente es imbécil, pero mi obligación es trabajar como si la revolución dependiera de mí solo, como si la tuviera sobre mis espaldas", y creo que ese optimismo de la voluntad es interesante. Si tú no te lo crees, que apague la luz el último y esto es la ley de la selva y cada uno que se apañe.

Toni: Sí que es verdad que hay desgaste también a nivel personal. Sobre todo desde el boom de Twitter e Instagram, es como que constantemente estás expuesto, y no solo tu música, sino la persona o personaje. Parece ya que nos hemos convertido en un tablón de anuncios, que tenemos que estar en todas las luchas y que cuando no decimos algo es "estos ya se están callando sobre x tema". Eso creo que desgasta, pero sí que siguen las ganas, sobre todo a la hora de hacer música. Aunque luego cuando va a llegar el disco tengamos un poco el miedo sobre si gusta o no gusta, pienso que cuando hacemos un tema, nos mandamos letras o vamos al estudio y decimos "joder, qué temazo", eso sí que sigue ahí y es lo que más nos motiva para continuar. 

Reivindicáis lo conseguido por el grupo hasta ahora pero también calificáis la fama de “mojón” e incluso recordáis cuando acabar un concierto era un alivio. ¿Ha costado encontrar el equilibrio entre la victoria y la gloria?

Nega: Ha costado mucho, muchísimo. Sobre todo con esa sobreexposición que va desgastando. Cuando eres un grupo que se posiciona políticamente se paga un precio muy alto porque la gente siempre está con la lupa. Salta una polémica y es "a ver qué van a decir estos". Está todo el mundo esperando a ver qué vas a decir tú como grupo que te has posicionado políticamente. Y oye, a veces igual no me apetece decir nada. No tengo la obligación de posicionarme siempre. Yo lo de la fama lo llevo fatal. El otro día me paró una chica y me dijo: "A ver si decís algo sobre el Sáhara que nunca decís nada".

Toni: Cuando realmente hemos hecho conciertos por el Sáhara y todo.

Nega: Eso al margen, claro. Antes de que tú nacieras ya estaba yo en la puerta de Capitanía haciendo un concierto por el Sáhara. ¿Tú sabes la cantidad de conflictos, luchas y problemáticas que hay? El Sáhara, los niños de África, trabajadores en huelga... y es como que tienes que estar siempre pendiente de todo. Yo no soy periodista. No tengo que estar al loro de todo lo que pasa en el mundo porque también merezco mi tranquilidad. Dejadme vivir (risas).

Toni: Sí que es verdad que tenemos una fama relativa. Yo puedo bajar al supermercado y generalmente no me para nadie o seguramente en mi edificio mis vecinos no tengan ni la menor idea de quien soy.

Nega: Y que siga así (risas).

Toni: Que siga así. Yo es algo que agradezco, pero en determinados círculos y facetas, en temas sobre todo políticos, son como continuas ciertas exigencias, y a lo mejor hoy no tengo el día o no tengo claro esto para posicionarme. Eso sí es un poco desgaste.

Nega: Además ocurre una cosa con esto. Existe la cultura del cliente siempre tiene la razón. Y pasa que a veces uno, porque una vez compró una entrada para un concierto hace tres años o compró tu último disco, se cree con derecho a que tú tienes que pensar como él diga, tienes que votar al partido que él diga, en esta polémica tienes que posicionarte como él diga. Cree que te ha comprado, y esto no va así, pero ocurre porque vivimos en la cultura del cliente siempre tiene la razón. Todo esto de los negocios que ahora puntúas... Esto extendido a la cultura es terrorífico porque al final convierte a los artistas en esclavos de los clientes, y no siempre me quiero posicionar, y por supuesto no estoy obligado a posicionarme en lo que piensen mis fans o en lo que piense este señor que una vez compró la entrada en 2005 para un concierto nuestro.

Toni: Muchas veces es como que pones una storie de Instagram y ya está claro. Tampoco es eso. Hay días que no compartes nada porque no te enteras. Parece que si no subes una storie o no has retuiteado algo no te posicionas o no estás a favor de ello.

Nega: Yo estos días he estado liado con la mudanza y no me he enterado de lo que ha pasado y no he retuiteado casi. Ya puede haber alguno albergando sospechas de "uy, este no se ha posicionado con esto que pasó el otro día", y así no se puede vivir.

