LEYENDA DE LA GUITARRA

Homenaje a Paco de Lucía en el Teatro Real: "Paco es el capitán del barco del flamenco actual"

Josemi Carmona y Jorge Pardo, dos de los artistas que participarán en el recital, organizado por su familia a través de su fundación, recuerdan y ponen en valor el legado del primer flamenco que actuó en la sala madrileña

Paco de Lucía, en 2013, durante un concierto en Badajoz.

Paco de Lucía, en 2013, durante un concierto en Badajoz. / EFE

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"Yo, a pesar de ser su amigo, o su conocido, me ponía nervioso al verle, porque me he tirado mogollón de horas con él sin estar él, escuchando los discos". Josemi Carmona, ex miembro de Ketama, guitarrista flamenco y miembro de una de las sagas más importantes de este arte, los Habichuela, habla con la misma emoción de Paco de Lucía que cualquier adolescente sobre su ídolo. "Él te dejaba el tiempo suficiente para que te bajaras, y entonces se acercaba a ti y te decía: '¿Qué haces hombre, cómo te va la vida?' Era una persona muy especial. Único. Un hombre único".

Carmona es uno de los músicos que subirán al escenario del Teatro Real este sábado 30 de julio como parte del elenco de Infinito, el espectáculo homenaje a Paco de Lucía que le ha preparado su fundación junto con Universal Music -su presidente, Narcís Rebollo, es patrono de la Fundación Paco de Lucía y la compañía es la dueña del catálogo discográfico del guitarrista- y del que se han vendido todas las entradas.

En el homenaje participarán un gran número de artistas relacionados de alguna manera con el añorado genio de la guitarra de Algeciras, compañeros que en vida disfrutaron de su amistad, su maestría y con el que compartieron incluso escenario: los músicos de jazz John McLaughlin y Al Di Meola, la portuguesa Mariza (también lo era la madre de Paco, Lucía Gómez Gonçalves 'La Portuguesa'), la Niña Pastori, (a estas dos las acompañará Carmona con la guitarra) o los miembros del sexteto (Jorge Pardo, Carles Benavent, Rubem Dantas y Tino Di Geraldo, y su hermano Pepe de Lucía), así como su sobrino, Antonio Sánchez, que se unió a su compañía como segundo guitarrista en su última etapa profesional. También estarán el cantaor Miguel Poveda, los bailaores Farruquito, Sara Baras, Farru -que formó parte del grupo de Paco de Lucía en los últimos años-, Joaquín Grilo y otros músicos que le acompañaron en sus giras como Antonio Rey, Antonio Serrano, Piraña, Bandolero, Niño Josele, Montse Cortés, David de Jacoba y Rubio de Pruna.

Además de música, Infinito ofrecerá imágenes de archivo, algunas inéditas, de Paco de Lucía, convirtiendo el recital en un espectáculo entre documental y musical. La Fundación Paco de Lucía, presidida por Gabriela Canseco, viuda del maestro, y sus hijas mayores, Casilda y Lucía Sánchez Varela, han ideado un homenaje en el que, reconocen a la prensa, faltan algunos nombres con los que les habría gustado contar, pero que por las circunstancias -después de dos años de restricciones motivadas por la pandemia, dicen, todos los músicos están de gira, y no ha sido posible cuadrar las fechas con algunos- no podrán unirse.

Que el homenaje a Francisco Sánchez Gómez (1947 - 2014), conocido para la historia como Paco de Lucía, sea en el Teatro Real no es casualidad. El templo operístico abrió sus puertas por primera vez al flamenco gracias a él. Lo hizo en 1975, en un concierto en el que el público se llenó de color y que las crónicas de la época titularon La toma de la Bastilla. “La guitarra de Paco de Lucía está mostrando, en versiones incomparables, las abrasadas lágrimas de su tierra por todas las salas de conciertos del mundo. Aún faltaba el Teatro Real". Así describió el poeta y aficionado al flamenco Félix Grande aquella revolucionaria actuación.

La toma del Real por el maestro de la guitarra quedó grabada para la eternidad en un álbum fundamental en su discografía, pero sobre todo supuso un paso de gigante para un arte, el flamenco, que gracias a él comenzó a hablar de tú a tú con otros estilos de la música considerada culta. Él siempre defendía en las entrevistas que uno de sus sellos, la velocidad que imprimió a su toque, nacía de la rabia con la que tocaba por el menosprecio que siempre sintió que se le daba al flamenco.

Paco de Lucía no sólo tiene un hueco en la historia por haber colocado al flamenco en los mejores teatros del mundo, ni por haber puesto a dialogar este arte con otras disciplinas, como el jazz. Su virtuosismo como intérprete fue notable, pero el maestro cambió la guitarra flamenca para siempre. Fueron esa velocidad, la riqueza de sus armonías y su propuesta en escena las que le distinguieron. "Cada falseta [frase musical] de Paco contiene una sinfonía", afirma tajante Josemi Carmona.

