ENTREVISTA

Angel Olsen: "Aunque acabe casada y con hijos, nunca dejaré de ser 'queer"'

Una de las voces más importantes del rock americano, Olsen publicaba hace unos meses un nuevo disco que la acerca al 'country' y con el que renace después de dos años de pandemia, de pérdidas muy dolorosas y de hacer pública su sexualidad. Esta noche actúa en la Riviera, en Madrid, y mañana en Barcelona. A principios de verano mantenía esta conversación con 'El Periódico de España'

Angel Olsen, feliz lejos de todo y cerca de la naturaleza.

Angel Olsen, feliz lejos de todo y cerca de la naturaleza.

Jacobo de Arce

Jacobo de Arce

Los dos años de pandemia, que para todos han supuesto un estado de excepción, fueron un verdadero terremoto para Angel Olsen. Además del confinamiento, el miedo y la imposibilidad de trabajar, la artista americana sufrió el año pasado la pérdida de sus padres, que murieron con apenas dos meses de diferencia cuando ella acababa de contarles que era gay. Un período tan agitado como ese, dice, la ha cambiado, y también ha traído consigo un nuevo disco en el que Olsen, que ejercía como una estrella del rock más sofisticado y grandilocuente cuando irrumpió el virus, vuelva a un sonido más sencillo y más apegado a la tierra, más cercano al de sus orígenes que al que venía practicando justo antes del cambio de década y el lío que trajo consigo.

Angel Olsen ha tenido la música cerca desde que tiene recuerdos. La suya fue una de esas infancias que parecen obligatorias en un músico, en la que formas una banda en el instituto (en su caso, unos No Doubt en versión punk) y compones en tu habitación canciones sobre las sucesivas angustias adolescentes. A pesar de todo, su vocación no estuvo siempre clara, y tuvo que esperar a mudarse de su St. Louis natal a Chicago con veintipocos para dar el salto a la música de los mayores, primero como vocalista secundaria del gurú del folk alternativo Bonnie 'Prince' Billy y a partir de 2011 publicando sus propios discos.

Desde entonces, Olsen ha ido mostrando sus diferentes facetas e influencias musicales disco tas disco, debutando como una cantautora clásica con el EP Strange Cacti (2011), donde se apoyaba tan solo en su voz y su guitarra, e incorporando en sus álbumes posteriores sonoridades del jazz, la psicodelia, el dream pop o los sintetizadores más ochenteros. Una escalada sucesiva de discos memorables que desembocó en una obra de arte mayor, el álbum All Mirrors (2019), que la consagró definitivamente como una de las caras más destacadas de la imbatible alineación de mujeres que se han convertido en las capitanas de la música alternativa americana actual. Esa de la que también forman parte su amiga Sharon Van Etten (juntas firmaron en 2021 y a dos voces Like I Used To, una de las grandes canciones de la pandemia) y las más jóvenes Phoebe Bridgers, Lucy Dacus o Julien Baker.

Precisamente con dos de ellas, Van Etten y Baker, se encuentra Olsen inmersa en una gira por EEUU, The Wild Hearts Tour, cuando contesta a la entrevista por Zoom, cámara apagada, desde Boise (Idaho). La noche anterior han actuado en un parque de las afueras de Seattle entre secuoyas, ríos y lagos. El tipo de emplazamiento ideal para ella, que hace ya tiempo que eligió vivir lejos de los centros de la industria musical y cerca de la naturaleza en Asheville, una pequeña ciudad de Carolina del Norte. Hoy toca día libre. “Vamos a ir a patinar. ¡Me encanta patinar!”, cuenta entusiasmada. El descanso, sin embargo, no es completo. La conversación con el periodista significa que a la artista le toca seguir haciendo promoción de su nuevo disco, Big Time, un álbum con el que amaina la tempestad que fue All Mirrors y que suena a clásico americano fronterizo con el country.

Olsen ha grabado esta vez en el estudio californianio de Jonathan Wilson, el productor de referencia de buena parte del rock alternativo de EEUU. Su sexto álbum de estudio, Big Time es un disco de medios tiempos y baladas, con sonido cristalino y un predominio absoluto de la voz. Se nota que la artista quiere que se escuche lo que dice, que se la entienda bien. A pesar de que lo escribió antes de la pérdida de sus padres, el dolor está ahí, los desengaños amorosos, la dificultad de saber lo que realmente es uno y lo que se espera de la vida. Pero todo ese caudal de sentimientos atormentados acaba desembocando en algún lugar entre la calma y la luz, como si al final Olsen hubiera sido capaz de curarse y hacer las paces consigo misma y con el mundo. El primer verso de la primera canción del álbum, All The Good Times, parece resumirlo en una declaración: "No puede decir que lo siento si ya no me siento tan mal". En cuanto acabe la gira con sus compañeras de armas comenzará la suya propia, y en septiembre aterriza en España, con fechas en Madrid (29) y Barcelona (30).

P. Los dos últimos años han sido bastante turbulentos para usted. De todo ese proceso, ¿sale una persona y una artista diferente?