Era importante, después de 18 años o después del concierto del WiZink que sentimos como el cierre de una etapa, ver de donde venimos con una mirada crítica”

Es un disco con muchas referencias al pasado de la banda y de sus miembros, tanto en lo personal los outsiders que llegan a la industria, los frikis del instituto, la familia, los orígenes laborales, las raves, lo político las huelgas, los sindicatos, Yugoslavia, como en lo musical bases de rock, electrónica, hip hop noventeros, cajas de ritmo Roland. ¿Por qué era importante para vosotros en este momento mirar hacia atrás? 

Toni: Creemos que en esa idea de construir futuro también hay que ver de dónde venimos. Nos preguntaron también si es un disco muy nostálgico. Es un disco de memoria. Hacemos memoria de todas las luchas que han estado antes que nosotros o que siguen a día de hoy. Creo que era importante, después de 18 años o después del concierto del WiZink que sentimos como el cierre de una etapa, ver de donde venimos con una mirada crítica. Es importante echar la vista atrás, tener memoria para empezar a construir ese futuro del que hablamos.

Nega: Totalmente de acuerdo. A veces se tiende a confundir nostalgia con memoria y son conceptos parecidos pero que no son necesariamente lo mismo, y para construir un futuro hay que saber del pasado.

Y en este caso, ¿diríais que es más de memoria y no tanto de nostalgia?

Nega: Absolutamente.

Toni: Por ejemplo nostalgia, estaríamos hablando de la época de 'Pasión de Talibanes' como si hubiera sido la mejor, y estamos haciendo lo contrario. Ahí teníamos unos errores que gracias a los oyentes, a compañeras y a la sociedad en general, hemos ido avanzando. Es un poco distinto. Es hacer memoria y repasar errores. Lo otro sí es decir "qué felices". Teníamos 20 años. Éramos más felices en algunos aspectos.

Nega: La nostalgia es reaccionaria de por sí. Además hay toda una industria de la nostalgia ahora mismo con todo esto de 'Yo fui a EGB', "en mis tiempos...". No, en tus tiempos lo que pasa es que eras más joven. No eran mejores que ahora. Hay toda una corriente neoreaccionaria/nostálgica que están siempre con que lo de antes era mejor y no. Cuando tú ibas a EGB también había 'bullying' y el profesor no solo no decía nada, sino que igual se sumaba. Ahora no ocurre, por tanto hemos avanzado. No queramos rememorar unos tiempos chungos, jodidos para mucha gente. "Mira mi columpio de los 90, lleno de óxido"... (risas). Caías y tenías que ir corriendo a ponerte la antitetánica. Es una industria, porque no son solo páginas web. Luego también hay festivales de los 90.

Toni: O camisetas de Atari.

Nega: Sí, claro, será mejor la Atari que la PlayStation 5... Te lo digo yo que tengo una máquina recreativa en casa, pero cuando quiero jugar de verdad me pongo Resident Evil 7.

Toni: Aparte creo que es mentira. Es la memoria la que construye que tú eras más feliz en esa época.

Nega: Eras más feliz porque eras joven.

En comparación con las letras de 'Comanchería' encontramos pocos nombres propios, de políticos y otros personajes. Por contra, hay más referencias a las luchas colectivas y a los logros de la gente corriente, sobre todo las mujeres. Menos vitriolo y más reivindicación. ¿Es un disco más propositivo que a la contra?

Toni: Tampoco es algo pensado, aunque sí que está el concepto de 'Yes future', pero también van pasando los años y es verdad que el insulto gratuito y fácil te va cansando. A veces vale mucho más la pena reivindicar los movimientos, los colectivos, que señalar directamente a una persona. Siempre intentamos construir un concepto del disco alrededor del título, pero en este caso ha salido de forma natural.

Nega: Te vas cansando del latigazo. Es interesante porque no está pensado. Ha salido porque ya nos sale así. Nos hemos acomodado.

¿Os ha costado ‘dar el paso’ a introducir nuevos estilos como el funk o la electrónica? ¿Cómo fue este proceso? 

Nega: También fue un proceso bastante natural. No pensamos antes de empezar el disco "vamos a meter electrónica, ritmos más acelerados, funk...". Surgió así. Sí que es cierto que se nota que hay muchos músicos de estudio: teclista, bajista guitarra, Enrique Mompó, Monty, y eso creo que se nota en el sonido y en el tipo de música, pero tampoco estaba premeditado.