CARRERA PRECOZ

Nació en una familia humilde. El propio Paco contaba cómo su padre, Antonio Sánchez Pecino, desesperado por no saber cómo sacar a su familia adelante, compró una guitarra. Él no tuvo éxito con el instrumento, pero dos de sus hijos fueron dos guitarristas excepcionales. Primero el mayor, Ramón de Algeciras. Después el pequeño, Paco de Lucía. Aprendió de su hermano, pero la constancia y la disciplina impuesta por su padre hizo que superase a Ramón, que pese a que fue el primer profesional de la familia, terminó como segundo guitarrista del grupo de Paco. Aún habría otro hermano en el flamenco, Pepe de Lucía, este ocupado con el cante. Ambos fueron, de niños, Los chiquitos de Algeciras y más tarde, cuando la carrera de Paco despegó en solitario, pasó a formar para siempre parte de su grupo.

A los 14 años, Paco de Lucía ya estaba dando conciertos. Fue gracias a Ramón, que formaba parte de la compañía del bailaor José Greco, que Pepe y Paco de Lucía se embarcaron en su primera gira internacional. Cuando llegaron a Nueva York conoció al que sería uno de sus grandes maestros y referentes: el guitarrista Sabicas, afincado entonces en la ciudad de los rascacielos. Sabicas se quedó muy impresionado con el talento del joven músico. Pero el gran ídolo de Paco de Lucía, el maestro al que se quería parecer, fue Niño Ricardo.

Bajo el manto y la tutela del padre, y ya instalada la familia al completo en Madrid, Paco de Lucía conocería y desarrollaría la pieza fundacional de su carrera: el encuentro, en 1969, con el cantaor Camarón de la Isla, junto con el que grabaría una serie de discos que marcaron el primer parteaguas de su carrera. Cuentan los que vivieron aquella época que el padre de Paco se quedó impresionado la primera vez que lo vio cantar y fue el artífice del encuentro de los dos genios. Sánchez Pecino dirigió la carrera de ambos alrededor de dos lustros, tiempo en el que hacían maratonianas sesiones de grabación que han dejado diez discos sin los que sería imposible entender el flamenco actual.

Era tal la admiración que sentían el uno por el otro que cuando Paco de Lucía recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2004, declaró que el premio, en un 70%, era para Camarón, y que de haber estado vivo, habría encontrado la manera de obligarle a asistir a la ceremonia de entrega. "Soy un cantaor frustrado", dijo entonces a la prensa. Fue el primer artista flamenco en recibir el galardón y el único hasta este mismo año. Él ya había recibido muchos reconocimientos internacionales, pero sintió que con el premio contribuía a colocar el flamenco en el lugar de reconocimiento que le correspondía.

El jurado valoró en su entrega su "honradez interpretativa" y su capacidad de trascender "fronteras y estilos", lo que le convertía en "un músico de dimensión universal". "Todo cuanto puede expresarse con las seis cuerdas de la guitarra está en sus manos, que se animan con la emocionante hondura de la sensibilidad y la limpieza de la máxima honradez interpretativa", decía la declaración institucional. "Estoy muy emocionado porque llevo dejándome la piel toda la vida por el flamenco y pienso que, aunque me han dado el premio, siempre hay alguien mejor", dijo él desde Jimena de la Frontera (Cádiz), donde estaba actuando cuando se conoció la noticia del galardón.

Paco de Lucía (centro de la imagen), junto a Niño Josele (derecha), Sara Baras (derecha) y otros músicos de su grupo, al conocer la noticia de haber sido galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Artes.

Paco de Lucía (centro de la imagen), junto a Niño Josele (derecha), Sara Baras (derecha) y otros músicos de su grupo, en su casa de Algeciras, tras conocer la noticia de haber sido galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Artes. / EFE/A. Carrasco Ragel

RELACIÓN CON EL JAZZ

En la riqueza de armónicos y melodías que Paco de Lucía introdujo para siempre en el flamenco a través de sus composiciones tuvo mucho que ver su relación con otras músicas. Sus giras eternas por el mundo le hicieron estar siempre en contacto con otras músicas, y son quizás la bossa nova y el jazz las que le marcaron para siempre y de las que más referencias tomaría.

Su relación con el jazz comenzó pronto. Antes incluso de conocer a Camarón ya había grabado en un disco de Pedro Iturralde. Sin embargo, alcanzaría la gloria internacional girando por medio mundo junto a Al Di Meola y John McLaughlin, que estarán este sábado en Madrid para recordar a su añorado amigo. La admiración hacia el genio de Algeciras de estos músicos es tal que McLaughlin llegó a decir hace unos años: "Paco de Lucía está a la altura de Miles Davis y Stravinski". Juntos grabaron tres discos y alcanzaron la gloria. Tan sólo el álbum en directo Friday Night in San Francisco (1980) logró vender más de un millón de copias en todo el mundo.

