EL REGRESO

Fran Perea S.A., un emporio para reanimar la carrera que 'Los Serrano' asfixió: "Pagas caro haberte ido de un producto de éxito"

No fue casual que diese el 'pelotazo' en 2003: detrás de su nombre había una maquinaria gigantesca ingresando miles de euros para que se convirtiese en el icono pop que fue. "Todo estaba orquestado para que así ocurriera. No fue mérito mío", recuerda

Sin embargo, decidió abandonar y comenzar una aventura empresarial que hoy le da gratos resultados: arrasa en Serbia, trabaja en Finlandia, gestiona los Teatros Luchana...

Para celebrar el 20 aniversario de la serie que le puso en el disparadero, está regrabando algunas de las canciones que marcaron a una generación

Fran Perea celebra el 20 aniversario de 'Los Serrano' revisitando sus grandes éxitos.

Fran Perea celebra el 20 aniversario de 'Los Serrano' revisitando sus grandes éxitos. / Alba Vigaray

Pedro del Corral

Pedro del Corral

Hace bastante que Fran Perea no vende 5.000 entradas. Ni protagoniza el último petardazo televisivo. Ni copa portadas de revistas. El personaje de Marcos Serrano le dio todo, pero también le quitó todo al poco tiempo. De ídolo adolescente pasó a artista consecuente. Lo cual no quiere decir que su trayectoria terminase tras el (polémico) final de la serie. Para nada. En su caída, apenas rozó el suelo. Sus ideales le ayudaron a anestesiar el dolor y a activar la imaginación. Tenía claro que su vida giraría en torno al arte pasase lo que pasase. Así que, sin esperar a nadie, cimentó un conglomerado empresarial sobre el que hoy sostiene su carrera. Ahora es su propio jefe y, por tanto, decide qué obra hacer y dónde interpretarla. A nivel musical, igual: compone, graba, produce, distribuye, edita, toca…

Todo esto llama la atención teniendo en cuenta el lugar del que procede: el fenómeno que lideró entre 2003 y 2006 no fue casual. Detrás de su nombre había un dispositivo gigantesco ingresando miles de euros para que, efectivamente, se convirtiese en el icono pop que fue. “Estaba orquestado para que así ocurriera. No fue mérito mío”, explica. Por ello, todo lo que ha hecho después le produce tanta satisfacción: un programa de divulgación del español en Serbia, la recuperación de los Teatros Luchana, una macroproducción en Finlandia… Y su última joya: un cancionero para celebrar el 20 aniversario de Los Serrano. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA visita el estudio donde da los últimos retoques a las nueve versiones que conforman el elepé. Saldrá a principios de 2023 y contará con Ana Guerra, Bely Basarte, Pignoise…

P. Sean Connery tiene la culpa de que hoy esté aquí.

R. En parte, sí. En 1978, Richard Lester viajó hasta Málaga para filmar Cuba. Una vez allí se dio cuenta de que les faltaba un bebé para una de las escenas y mi padre, que entonces se buscaba la vida como podía, me ofreció. Tenía sólo un par de meses. Les encajé y nos contrataron a los dos: embolsamos unas perrillas muy buenas y tenemos una anécdota maravillosa que contar. Fue mi bautizo en el cine.

Aquel chascarrillo no lo fue tanto. De hecho, resultó ser la semilla de todo lo que germinó más adelante. Por su cabeza empezaron a cruzarse clásicos y cineastas que fueron avivando su interés por el celuloide. Decidió estudiar Arte Dramático en Málaga para satisfacer sus necesidades intelectuales y, por supuesto, para probar suerte en Madrid. La tuvo casi de inmediato. De la noche a la mañana estaba trabajando en uno de los seriales clave de los 90. En Al salir de clase compartieron planos Octavi Pujades, Beatriz Segura, Pilar López de Ayala, Elsa Pataky, Víctor Clavijo, Sergio Peris-Mencheta o Rubén Ochandiano. Una generación que, más tarde, marcó el devenir del audiovisual patrio. Entre ellos, Fran. De ahí surgió una amistad que terminó materializándose en un musical.

Su éxito fue relativo. Sin embargo, la repercusión fue fundamental para el intérprete: gracias a ella conoció a Luis San Narciso. El famoso director de casting vio en él un potencial que explotar a gran escala. Su invitación fue tentadora: encarnar al hermano mayor de la familia que empezaría a romper récords cada miércoles. “Era interesante, pero me dio yuyu. Por un lado, estaba el contrato como actor. Y, por otro, el de músico. Al final, me tiré de cabeza a la piscina”, recuerda. El primer episodio lo vieron 4.840.00 personas. El siguiente 6.850.000. Y así hasta alcanzar 8.191.000. En un abrir y cerrar de ojos, la vida de Fran cambió radicalmente. La fama se impuso. Y la calma que hasta entonces le gobernaba desapareció: “No lo gestioné bien. Hice lo que pude”.

