ESCENA

Krystian Lupa, figura clave del teatro europeo: "El planeta es nuestro dios, nuestra patria y nuestra nueva religión"

El director polaco llega a los Teatros del Canal con ‘Imagine’, una obra en la que reivindica la utopía hippie y el humanismo de los años 60

Imagen del montaje de 'Imagine'.

Imagen del montaje de 'Imagine'. / Natalia Kabanow

No busca respuestas en una de esas distopías tan presentes desde hace años en libros, series, películas o videojuegos. No proyecta su ansiedad y su miedo al futuro en una fantasía apocalíptica. Hace todo lo contrario. Regresa a un momento que parece detenido en el tiempo, ese en que una generación soñó con un mundo sin países, fronteras, guerras o religiones, en el que convivían el pacifismo, el hedonismo, las drogas, la espiritualidad, la libertad sexual y una reivindicación de la individualidad como respuesta a una sociedad de consumo que decide por todos.

Eran los años 60, el tiempo de la contracultura, las comunas, los beatniks, los hippies y el 68 en París, y es el lugar al que regresa el director polaco Krystian Lupa en su nuevo montaje, Imagine, en el que parte de la figura y la canción de John Lennon para explorar el fin de aquella utopía con la que soñó su generación y para preguntarse si alguno de aquellos sueños podría lograr hoy un mundo más humanista. ¿Por qué hablar ahora de la utopía? "Porque para mi generación, el fin de la utopía ha sido algo muy doloroso. Nos parecía que éramos testigos o participantes activos de algo que podía ser el inicio de una revolución del ser humano, un ser humano más consciente de sí mismo y un mundo mejor dirigido", explica el director en una entrevista con este diario el pasado lunes en Madrid. "Todo individuo se merece un rato de utopía. La realidad es irrespirable", escribe Lupa en Imagine.

Krystian Lupa sigue siendo, a sus 78 años, uno de los grandes directores europeos, además de un referente intelectual y un artista total que no solo dirige a sus actores, sino que traduce y adapta los textos que lleva a escena, además de diseñar la iluminación y la escenografía de sus obras. El pasado 18 de octubre, Lupa volvió a España para representar por tercera vez en Cataluña uno de sus montajes legendarios, Ritter, Dene, Voss, que estrenó en 1996 en Cracovia con los mismos tres intérpretes que continúan representándola en la actualidad. Un texto de Thomas Bernhard, autor por el que Lupa siente una fascinación que se ha traducido en la puesta en escena de al menos media docena de sus obras. Tras su paso por Barcelona, el director polaco llega con Imagine este viernes a los Teatros del Canal de Madrid, un espectáculo de cinco horas de duración que se estrenó el pasado mes de abril en el Teatro Powszechny de Łódź, coproductor del montaje junto al Teatro Powszechny de Varsovia y la red Prospero Extended Theatre.

Nosotros íbamos en una dirección ecológica ante las amenazas globales, pero Putin nos redireccionó hacia esa idea del hombre como bestia y ese retorno a la crueldad y el crimen"

"No estás solo, todos estamos aterrorizados ante este colapso social y político, esta dolencia que lo ha atrofiado todo y que no se sabe si es culpa de la mentira, el odio o el miedo", dice uno de los personajes de la obra y, a pesar de ser consciente de que hay muchos que observan con condescendencia aquella utopía hippie, Krystian Lupa sostiene que no hay en este montaje un ejercicio de nostalgia: "La nostalgia es una experiencia que nos encanta y al inicio de este trabajo floreció en nosotros, pero Putin acabó con ella". El equipo comenzó el proceso de creación y ensayos en 2021 y, cuando la guerra de Ucrania pasó de ser una amenaza a algo real, "vimos que eso nos alejaba de aquella idea inicial de tolerancia, empatía y entendimiento. Nosotros íbamos en una dirección ecológica ante las amenazas globales, pero Putin nos redireccionó hacia esa idea del hombre como bestia y ese retorno a la crueldad y el crimen que pisotean la dignidad humana". En escena, uno de los personajes dice: "Putin es el dios de la transformación. Los transforma (a los jóvenes rusos) en máquinas de disparar, en monigotes de videojuego".

Contenedores de odio

Lupa considera que en estos tiempos, los países se han convertido en "contenedores de odio y muchas veces la identidad nacional está percibida así: no sería polaco si no odiara a mi hermano y, si me quitan esto, no sé bien qué es ser polaco. Y lo mismo ocurre con la religión, que es un recipiente de resentimiento colectivo y personal de odio y agresión, pero si lo analizamos, nadie sabe ya dónde está Dios. Los que gobiernan ahora en Polonia nos están metiendo en ese cadáver maloliente y nadie puede reanimarlo porque los gobernantes están, desgraciadamente, secundados por una gran parte de la sociedad, atontada por la nueva propaganda de los viejos valores".

/clip/63c246f0-ca4a-437e-9cf6-cc88649a81c9_source-aspect-ratio_default_0.jpg

El director polaco Krystian Lupa./ Piotr Skiba


Imagine está dividida en dos partes. La primera transcurre en un espacio repleto de sillones y sofás desvencijados, un lugar al que un líder llamado Antonin (que sea Artaud es casi evidente, pero Lupa también juega con la figura de San Antonio) ha convocado a una especie de velatorio a quienes le acompañaron en aquel intento de revolución. Y por allí desfilan el propio John Lennon, Susan Sontag, Janis Joplin, Patti Smith o Timothy Leary, aunque ninguno use sus nombres en escena. El director explica que, al principio del proceso, pidió a sus actores que eligieran a uno de los símbolos de aquella época y se nutrieran de su personalidad para construir sus personajes. La segunda parte de la obra se fija en los efectos del fin de las utopías, con la proyección en pantalla de imágenes relativas a las guerras, las migraciones y el colapso ecológico en un intento, apunta Lupa, "de captar la experiencia interior del ser humano, eso intangible e inasible del mundo que no nos deja respirar y ahí intento una experiencia como la de San Antonio y nos preguntamos si, como él, el hombre de hoy puede irse al desierto para limpiarse y desprenderse de la falsedad y ver su interior, ese yo oculto por tantas suciedades".

A pesar de todo, Krystian Lupa no cree en el fin de la utopía, que "existirá mientras exista el ser humano y, mientras el mundo no sea ideal, un hombre sensible llevará dentro de sí la imagen de un mundo posible, la utopía es como Dios, una energía espiritual". Con Imagine, añade el director, "quisimos crear un espectáculo, aunque Putin no nos dejó, en el que decir que el planeta es nuestro dios, nuestra patria, nuestra nueva religión y eso se observa en las generaciones más jóvenes. Y no envidiamos a nuestros niños, que dentro de 40 años tendrán que enfrentarse a la catástrofe que se avecina".

TEMAS