MÚSICA

Rosalía se adentra en el lado oscuro de la fama en la edición 'deluxe' de 'Motomami'

La cantante lanza 'Motomami +', reedición del álbum con material añadido, incluyendo la popular 'Despechá' y cuatro canciones inéditas que refuerzan el mensaje de fondo en torno a la soledad y las inseguridades de la estrella pop

Rosalía, con su cuerpo de baile en uno de los conciertos que ofreció en Madrid dentro de a gira 'Motomami'.

Rosalía, con su cuerpo de baile en uno de los conciertos que ofreció en Madrid dentro de a gira 'Motomami'.

Hace solo seis meses, pero se diría que han pasado muchos más desde el 18 de marzo, fecha en que vio la luz ‘Motomami’. Suficiente para que Rosalía y su derivado conglomerado empresarial (Motomami S. L., Sony Music) tengan a bien lanzar una versión aumentada del álbum, una edición ‘deluxe’ que no se ha hecho esperar años, en busca de una cifra redonda, como suele suceder, sino que ya la tenemos aquí desde este viernes. El reclamo: ocho pistas inéditas, que elevan el número de ‘tracks’ de los 16 del disco original a un total de 24. Ojo: no todos son temas nuevos, ya sea porque ‘Despechá’ lleva un mes en danza en las plataformas, o porque el listado incluye un ‘remix’ y una toma registrada en vivo. De hecho, ese corte llamado ‘Thank yu :)’ no es ni siquiera una canción, sino una nota de voz en la que Rosalía da las gracias a quienes han escuchado el álbum. Así que centrémonos en el material significativo que ofrece este ‘Motomami +’, canciones que estiran el concepto del álbum deslizando, de nuevo, diversos niveles de lectura: detrás del desahogo latino de ‘Despechá’, a golpe de mambo acelerado, se hacen un sitio otras cuatro canciones sustanciosas, que expresan más zozobras íntimas que deseos de quemar la noche, llamadas ‘Aislamiento’, ‘La Kilié’, ‘Lax’ y ‘Chiri’.

Enamorada de la calle

De ellas, ‘La Kilié’ es la única que no ha llegado a sonar en directo, y ofrece una abrupta pista de sintetizador sobre la que Rosalía se confiesa “vendía como en el país de Chanel” y se aventura en imágenes chocantes: “Si Moisés partió mares, ella corazones”. Rosalía más aventurada, vanguardista, que en la rompedora y muy popular ‘Despechá’, un aspecto que se ve acentuado si cabe en las otras tres piezas, sobre todo en ‘Chiri’. Composición esta, conocida a lo largo de la gira como ‘Dinero y libertad’, rica en bruscos volantazos, con fondos electrónicos gruesos y un radical giro lírico, a cuenta de una cavilación sobre su condición de artista universal: “la calle está enamorá, enamorada de mí / Y yo estoy enamorá, enamorá de la calle”.

La temática se desarrolla en ‘Aislamiento’, canción central de esta nueva remesa, de sinuoso trayecto intimista, con sordas ráfagas de metralla como fondo y una interpretación hipersensible con vistas a la soledad de la celebridad: “Es el imperio el que destruye / La emperatriz que lo construye / Parece que se parte el cielo, pero no importa / Soy joven, bonita, soy triste y brillante”. De ahí a ‘Lax’, con su minuto y medio de tensión contenida, expresando sus sospechas en torno a la condición de figura famosa sobre el sustento desvalido de un piano: “Alguien nuevo quiere algo de mí / muchos más cuchillos en el VIP / Noches sola y mi crew de party / Así es como se estrellan los Ferraris”.

Estas piezas conectan con la inquietud que flota en el conjunto de ‘Motomami’, relativo a las inseguridades de la estrella pop, y por ello aparecen insertadas en el álbum, no a modo de ‘bonus tracks’. Ahí se cruzan con las otras dos canciones añadidas, ese ‘Candy – remix ft. Chencho Corleone’ (tuneo a cargo del reguetonero puertorriqueño) y la captura en directo de ‘La fama – Live en el Palau Sant Jordi’, que se abre paso entre los aplausos y el griterío ambientales, ahora desprovista de la voz de The Weeknd. La canción reservada para cerrar ‘Motomami +’ sigue siendo la misma que en ‘Motomami’, la mayestática ‘Sakura’, incidiendo en la idea de obra global con trayecto y sentido, y porque cuando algo funciona, mejor no tocarlo.