Antonio Resines, Belén Rueda, Julia Gutiérrez Caba y Jesús Bonilla lideraron el reparto de 'Los Serrano'. 

Antonio Resines, Belén Rueda, Julia Gutiérrez Caba y Jesús Bonilla lideraron el reparto de 'Los Serrano'.  / ARCHIVO

Estaba en boca de todos. Y lo peor era que tenían una imagen distorsionada de él. Por ello, se aferró a sus rutinas. Quería mantener los pies en la tierra fuera como fuese: “Mi entorno siempre me apoyó. Incluso cuando me di cuenta de que lo que estaba haciendo no me hacía feliz. Necesitaba irme y encontrar mi camino”. Se refiere a su abrupta salida de Los Serrano. Sobre esta decisión circularon diversas teorías: desde enfrentamientos hasta egos. Sin embargo, la realidad era bien distinta. “Había una brecha brutal entre Marcos y Fran. Empecé haciendo un personaje de 16 años cuando tenía 24. El problema es que, mientras yo crecía, él no. Se quedó estancado en esa etapa. Y me apetecía dejar atrás el instituto… que, visto lo visto, se me estaba atragantando”, señala entre risas.

P. ¿Pasó algo más?

R. Hubo otras causas, claro. Por ejemplo, solicité que las tramas evolucionasen y me dijeron que no. Con eso ya surgieron tiranteces. Igualmente, en el ámbito musical, había demasiados intermediarios a la hora de seleccionar qué composiciones debían sonar o cuáles debían entrar en el álbum. Se fueron sumando detalles y decidí irme.

P. Todo explotó con La chica de la habitación de al lado: le llegó una letra, propuso otra…

R. Esa fue una de las primeras crisis gordas que tuvimos. Justo ahí me planteé quién tomaba las decisiones y cuándo lo hacía… Si yo era quien tenía que dar la cara, por qué no contaban conmigo. Se formó un cúmulo que desequilibró la balanza.

P. ¿No le dio miedo abandonar?

R. Sí. Y hay momentos en los que pagas caro haberte ido de un producto de éxito. Recuerdo que, tras mi salida, me llamaron para hacer 10 series del mismo perfil y las rechacé. Me había cansado de hacer lo mismo. ¿Qué pasó? Que, a partir de ahí, esas productoras ya no me tuvieron en cuenta. Me costó tomar la decisión, pero no me arrepiento de nada. Nunca me han faltado proyectos y, a diferencia de otros compañeros, he tenido la suerte de poder seleccionar, tomar decisiones, dar pasos atrás…

El mérito no era mío”

A pesar de las estratosféricas cifras de audiencia, Fran lo tiene claro: no ingresó tanto como la gente piensa. "No fue una cantidad de locos. Ganamos poco para lo que generamos", reflexiona. Y eso que era el chico-súper-pop-que-todo-pueblo-quería-tener. Aunque, como insiste, todo estaba planificado. "Lo viví con escepticismo. Detrás de mí había una maquinaria metiendo pasta para que funcionara. Quiero que la gente sea consciente: el éxito no depende de que seas más o menos talentoso, sino de que tengas los medios adecuados. Y yo, entonces, tenía el mayor arsenal del mundo a mi lado: una productora potente, una cadena nacional, una major entusiasmada… Así, lo raro era que no acabase hasta en la sopa. Lógicamente, cuando me dijeron que era número 1 de Los 40 Principales, me alegré. Pero el mérito no era mío. Ni siquiera de la canción.

1 más 1 son 7, La vida al revés, Mi corazón, Cuenta conmigo y Voy a pensar en ti fueron algunos de los temas que elevaron su debut al olimpo de ventas. Han pasado casi dos décadas desde su lanzamiento, pero hoy siguen siendo los más solicitados en sus conciertos. "Hubo instantes en los que no sabía ni dónde tenía la cabeza. Incluso aborrecí algunas de ellas. En la actualidad, ya están las piezas colocadas en su sitio. Y ahora me puedo reír y emocionar con aquella época", asegura. De lo contrario no se hubiese atrevido a recuperar un puñado para el homenaje que está preparando. En esta ocasión, no cuenta con el apoyo de una multinacional. Lo lanzará bajo su propio sello, de ahí que esté tan pendiente de cada componente: "Si bien no tengo a nadie enchufando dinero, a cambio intento hacer un producto de calidad".

P. ¿Cuál es su opinión del último capítulo de Los Serrano?

R. Cuando me mandaron el texto del último capítulo flipé. Pensé: "¿Esto qué es? Qué movida". Era flojillo. No obstante, llevaba bastante sin ir al rodaje y me apetecía ver al equipo. Fue divertido.