Pero si hubo un músico de jazz que marcó para siempre al de Lucía es el pianista Chick Corea. Su hija Lucía lo recordaba hace unos días en un encuentro con los medios con motivo de la presentación de Infinito: "Siempre lo decía. Los músicos que más admiraba mi padre son Camarón y Chick Corea, sin duda".

Con ellos recorrió el mundo en los 80 y grabó innumerables discos (Zyryab, en 1980, junto al Sexteto y Chick Corea es quizás el que más reconocimiento tuvo), mientras en paralelo desplegaba su propia formación, otro elemento que cambió la forma de presentar a la guitarra flamenca en los escenarios para siempre. Con su famoso Sexteto, nacido a principios de los 80, impuso numerosos cambios que se mantienen hoy como un estándar en las formaciones flamencas: introdujo varios instrumentos hasta entonces radicalmente ajenos a esta música y hoy perfectamente consolidados, como la flauta o el saxo (con Jorge Pardo como máximo exponente), el bajo eléctrico de la mano de Carles Benavent, la percusión afrocaribeña del brasileño Rubem Dantas quien, además, se trajo de América Latina el cajón peruano, que modificado se ha convertido en la percusión más habitual en el flamenco actual.

A estas tres incorporaciones se unían además los dos hermanos de Paco, Ramón de Algeciras (guitarra) y Pepe de Lucía (cante). En ocasiones, el cantaor Duquende también se sumaba a la formación, así como Rafael Sánchez de Vargas (guitarra).

https://youtu.be/pI4loaeMm4Y

Jorge Pardo (flauta, saxo) se mueve entre los dos estilos (flamenco y jazz) con naturalidad, y formó parte del sexteto de Paco de Lucía durante 20 años. Hace unos meses, en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA con motivo del estreno de Trance, un documental sobre su carrera, Pardo le recordaba como un hermano mayor, con el que hizo un doctorado en flamenco, pero sin nostalgia de aquel momento. "Lo que hacíamos con Paco de Lucía era como un juego nuestro. Lo veíamos así, como un juego. Nadie era consciente de la trascendencia que eso podía tener, no pensábamos en eso".

Pardo explicaba que lo conoció en el pasillo de una discográfica, y que a Paco le llamó la atención su manera de tocar la flauta. Admiraba el grupo del que formó parte Pardo a finales de los 70, Dolores, que fusionaba el rock y el jazz y tuvo un gran impacto en el flamenco de aquel momento. "Recuerdo una conversación ya al final de las últimas giras del sexteto acerca del año 2000", contaba Pardo, "Paco mismo nos preguntaba: ¿Vosotros habéis imaginado alguna vez cómo empezamos y dónde ha ido esto a parar? Y claro, nadie atinaba a decir que tendríamos esa proyección mundial, ¿no?".

Paco de Lucía en 2014, ante los entonces príncipes de Asturias Felipe y Letizia, al recoger su premio Príncipe de Asturias de las Artes.

Paco de Lucía en 2014, ante los entonces príncipes de Asturias Felipe y Letizia, al recoger su premio Príncipe de Asturias de las Artes. / EFE

LEGADO Y DIFUSIÓN

Paco de Lucía falleció inesperadamente en 2014, en Playa del Carmen, México, donde residía parte del año. Desde entonces, su familia tenía la idea de crear un espacio que le permitiera defender su legado. No logró materializarlo hasta septiembre de 2021, cuando se presentó ante autoridades y medios de comunicación. "Un proyecto cultural para difundir el legado artístico y humano del genio, y para seguir extendiendo los límites del flamenco por los caminos que él trazó", define su página web.

Así lo explican también Gabriela y Casilda, presidenta y vicepresidenta, quienes insisten en la idea de que no solamente quieren proteger y difundir el legado del artista, sino apoyar y fomentar los nuevos talentos en el flamenco, que continúen el amor por este arte que tuvo siempre el guitarrista. Ahora, explican, están trabajando en un posible documental sobre la vida y recorrido profesional del artista, que materializarán si logran encontrar alguien con capacidad de desarrollar un proyecto de tal envergadura.

"Yo me siento en deuda con él", dice Josemi Carmona. "Escucho sus discos ahora y es que me parece que cada día sigue tocando mejor, sigo descubriendo cosas nuevas y eso es muy difícil, con la de discos que ha hecho". Y, para profundizar en el significado de su legado, insiste: "Paco es el capitán del barco del flamenco actual a nivel instrumental" sentencia. "Está Camarón, que es otra forma, pero con un mismo condimento, que es la genialidad, el compromiso, el cariño, el respeto, la revolución. Yo creo que, aún estando de resaca, para los que hemos vivido la época de ellos la influencia que han dejado es tan grande, tan imponente, que te llegue cualquier otra cosa".