CÓMIC

Nick Drnaso: "No estoy seguro de que mis sensibilidades coincidan con las de la mayoría de la gente"

Después del enorme éxito que supuso su anterior obra ‘Sabrina’, el autor se confirma con ‘Clase de actuación’ como el nuevo gran novelista gráfico de la Norteamérica anónima y presuntamente anodina

Nick Drnaso, con su gata Olive en una foto de hace unos años.

Nick Drnaso, con su gata Olive en una foto de hace unos años. / Chester Alamo-Costello

En su tercera novela gráfica, la primera después de haber sido nominado al prestigioso Man Booker Prize, todo un logro porque fue la primera vez en su historia que este premio literario incluyó un cómic entre sus obras finalistas, Nick Drnaso (Palos Hills, Illinois, 1989) reúne a un grupo de desconocidos en una clase gratuita de interpretación en un centro comunitario cualquiera de una ciudad cualquiera de Estados Unidos. Ese estudiado reactivo sirve para que el autor, penúltima revelación del cómic independiente estadounidense, elabore un ensayo sobre la alienación, los límites de la realidad y la Norteamérica más anodina que pone al día el trabajo de un director de cine como Todd Solonz o de otro autor de cómic como Daniel Clowes pero ajustado a los códigos y maneras de la era Trump, la posverdad y los memes. 

"Me gusta que el conflicto en mis obras provenga más de un malentendido o una falta de comunicación que de algo más abiertamente agresivo o dramático", apunta Drnaso, que admite buscar conscientemente un equilibrio para que el lector mantenga el interés: "tampoco quiero que las historias sean demasiado opacas o confusas. No estoy seguro de que mis sensibilidades coincidan con las de la mayoría de la gente, así que nunca estoy seguro de conseguir el equilibrio adecuado", confiesa. Lo cierto es que Clase de actuación vuelve a mostrar a un autor poco indulgente con sus personajes que, al mismo tiempo, se abstiene de emitir juicios morales.

A lo largo de sus obras, Drnaso ha insistido en seguir las vidas de individuos que encarnan al ciudadano medio por antonomasia a través de escenarios vainilla, insípidos e intercambiables, explotando las dinámicas personales y sociales de la época actual y subrayando cómo la hiperconectividad y el capitalismo de la vigilancia conviven con la soledad y el aislamiento

Cuando empecé a trabajar sólo en cómics coincidió con la pandemia, así que es difícil saber cómo han cambiado las cosas en el plano personal cuando el mundo entero ha cambiado"

El propio autor vivía una vida no demasiado distinta a la de sus personajes, incluso cuando ya empezaba a ser reconocido internacionalmente con su anterior novela gráfica, Sabrina. De hecho, insiste en que ni el éxito ni poder dedicarse exclusivamente al cómic han supuesto grandes cambios en su día a día. "Mi último trabajo consistía en hacer labores de montaje con una máquina en una empresa de botones mientras pasaba todo mi tiempo libre dibujando cómics", recuerda. "Poco a poco pasé de trabajar a tiempo parcial a trabajar sólo en cómics. Eso coincidió con la pandemia, así que es difícil saber cómo han cambiado las cosas en el plano personal cuando el mundo entero ha cambiado en los últimos tres años. El proceso sigue siendo el mismo, solo que ahora tengo tiempo para centrarme únicamente en los cómics", asegura.

Paciencia y libros lentos

Sin embargo, Nick Drnaso sí identifica su mayor aprendizaje extraído de años de compaginar trabajos: "la lección más valiosa que saqué de todos esos años es la paciencia", asegura. "Sabía que el tipo de libros que quería hacer iba a tardar muchos años en completarse, así que la cuestión era ir al trabajo y pensar en lo que quería hacer cuando llegara a casa, y no precipitarme ni tratar de sacar un libro rápidamente o hacer otras cosas de índole artístico para ganar dinero". 

Clase de actuación es, ciertamente, una obra que requiere de paciencia y entrega: al abordar sus 268 páginas, lo primero que se pierde es la esperanza. El lector asiste al desarrollo de un misterio poco indulgente sobre quién es el profesor de estas clases de actuación, cuál es su objetivo y qué hay de real y de ficción acerca de los personajes que deambulan por sus viñetas. Todo ello sin ofrecer ningún anclaje empático y con un diseño gráfico tan metódico como frío, cargado de bustos parlantes y colores planos. 

Páginas interiores de 'Clase de actuación'.

Páginas interiores de 'Clase de actuación'. / Salamandra Graphic

"Es difícil distinguir entre gente normal y bien adaptada y gente más problemática e inadaptada", argumenta Drnaso, que afirma no considerarse alguien socialmente adaptado. "Es natural, por eso, que vea el mundo de esa manera", razona. "Tal vez esté demostrando lo sesgada que es mi visión del mundo", apunta, "pero pienso que mucha de la gente de Clase de actuación es más o menos normal". 

Colores para un estado de ánimo

El dibujante, además, asegura que su característico uso del color, fundamental a la hora de marcar el estado de ánimo de sus obras, "siempre ha sido una lucha", aunque le gusta el proceso de intentar elegir los tonos adecuados. "En el primer borrador de Clase de actuación, el color era demasiado oscuro, así que tuve que pasar bastante tiempo revisando las páginas y equilibrando el color", recuerda. Por lo demás, Nick Drnaso admite "cierto afecto por el paisaje llano del Medio Oeste, donde crecí y sigo viviendo, así que eso es lo que sigue gravitando cuando selecciono los fondos".

Fuertemente influenciado por la cultura audiovisual (llegó a afirmar que había buscado que su primera obra, Beverly, se leyese "como una película"), Drnaso hace de la repetición y la conversión en secuencia de lo estático un recurso poderoso. Con él, transmite la mezcla entre desconcierto y desasosiego resultante de asomarse a las vidas, espacios y circunstancias que solo salen de su asfixiante rutina para experimentar una turbia febrícula. Con una carrera meteórica (comenzó a interesarse por el cómic a los 18 años y ha publicado sus tres novelas gráficas en cuatro años), Drnaso se ha asentado como un autor con personalidad y discurso marcados sin airear tics autorales ni sacar el ego a pasear. El fenómeno más reciente de la novela gráfica alternativa proyecta una imagen humilde y sincera, dotada del leve halo de misterio que desprenden quienes nunca se dan importancia y no tienen aparentes sombras.

Me interesan las historias sobre personas que llevan sus creencias hasta un punto de fanatismo"

Quizás sea por ello por lo que cuenta sin afán de epatar su interés por las creencias más extremas. "Me interesan las historias sobre personas que llevan sus creencias hasta un punto de fanatismo, hasta el punto de que nada puede existir junto a ellas, y tienen que abandonar a su familia y amigos", añade. Como ejemplo, cita a la secta Heaven's Gate (cuya historia cuenta la serie documental de HBO Heaven’s gate: The cult of cults): "Antes de suicidarse, la gente de la secta se filmó a sí misma describiendo lo felices que eran al dejar sus cuerpos humanos. Vi ese vídeo varias veces mientras trabajaba en Clase de actuación".