ANTICANCIÓN DEL VERANO (VI)

‘Días de verano’, de Amaral: ruptura en clave estival

Un tema con doble fondo, que más allá de su melodía despierta y luminosa, con arreglos de ‘spaguetti western’ a lo Ennio Morricone, nos habla de una despedida irremediable, apelando a la máxima de que “esta vida no es justa”

Eva Amaral y Juan Aguirre, el dúo Amaral.

Eva Amaral y Juan Aguirre, el dúo Amaral. / ARCHIVO

Jordi Bianciotto

Combinar acordes mayores, tan vivaces ellos, con una letra apenada o melancólica es un recurso apto para todo cancionista, y aquí Amaral lo borda en este tema de amores no correspondidos y de lánguidas despedidas. A cierta distancia, Días de verano suena resuelta y parece invitar a la aventura de lo desconocido, si bien la voz de Eva Amaral comparte una historia tristona, de la que extrae conclusiones fatalistas: al final, las cosas son como son, y como diría el sabio Sandro Giacobbe, “la vida es así / no la he inventado yo”.

Días de verano alza el vuelo abriendo un horizonte de posibilidades, pero en realidad ella nos está diciendo que ya no hay tiempo para enmendar el dolor causado: “Para borrar del pasado el daño que te hice yo”. Esos días en los que poder curar heridas ya se agotaron, volatizados por el efecto de una ley más grande que nosotros. “Si pienso en ti, siento que esta vida no es justa”, desliza la protagonista, entendemos que sin apelar al cinismo. Se confiesa varada “en el reino de la soledad”, lo cual no le impide mirar hacia adelante, sabiendo, a lo sumo, que “un cielo de nubes negras cubría el último adiós”. No queda tiempo para reparar el entuerto ni para pedir perdón, y toca coger la maleta y esfumarse.

En el Cabo de Gata

Así aparece Eva Amaral en el correspondiente videoclip, donde tras mostrarse meditabunda sentada en la cama, se decide a echar a andar por una carretera solitaria. El paisaje lo pone el parque natural del Cabo de Gata, que con sus panoramas desolados refuerza la sensación de desamparo y de cara a cara con el destino. En enclave es uno de los más queridos de la cantante, y la pieza, una de sus favoritas del repertorio de Amaral. Tema firmado a medias con su ‘partenaire’ Juan Aguirre (de quien fue pareja), que le gusta porque “es a la vez supermelancólico y superalegre”, según ha declarado. En la grabación, a la guitarra acústica con aires fronterizos se suman unos arreglos de cuerda peliculeros, con aires de ‘spaghetti western’ a lo Ennio Morricone, que remarcan esa conexión almeriense.

‘Días de verano’ destaca también por su inusual arquitectura, ya que la frase inicial, "no quedan días de verano", que se va repitiendo, hace las veces de estribillo en un flujo natural en el que se invierte el esquema habitual de las canciones. De la ruptura y el adiós Amaral una de sus obras más logradas, una pieza que fue lanzada como segundo ‘single’, tras ‘El universo sobre mí’, de su cuarto álbum, ‘Pájaros en la cabeza’ (2005). 

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