Toni: Nos apetecía probar con otros ritmos, otro tempo. Tenemos casi 18 años de carrera, cuatro álbumes de Chikos, dos de Riot, EPs... El cuerpo también te pide hacer cosas distintas. Creo que con el WiZink tocamos un poco nuestro tope porque no creo que vayamos a llenar espacios más grandes. Ahora ya estamos en una etapa extra de disfrutar. Sí seguimos funcionando como banda, mejor, pero también apetece hacer otras cosas. 'Pasión de talibanes' o 'La estanquera de Saigón' ya están hechas. Hay que probar con cosas nuevas.

Nega: Y no van a volver. Te gustaban porque tenías 20 años (risas).

¿Os habéis planteado hacer cambios en este sentido en vuestros conciertos?

Toni: De momento en las salas hay que apostar por una idea más rap, pero sí que tenemos el runrún de hacer una apuesta distinta de cara a festivales. Todavía tenemos que perfilarlo. De momento vamos a hacer los conciertos en salas nosotros tres, pero incorporando también bastante los elementos que hay en el disco.

¿Qué grupos os han influenciado a la hora de componer y producir este disco?

Nega: Solo escucho grupos que tienen más de 30 años (risas). No sabría decirte...

Toni: Yo por ejemplo llevo unos años que escucho menos rap, al menos novedades. En los últimos tiempos estoy escuchando mucho a Trueno, el artista argentino. Aparte lleva a su padre de corista que me parece una maravilla. He escuchado mucho este año Byffy Clyro, pero ya era algo que hacía. Es verdad que a la hora de componer un disco intento escuchar menos rap porque si no a veces sientes que te vas un poco a las estructuras o a las ideas que tienen ellos. Por eso intento airearme un poco.

Toni: A mí me pasa un poco al revés. Cuando estoy en el proceso de componer letras sí me gusta ponerme mogollón de grupos que están saliendo ahora, que lo están petando: Hoke, Ergo... Me motiva mogollón, me da ganas de esforzarme. Creo que en el proceso de componer es cuando más rap escucho. Con los años aprendes a escuchar todo tipo de música, pero es cierto que cuando estoy escribiendo me pongo rap en español para motivarme, para tomar la temperatura.

¿Es este vuestro disco más arriesgado?

Toni: Sí. Es la primera vez que metemos ritmos más acelerados, más bailongos. Como contábamos, el WiZink supuso como un antes y un después en la banda y nos gustaba por eso probar cosas nuevas. Era como cerrar una etapa, y para construir ese futuro que queremos vender también queremos hacer cosas nuevas, colaborar con gente más joven como Ergo Pro, Space Surimi, que son como 'nueva escuela'. Era el disco que nos apetecía hacer en este momento.

Nega: Nos hemos ganado ese poder arriesgar después de tantos años. Es como... voy a hacer lo que yo quiera. Hemos llenado el WiZink. Nadie va a venir a decirme nada. De alguna manera tocas techo como artista y eso te permite cierta libertad para hacer lo que te apetezca.

¿Y cómo está siendo la acogida por parte de vuestros fans?

Nega: De momento guay. Siempre está el típico que te dice que quiere 'Pasión de talibanes' otra vez, y no va a volver. Tenemos ahora cuarenta y pico años. Creo que en líneas generales, bien.

Toni: 'La vida sense tu' por ejemplo hay a algunas personas a las que le chirría y dicen "esto no es Los Chikos del Maíz". Me vas a decir tú a mí lo que son Los Chikos del Maíz... Creo que cuando lo haces también eres un poco consciente, pero estoy seguro que luego ese tema en directo va a funcionar mejor que cualquier otro.

“No es ironía ni romanticismo”, cantáis precisamente en ‘La vida sense tú’. ¿Teméis que el rap militante se pueda tomar como 'folclore'?

Toni: Bueno, ya cuando entramos en el género rap éramos un poco ya los raros por las letras, porque nadie hablaba de política. Nos hemos acostumbrado. Creo que con el tiempo hemos hecho mucho las paces con el rap más clásico. Ahora mismo hay muchas más mentes abiertas que cuando nosotros empezamos. Hay una mezcla de estilos en general que no creo que nos suponga nada.