R. Sí, soy una persona diferente. Ahora tengo... límites [risas]. Durante mucho tiempo estuve muy preocupada por ser más y más grande como música. Y todavía lo estoy, pero ya no es tan importante ser todo al mismo tiempo. Ahora disfruto de mi vida, de mis amigos y de la gente con la que comparto mi tiempo. He aprendido a valorar la amistad sobre un montón de cosas. Quizá eso te lo dé la edad, pero sufrir una pérdida es también una cura de humildad. Te haces consciente de todas las cosas que pueden pasar. Pero bueno, en la pandemia todo el mundo tuvo que reflexionar sobre sus vidas, no solo yo. Así que, de alguna manera, no me sentí tan aislada como podría haberme sentido si todo eso hubiera ocurrido bajo circunstancias normales.

P. El episodio más difícil de todo este período, la pérdida de sus padres, ocurrió después de que hubiera escrito las canciones, pero cuando todavía no había entrado al estudio. ¿Cómo afrontó la grabación?

R. Yo creo que estaba tan contenta de volver a trabajar y a respirar que lo que realmente me pasó es que ponerme a grabar fue lo único capaz de hacerme sentir normal de nuevo. Fue estupendo tener algo que hacer con mi cuerpo y con mi cabeza, y por eso dí todo lo que podía dar de mí en esas canciones.

P. ¿Fue curativo, entonces?

R. Desde luego.

P. Antes de que todo eso sucediera ya había pasado por el encierro de la pandemia. ¿Cómo lo recuerda?

R. Me dediqué a escuchar mucho rock clásico: Big Star, George Harrison, Nick Drake, Neil Youg... Me encanta ese tipo de rock con buenas letras y en el que podemos escuchar bien cómo las cantan. Ahora solo quiero escuchar canciones con letras reales, que nazcan de la experiencia. Que tengan sentido para mí, que sean bonitas, profundas… Y esa es también la música que quiero hacer.

R. ¿Diría que ahora cuida más las letras?

R. Siempre lo he hecho. Pero es verdad que, en los últimos años, yo quería construir un muro de sonido alrededor de ellas, y ahora en cambio prefiero el “menos es más”. Anoche interpreté una canción yo sola en el escenario y me encantó. En mis conciertos en Europa me gustaría hacer un par de canciones sola. No sé cuándo voy a poder volver a Europa si esto continúa, así que estaría bien añadir cosas al show.

P. ¿Lo importante ahora, entonces, es lo que cuenta, más que el cómo?

R. Supongo que sí. Echaba de menos escuchar las letras. Siempre he trabajado primero las letras y siempre han sido lo más importante. Pero a veces quedan muy desplazadas con todo lo que está pasando en la canción y no se escuchan bien las palabras. También es cierto que me gusta mucho tocar, me gusta el rock and roll y toda esa cosa nerviosa que tiene. Y me encanta lo de perderme en la música. Durante muchos años he estado tratando de descubrir qué es lo que en realidad quería hacer. Recuerdo que al principio todo el mundo me decía: “Nadie va a querer escuchar a una chica con una guitarra. Necesitas una banda”. Ahora en cambio las mujeres dominan la industria de la música y muchas de ellas tocan una guitarra acústica. Y creo que eso tiene que ver con una generación joven a la que realmente le importan las letras.

A mi me encanta ver cómo la música es interpretada en directo. Me gustan los errores, esas cosas que pasan en un concierto. [Espectáculos como el de Rosalía] creo que son teatro"

P. En España ha habido una importante polémica estos días porque, en la gira que está realizando, Rosalía sale al escenario sin músicos. Hay quien dice que eso no es realmente música en directo, otros en cambio creen que ese es el futuro de la música. ¿Qué opinión le merece?

R. Oh no, a mi me encanta ver cómo la música es interpretada en directo. Me gustan los errores, ¿sabes? Esas cosas que pasan en un concierto. Además, creo que eso que dices es teatro. Al menos para mí lo es. Mucha gente en la industria de la música está haciendo teatro de ese tipo. Y no creo que sea malo. Simplemente es diferente. A mí me gusta sentir lo visceral. Me gusta cuando un guitarrista y yo nos hacemos el lío en directo y nos reímos y todo el mundo lo ve, hay algo muy especial en esos momentos. Pero entiendo que eso es algo específico que puede gustar a mis fans, a lo mejor sus fans no están buscando eso.

P. Este disco tiene un sonido más americana, más country que los anteriores. ¿Tenían esta vez más peso las raíces, necesitaba sentir esa especie de arraigo a la tierra, a su tierra?

