MÚSICA

Rubén Pozo: “Ahora se dice 'temazo' muy fácil. Igual estoy mayor y resabiado, pero me cuesta encontrar canciones buenas”

Con nuevo disco publicado hace unos meses, el exmiembro de Pereza lo presenta este jueves en directo en Madrid

Rubén Pozo, fotografiado recientemente en Madrid.

Rubén Pozo, fotografiado recientemente en Madrid. / Alba Vigaray

Baja Rubén Pozo (Barcelona, 1975) por la avenida de la Albufera hasta el estadio del Rayo Vallecano. “Aquí vine a ver a Metallica en el 93, cuando presentaron Nowhere Else To Roam!”, cuenta Rubén, que ha venido a hablar de Vampiro (Sony, 2022), su cuarto disco de estudio. En tiempos pretéritos, Queen o Lou Reed tocaron en este recinto. También conviene recordar las gestas de Onésimo Sánchez, Jesús Diego Cota, Guilherme de Cássio Alves o Wilfred Agbonavbare en liga. Pozo, aunque no es muy futbolero, se acuerda del meta nigeriano del club franjirojo. Quienes pasean por allí reconocen al ídolo de Vallecas, también a Rubén si no se quita la chupa y las gafas de sol. Es un vampiro que se alimenta de patatas bravas, oreja a la plancha y bebe cerveza.

P. En la canción 'Vampiro' dice: “Cuando todos duermen estoy mejor”. ¿Se puede decir que duerme mejor de día que de noche?

R. La verdad es que cada vez duermo mejor y a horas más convencionales, pero siempre hay alguna noche que me agarra el insomnio y ya me lo tomo con tranquilidad: me cojo mi libro, un cigarro, me pongo a leer y dejo que llegue el sueño aunque tenga que madrugar. Pero cuando me llega el insomnio no puedo hacer nada, lo noto en la cama. En general, duermo mejor que en toda mi vida.

P. Partiendo de que 'Gente' es un tema nocturno, por la acústica, ¿el disco se empapa de ese entorno?

R. Gente para mí es mañanero. Es: has descansado, te levantas, está todo bien y haces una canción muy positiva y muy rápido. A veces, hago canciones así. Luego ya viene si es buena o mala. Tengo varias así que me han salido y digo: “esta será del cajón”. Me gustaba, me molaba oírme en mi voz más positivo, con luz... rollo perdonarse, de no juzgarme duramente, porque hace más feliz un “sí” que un “no” y es mejor hacer que destruir. Y de creer que iba a ser una canción para el cajón, acabó abriendo el disco porque me daba mucho gustito tocarla y oírla.

P. Es la última canción que escuchó su padre antes de fallecer, ¿verdad?

R. Sí, es la única que escuchó del disco. Estaba en el hospital y me dijeron: “le puedes mandar música”. Y se la mandé. Toca mi hijo Leo la batería en esa canción.

P. ¿Fue su padre quien le enseñó rock and roll?

R. Sí, en una época sin internet, en los ochenta. Mi padre era muy melómano, tenía muchos discos de rock, pero luego se tiró a la música clásica en un punto de su vida. Me decía: “Estoy en Bach, que es Dios. Pienso en todo el dinero que me he gastado en rockeros melenudos indocumentados (es una broma lo de indocumentados), pero el arte mayor musical es esto. Te faltan unos años, Rubencito”. Yo estoy entrando ahora en la música clásica. Soy totalmente profano, voy a Chopin, pongo el primero de Spotify y que vaya sonando. Sin método, como todo lo que he hecho: los libros, la música... Una buena canción de lo que sea, entra bien siempre, pero es un pájaro raro. Parece que salen muchas buenas canciones, porque ahora se dice “temazo” muy fácil, creo. Igual estoy mayor y resabiado, pero me cuesta encontrar canciones buenas. Cuando no sé qué poner, voy a Bach y que vaya sonando. El Bolero de Ravel me apasiona.

Yo estoy entrando ahora en la música clásica. Soy totalmente profano. Voy a Chopin, pongo el primero de Spotify y que vaya sonando".