Nega: Yo creo que folclore es hablar de tu coche, de chicas y de tu mansión. Eso sí es folclore, pero del malo además.

¿La fiesta y el baile es la única salida que nos queda a la producción de plusvalía y el circo del capitalismo o aún podemos recurrir a las llamaradas y el cóctel molotov?

Toni: No es incompatible. La canción tiene ese tono un poco... humorístico. Nosotros también hemos estado deseando que llegara el viernes en la fábrica para salir. Está dentro del concepto de la canción. Es necesario muchas veces evadirse. No es algo negativo mientras no se convierta en tu rutina. Me imagino que a través de las llamaradas es bastante mejor combatirlo, pero el sistema ahora mismo nos ofrece más la otra cara, por desgracia.

Nega: Mientras exista el trabajo asalariado, la gente va a tener la necesidad de evadirse.

Toni Mejías y Ricardo Romero, 'Nega'.

Toni Mejías y Ricardo Romero, 'Nega'. / Alba Vigaray

Sois valencianos y cantáis que crecisteis en los 90. ¿En qué lado del debate sobre la Ruta estáis? ¿Sois de los que la consideran un fenómeno cultural o pensáis que fue un desfile de zombis drogadictos?

Nega: Es un poco las dos cosas. Es innegable el valor cultural que tuvo y el shock que supuso para la sociedad del momento. Creo que es interesante cuando lo comparamos con la movida madrileña, que como fue protagonizada por pijos fue guay y fue cultural, y por lo visto no se ponían, no había drogas. La movida valenciana, o ruta destroy, como fue protagonizada principalmente por gente de clase trabajadora es un desfile de zombis, se criminaliza...

Toni: Poco que añadir. Yo soy más joven. La ruta ya me pilló mal (risas).

Hace unos meses, como comentabais, tocasteis en el Wizink Center. ¿Fue vuestro concierto más difícil?

Toni: Sin duda. Fue un concierto que hubo que aplazar dos veces por la pandemia. Luego a nivel de producción, pantallas, vídeos, colaboraciones, regreso de Riot, un concierto con canciones antiguas que tenemos que volver a escuchar... Aparte la capacidad pulmonar que teníamos con 20 años no es la misma que ahora (risas). También nos tocó en plena ola de ómicron, después de las navidades, entonces había una tensión de se va a hacer, no se va a hacer, que de hecho las últimas semanas quedábamos los tres para ensayar, no veíamos a nadie de la familia, no quedábamos con amigos para evitar contagios... Fue muy duro llegar ahí, pero luego salió tan rodado, ensayamos tanto, íbamos con tantos nervios y tensión que luego fue una liberación. Fue muy difícil pero fue mucho más emotivo y vivido.

Nega: El concierto en sí no fue cansado. Fue todo el proceso de construcción de ese concierto. Agotador.

¿Y se repetirá o no?

Toni: Estaría bien, pero cuando ese espacio en principio no nos pertenece, en esos conciertos nos falta sacar fuegos artificiales porque sentimos que igual no vamos a volver a ese sitio. Luego hay bandas que vienen y hacen el mismo concierto que harían en una sala, un poco más largo. A nosotros nos supone un desgaste a nivel emocional, incluso físico, brutal. Confío en que en algún momento podamos volver, pero estaría guay que llegáramos a normalizar que grupos que en principio no deberían tocar ahí puedan hacerlo sin montar un espectáculo circense.

Aseguráis que lo mejor está por venir. ¿Qué le queda por hacer a LCDM?

Toni: Envejecer bien.

Nega: Envejecer bien y no convertirnos en unos pollaviejas como Sabina, Reverte o Pablo Motos.

Toni: Nosotros ya hemos tocado techo. Sentimos que el tiempo que venga es un poco extra, por decirlo de algún modo. Vamos a hacer música, música que nos apetezca, con la que nos sintamos identificados y disfrutemos. Luego el público es soberano y ya veremos hasta donde dura nuestra carrera. Ya tenemos una historia detrás. Intentaremos seguir ahí, pero sin esa tensión y necesidad del principio. Hay que saber el momento de parar. Es mejor despedirte como Zidane en la final de un Mundial dando un cabezazo que jugando en Arabia Saudí.