R. Lo que quería era que el lugar en el que vivo estuviera presente, porque es un lugar que me encanta. Una cosa que me gusta mucho hacer, cuando la gente da por hecho que vivo en Los Ángeles o en Nueva York, es reírme de ellos y decirles: vivo en un lugar del que nunca me podría ir. Me pasa incluso con las relaciones: he salido con un montón de gente que vive en las grandes ciudades, porque son los sitios donde está la industria en la que trabajo y donde es más fácil conectar con otras personas. Siempre llega la pregunta: “¿podrías vivir aquí?” Y yo siempre elijo seguir viviendo donde vivo antes que a esa persona. Elijo la tierra sobre cualquier otra cosa, incluso sobre cualquier relación a largo plazo con alguien. Si quieren estar conmigo, aquello tiene que gustarles tanto como me gusta a mí.

P. ¿Qué tiene Asheville de especial?

R. Es tan bonito, y me ha inspirado tanto… Durante la pandemia yo salía a caminar sin rumbo por el campo, conducía hasta perderme. Como todo el mundo estaba encerrado en casa cocinando, los osos se movían con más libertad ahí fuera, era interesante ver cómo hasta los animales cambiaban su comportamiento durante ese tiempo. Tenía incuso que planificar cuándo sacaba la basura, porque los osos lo sabían y me podía encontrar con una familia entera… Me gusta interactuar con la naturaleza de una forma que me recuerda que soy tan pequeña. Es algo que te hace tener los pies en la tierra, especialmente porque yo vivo en esta burbuja que es la música, pero yo soy lo contrario de todo eso. Lo que me gusta es llegar a casa, quitarme la ropa y el maquillaje, ser completamente anónima y tener el wifi desconectado. Me ayuda mucho.

Olsen publica nuevo disco, 'Big Time'.

Olsen publica nuevo disco, 'Big Time'. / Angela Ricciardi

P. Mientras escribía este álbum salió del armario. ¿Cómo fue pasar todos esos años antes sin vivir libremente su sexualidad?

R. La verdad es que siempre me sentí queer, pero nunca lo había explorado. Y había una parte de mí que se preguntaba si era importante salir del armario públicamente. Hasta que sentí que, en unos tiempos como los que nos ha tocado vivir, era importante levantarse y hablar abiertamente de ello. Ahora está siendo como vivir de nuevo la pubertad. Da un poco de vergüenza: todo el mundo está pendiente de tu cambio. Así que lo de salir del armario en los treinta es bastante gracioso. El tema es que, aunque acabe casada y con hijos, nunca dejaré de ser queer. Solo quiero conocer a alguien que pueda conectar conmigo, y no quiero que sea dentro de las estructuras normativas de la sociedad. Quiero que sea algo completamente abierto y libre.

Hay gobiernos de ultraderecha que han tomado el poder y han inspirado a mucha gente. Da miedo estar al descubierto ahora mismo. Pero yo solo quiero tener la posibilidad de querer a cualquiera"

P. ¿Está contenta de haber dado el paso?

R. Sí. El mundo en el que vivimos ahora mismo da bastante miedo. Hay gobiernos de ultraderecha que han tomado el poder y han inspirado a mucha gente a salir de la nada y organizarse. Da miedo estar al descubierto ahora mismo. Pero yo solo quiero tener la posibilidad de querer a cualquiera.

P. A pesar del gobierno de Biden, EEUU está en un momento de auge conservador, como demuestra la nueva legislación antiabortista que están adoptando algunos estados. ¿Le preocupa?

R. Es tremendo, es como una especie de regionalismo, algo tan raro... Pero también es una lección muy importante para que entendamos que, además de favorecer a un presidente solamente porque parecía un poco más seguro que el otro, hay mucho trabajo por hacer en nuestra política local. Los millennials y la generación Z tienen que trabajar profundamente la política local. Eso es lo más importante. Pero sí, no me sorprende. Mucha gente que fue nombrada durante la administración Trump están ahí todavía. Y Biden históricamente ha sido antiabortista, así que es interesante ver cómo cambia ahora la marcha. Todo da miedo. Parece el apocalipsis ahí fuera. La Tierra está en llamas. No hemos podido salir mucho a la naturaleza durante esta gira porque ha hecho tanto calor…

P. Hablando de giras, está ahora mismo inmersa en 'The Wild Hearts Tour' y después arranca el suyo propio. Van a ser como cuatro o cinco meses seguidos girando.

R. Sí, va a ser una gira larga. Probablemente la más intensa desde 2017/2018, cuando tocamos un montón. Pero trataremos de sobrevivir. Acabo de recibir mi segundo refuerzo de la vacuna. No estamos bebiendo mucho durante esta gira, todos tratamos de cuidarnos y todo va bien hasta ahora.

P. ¿Están haciendo una gira saludable?

R. ¡Sí! Está siendo saludable [risas]. Salimos a correr, no nos volvemos muy locas, no vamos a bares. Estamos todo el rato en nuestra pequeña burbuja. Y en Europa será algo parecido. Va a ser interesante volver a actuar en locales cerrados. Estoy un poco asustada, pero también estoy desando estar ahí, porque hace tanto tiempo… Actuar allí es un desafío diferente. Es una lección de humildad, porque cuando pasas de una región a otra, en una eres como una super estrella y de repente, en la siguiente, no eres nadie.