P. ¿Le han rechazado alguna vez por haber sido Marcos?

R. No que yo sepa, pero estoy seguro de que sí.

El ‘apagón’ de popularidad


Tras su salida, buscó refugio en el cine. Y no le fue nada mal: interpretó a El Garganta en El camino de los ingleses, de Antonio Banderas; a David en Los managers, de Fernando Guillén Cuervo; y a Teo en Las 13 rosas, de Emilio Martínez Lázaro. Las tres cintas con semanas de diferencia. A partir de ahí, salvo en un par de colaboraciones con Alex de la Iglesia y Paula Ortiz, no ha vuelto a pisar la gran pantalla. En televisión, sí ha estado más presente con títulos como Luna, el misterio de Calenda, B&B, La sonata del silencio o El Vecino. Ahora bien, donde de verdad encontró su hueco fue en el teatro: allí ha compartido secuencias con nombres de la talla de Ana Belén, Alicia Hermida, Aitana Sánchez-Gijón, Carlos Hipólito y Lluís Homar.

"Quería que, en el cine, me llamaran para hacer papeles interesantes. Dije que no a muchas películas porque quería que llegasen proyectos con más fondo, pero creo que tendría que haber aceptado algunos de ellos. Ese mono sí me lo he quitado sobre las tablas", puntualiza. Ese es el caso de Fedra, Prometeo, Electra, El burlador de Sevilla… Sobre por qué en un área sí han querido contar con él y por qué en otra no, lo desconoce. Aunque apunta a un conjunto de factores: "Conseguir un buen guion depende del físico, de la manera de moverse, de los seguidores en Instagram, de la simpatía que despiertes… En definitiva, cosas que a veces no dependen de ti. Y está bien saberlo".

P. ¿Cuándo empezó a bajar su popularidad?

R. Tan pronto dejé de aparecer en prime time. No hay que perder de vista que pertenecía a un fenómeno dirigido a adolescentes y, como suele ocurrir, estos son cíclicos: cada equis temporadas, hay un nuevo Fran Perea. Después de mí, por ejemplo, llegó Hugo Silva con Los hombres Paco.

P. ¿Cambió su forma de actuar?

R. He tenido fases de método, pero me han durado poco. Creo que hay que adaptarse a cada producción y no intentar imponerte tú. Gran parte de mi trabajo depende más de otros que de mí: casi siempre estás con un compañero en escena, con una luz bonita, con una escenografía preciosa, con un director interesante… Cuanto más a favor estés de eso, más interesante será tu propuesta.

Cuatro empresas y una meta


Para frenar las subidas y bajadas tan propias de esta profesión, Fran decidió tomar las riendas. De esta forma, podría poner en marcha ideas que habían rondado por su cabeza al mismo tiempo que creaba nuevas oportunidades para los demás. El primer paso fue levantar su discográfica: Sintonía En Nobemol nació para el lanzamiento de Viejos conocidos (2010) y, en 2022, ya ha producido a su primer cantante externo: Alex Bencomo. Posteriormente, constituyó El Próximo Cruce, a través de la que controla la producción, la promoción y la venta de diversos espectáculos. Entre ellos, las experiencias Ymás. Asimismo, como consecuencia del éxito de la obra Feelgood, fundó la Compañía Feelgood junto a Manuela Velasco, Ainhoa Santamaría y Javier Márquez. Y, en 2015, amplió aún más esta faceta con la recuperación de los Cines Luchana de Madrid y su reconversión en Teatros Luchana.

P. ¿Lo hizo para ser más libre o para ganar más dinero?

R. Si quieres pasta, no te metas en una empresa cultural. Cómprate un piso y lo alquilas. Las monté para controlar más los procesos.

P. ¿Han resistido la pandemia?

R. Las mantengo todas.

'Kosta' es uno de los últimos proyectos de Perea: un drama policial que traslada el 'nordic noir' al Mediterráneo.

'Kosta' es uno de los últimos proyectos de Perea: un drama policial que traslada el 'nordic noir' al Mediterráneo. / ALBA VIGARAY

A la par que Fran desarrollaba su carrera en España, en otros lugares gozaba de un gran reconocimiento. En Serbia, por ejemplo, sigue moviendo multitudes. Es la herencia de Los Serrano, que disparó el estudio de español en esos países. Fruto de ello surgió Viaja la palabra, un disco-libro que formó parte de una iniciativa de divulgación de nuestra lengua en el extranjero. "De la mano del Instituto Cervantes me presenté en Belgrado y Novi Sad. Estuvimos yendo tres años, tocando y reuniéndonos con los estudiantes de Filología Hispánica". Su éxito en Finlandia tiene el mismo origen, pero distinto presente. Es la estrella de uno de los títulos del momento: Kosta es un drama policial que traslada el nordic noir al Mediterráneo. "Hoy es habitual que un actor haga una serie y se le conozca en todo el planeta. El mejor ejemplo es La casa de papel. El mercado se ha abierto muchísimo", relata.

P. ¿Tenía un plan b por si algo fallaba?

R. No, aunque podría haberlo tenido. Me gusta buscarme la vida y seguro que hubiese encontrado algo.