P. ¿Heredó los discos de su padre?

R. Están en casa de mi madre. Cuando él se fue los dejó ahí: Rolling Stones, The Who, The Beatles… Tenía de todo: Talking Heads, Roxy Music, Brian Ferry… He tenido mucha suerte. Cogía discos al azar o lo que quería, y si me gustaba, lo dejaba, si no, lo cambiaba. Era un chaval de 13 años.

P. Ahora que se ha puesto con la música clásica, ¿sus discos de rock and roll los va a heredar Leo?

R. Él está en el rock duro: Nirvana, Metallica... Pero empieza a pillarle el gustillo. Le pongo el Sticky fingers de los Stones y me dice que le mola Wild horses. Veo que las cosas buenas son universales e intergeneracionales. Está demostrado. Antes, cuando yo no sabía qué poner, ponía a Django Reinhardt y, de repente, era todo como vivir en una peli de Woody Allen. Ahora, en vez de Django, pongo algo de música clásica.

Todos nos odiamos; a veces lo merecemos y a veces no. Está mal enquistarte, pero a ratos está bien decir: 'esto estuvo mal, voy a tratar de no repetir'”

P. Hay una cosa que se repite en este disco, que es el odio. “Qué idiota soy, cuánto me odio”, dice la letra de 'Me pareces increíble'.

R. Es que nos odiamos mucho. Tenemos voces que nos dan cariñitos y palmaditas. Tenemos “la pandilla”: el que es un enrollao, tu confidente, el hijoputa que te está recordando todo el rato lo que has hecho mal... Creo que nos pasa a todos; también nos odiamos; a veces lo merecemos y a veces no. Está mal enquistarte, pero a ratos está bien decir: “esto estuvo mal, voy a tratar de no repetir”. Todos tratamos de mejorar, de ser mejores personas, yo creo.

P. ¿Cuándo empieza a componer 'Vampiro'?

R. Todo lo compuse a partir del 2020. Hay una que se llama Escorzo que la traía de atrás (la rueda de acordes), pero la iba tocando hasta que empecé a meterle letra.

Pozo, el día de la entrevista en Madrid.

Pozo, el día de la entrevista en Madrid. / Alba Vigaray

P. En 'Escorzo' cuenta que plagió dos versos de Charles Baudelaire en otro disco. ¿Es el mismo “verso reciclado” que aparece en 'Abracadabra', en 'Mesa para dos' (con Lichis)?

R. No. Es uno del disco Habrá que vivir, de una canción que se llama Te invoco, que dice: “a veces vuelvo a ti, como la lengua a la llaga”. Está un poco reformado. Baudelaire dice: “nuestro pecado es terco y vamos siempre a él como la lengua a la llaga”. Luego, hablando con una periodista, haciendo la promo de ese disco, me nombró ese verso y yo no dije nada. Me contó que le gustaba mucho ese verso y yo le di las gracias (risas). Me lo apropié, pero yo creo que se dio cuenta. La letra dice: “...plagié algo de Baudelaire, lo oculte en aquel café, y tú te diste cuenta...”. Si lee esto, ella va a saber quién es.

P. Canta con Miguel Ríos en 'Abel y Caín'. ¿Estaba él en los Black Betty Studios mientras usted grababa con José Nortes?

R. Totalmente. Apareció cuando yo estaba grabando esta canción. Me dijo: “Eh, ¿qué pasa Rubén? Tengo que hablar unas cosas con José”. Yo me puse a escuchar el sitar y empecé a pensar: “Si la canción se llama Abel y Caín y yo busco esas casualidades cósmicas y esta canción tiene un nombre de dos personas...”. Se lo propuse, la canción le moló, pero dijo que no se pedía a Caín (risas). Nadie quiere ser Caín pero nadie se pide a Abel, porque Abel es un poco el pringao.

P. ¿De qué habla 'Tras la tormenta'?

R. “Debo tres meses de alquiler, a ti y al resto de mi vida. No sé lo que esto puede valer o si lo hará algún día...”. Lo que puede valer esta canción ni si algún día tendrá algún tipo de valor, si esto que estoy escribiendo ahora mismo es una mierda o lo voy a sacar y no va a llegar a nada, no va a conectar con nadie… Habla de esto.

El colchón de ahorro de Pereza se me gastó en 2016. Pero sí que me llegan royalties; tengo canciones que me encantan de las que he hecho con Pereza que, sin ser los éxitos, me dan mis ayuditas"

P. También habla del colchón de ahorros que tenía después de Pereza.

R. Eso se me gastó en 2016. Lo digo porque hice una entrevista y parece que llega hasta ahora, pero llevo como siete años sin ese colchón. Tengo que decir que sí que me llegan royalties; tengo canciones que me encantan de las que he hecho con Pereza que, sin ser los éxitos, me dan mis ayuditas.

P. ¿Qué canciones son las que más ayuditas le dan?

R. Madrid, Está lloviendo, Pirata y Margot.

P. ¿Qué es “lo tuyo” en 'Haciendo lo mío'?

R. Para mí habla de masturbación. Por eso es haciendo “lo mío” y no “lo nuestro”. “Doy ritmo a la coctelera invocando tu presencia… Qué frialdad en la cama sin tus patadas, sin tu culito”. Estás solo y te acuerdas cuando follábais y te la pelas. Soy del 75, y en mi época las chicas no se masturbaban. Bueno, no lo podían decir. “Os lo peláis vosotros, que sois unos guarros”. Pero ahora me gusta que las chicas también reivindican eso.

Publicado hace unos meses, 'Vampiro' es el cuarto álbum de estudio en solitario de Rubén Pozo.

Publicado hace unos meses, 'Vampiro' es el cuarto álbum de estudio en solitario de Rubén Pozo. / Alba Vigaray

P. ¿Sigue teniendo miedo de si mismo, como dice en 'Siempre saludaba'?

R. A veces. Uno nunca termina de conocerse y, a veces, piensas en ese arranque de ira que has tenido, en el que no te conoce ni Dios, y que se ha comido tu novia. Somos un tubo de ensayo con unos líquidos y, a veces, eso explota. Se segregan más unos líquidos que otros y la mezcla es explosiva. Somos pura química. Lo mismo que esa química, cuando pasan cosas buenas, te da como felicidad o paz o armonía, para lo malo también. Creo que cualquier humano, en un momento de mucha presión, puede hacer cosas malas y puede desembocar en violencia. Eso es volver a la bestia, al animal. Yo lo pienso. El humano, por tendencia, trata de ser mejor, estamos todos juntos y tenemos que remar todos a una, yo creo. Creo que, en general, los políticos que hay (no todos) o el capitalismo quieren que estemos más solos. Todos llevamos un diablo dentro y un ángel y, a veces, el diablo es realmente diablo y, a veces, el diablo es mejor que el ángel porque no se puede ser siempre un santurrón tontorrón. El diablo te anima la vida, pero también te la puede joder.

Entre dormir bien y comer bien, yo elijo dormir bien. Pero si el hambre es de mi hijo, saco los dientes y puedo elegir dormir mal por la noche"

P. ¿Y ha habido más intervenciones del ángel o del diablo?

R. Supongo que a la par. Yo trato de hacer el bien. Siempre me he jactado de no tener enemigos, de no tener movidas chungas con gente. Según va pasando el tiempo, sí que tengo gente en el apartado “movida con esta persona” y, en la medida de lo posible, si no se nos cruza en la vida, mejor. Soy del 75, como te decía antes, y sin haber sido criado en un ambiente de religioso, sí que he crecido con eso de que si haces el bien se te va a recompensar. Es algo que ahora desmiento totalmente; es una cosa para uno mismo. Escuché una vez algo que me gusta mucho: “hay momentos en los que toca elegir entre dormir bien por la noche y comer”. Hay gente que elige comer y dormir mal y hay gente que elige el hambre pero poder dormir a pierna suelta.

P. ¿Y usted elige...?

R. Yo siempre elijo dormir bien, pero hay veces en que el hambre... Porque el hambre no es sólo mi hambre; tengo un hijo. Si es solo mi hambre, a mí me pueden dar por culo, porque yo conmigo soy bastante cabrón, pero si el hambre es de mi hijo, saco los dientes y puedo elegir dormir mal por la noche. ¡Que al menos le pueda comprar un chándal nuevo a mi chaval! Pero trato de ser el que puede dormir siempre bien. No soy perfecto, soy humano, tengo mis cosas y a veces se me escapan.