LIBROS | MARIANO MUNIESA

El gurú del rock duro: "Para mucha gente, el cliché del 'heavy' es Santiago Segura en 'El día de la bestia'. Yo quería romper con ese estereotipo"

El veterano periodista dedica su último libro a repasar la historia del este estilo musical y a desmontar los mitos que han rodeado este género musical, injustamente tratado por los medios y ciertos sectores del público

El grupo de 'heavy metal' Judas Priest durante un concierto en Santa Coloma de Gramanet en 2018.

El grupo de 'heavy metal' Judas Priest durante un concierto en Santa Coloma de Gramanet en 2018. / Ferrán Sendra

Eduardo Bravo

La combinación de nostalgia y estrategias empresariales hace que, cada cierto tiempo, determinados géneros musicales del pasado vuelvan a ponerse de moda y conquisten aquellas audiencias que, por edad, no pudieron disfrutarlos cuando aparecieron por primera vez. Así ha sucedido con el rock and roll clásico, el pop anglosajón de los sesenta, la música italiana, las cantantes ye-ye francesas, la psicodelia, la movida madrileña, el punk o el indie. Uno de los pocos géneros que no ha disfrutado de esa vuelta triunfal ha sido el heavy metal, sencillamente porque nunca se fue.

"El heavy metal no se ha quedado anquilosado en una fórmula. Cuando surgió en los años 70, lo hizo con una determinada idiosincrasia, la cual cambió en los años 80, volvió a cambiar en los noventa y, en los años 2000 y 2010, se diversificó. A partir de entonces, surgieron tal cantidad de géneros y subgéneros, que lo único que demuestran es que el heavy metal es un estilo musical muy rico y en constante evolución", explica Mariano Muniesa, periodista musical que acaba de publicar en la editorial Almuzara Esto no estaba en mi libro de historia del Heavy Metal.

El periodista especializado Mariano Muniesa.

El periodista especializado Mariano Muniesa. / Cedida

En este ensayo, para el que cuenta con la colaboración de Mariskal Romero, Muniesa se aleja conscientemente del academicismo y el enciclopedismo, para presentar una versión del heavy metal despojada de prejuicios y de esa imagen, entre chusca, burlona y condescendiente, que acostumbran a dar de él los medios de comunicación.

"Incomprensiblemente para mí, el heavy metal sigue asociado con estereotipos completamente absurdos. Para mucha gente, el prototipo de alguien al que le gusta esta música es un sujeto al que no le preocupa leer, que es prácticamente un ignorante y al que lo único que le interesa es escuchar la música a todo volumen y fumar porros. Básicamente, el protagonista de El día de la bestia, del malhallado Santiago Segura —comenta Muniesa—. Por eso quería hacer un libro que rompiese con ese estereotipo y que enseñara cosas que no se han contado nunca como, por ejemplo, la profundísima relación que hay entre el heavy metal y la literatura, la poesía o incluso la Biblia. Se habla siempre de que es un estilo satánico, pero hay muchos grupos que han buscado la inspiración en ese libro, con independencia de que sean creyentes o no".

Además de los mencionados, entre los mitos que desmonta Muniesa en su personal historia del heavy metal está el de la supuesta apatía y falta de compromiso político de los seguidores de este género musical que, al menos en España, vivió su momento de mayor popularidad en una complicada coyuntura histórica, marcada por la crisis económica, el desempleo juvenil y el auge del consumo de heroína.

Fue esa idea de rebeldía lo que hizo que muchos músicos se acercasen al partido que estaba más comprometido con esos planteamientos y que, en esa época, era el PCE"

"Aunque ya se había recuperado la democracia, la situación social de los años 70 y 80, especialmente para los jóvenes, era muy complicada. A eso se sumó el desencanto que supuso la llegada al gobierno del PSOE, que se pensaba que iba a apostar por políticas juveniles destinadas a ayudar a la gente, pero no fue así. Eso provocó que, en las grandes ciudades como Bilbao, Madrid o Barcelona, el heavy captase los sentimientos de esos jóvenes y los trasladase a sus letras. Fue esa idea de rebeldía, de querer cambiar las cosas lo que hizo que muchos músicos se acercasen al partido que estaba más comprometido con esos planteamientos y que, en esa época, era el PCE", afirma Muniesa que, aprovechando la referencia a la época de la Guerra Fría y al Partido Comunista, desmonta también leyenda de que en la URSS el heavy metal estaba prohibido.

"Aunque no era un tipo de música especialmente apoyada por las autoridades, porque en esos países se le daba mucha preponderancia a la cultura autóctona y había cierta desconfianza por las músicas que procedían de occidente, durante años hubo en Europa del Este una escena rockera muy potente. Como no se podía viajar al exterior y no llegaban discos de fuera, la experiencia no fue fácil pero, a pesar de ello, hubo una cantera de músicos a los que les gustaba el heavy metal, que se buscaron la vida para conseguir discos de occidente y crear una escena que ha sido invisibilizada, pero me apetecía reivindicar".

Adaptarse a los nuevos tiempos

Aunque la preocupación por la política se ha atenuado considerablemente en comparación con el pasado, los aficionados al heavy metal siguen mostrando una mayor simpatía hacia las ideologías progresistas que a las conservadoras, como demuestra la normalización dentro del colectivo de personas LGTBI, una evolución en la que ha sido clave el vocalista del grupo Judas Priest, Rob Halford.

El lider de Judas Priest, Rob Halford (a la izda.), durante un concierto de su banda en 2009.

El lider de Judas Priest, Rob Halford (a la izda.), durante un concierto de su banda en 2009. / Fredrik Persson

"El fenómeno de la homosexualidad en el heavy metal es comparable a lo que sucedió con Brokeback Mountain. Hasta el estreno de esa película parecía que en el mundo del country no existía la homosexualidad, cuando era evidente que también la había. Hoy en día, salir del armario, romper los tabúes y decir públicamente que una persona es homosexual es algo que también se ha producido en el mundo del heavy metal. Ahí la punta de lanza ha sido Rob Halford, entre otras cosas, porque era el músico que encarnaba la figura del frontman más masculino del mundo, el más macho alfa de todos. Aunque es verdad que todo el que lo conocía sabía cómo era su vida privada, cuando decidió dar el paso y decir que era homosexual, provocó un cataclismo que, al mismo tiempo, ayudó a cambiar la mentalidad imperante y a romper tabúes".

A pesar de ese innegable cuestionamiento de las estructuras de poder y de su capacidad para adaptarse a los cambios de la sociedad, el heavy metal no siempre ha sido un movimiento ejemplar. Una de las críticas más habituales de las que ha sido objeto es su innegable sesgo machista y, en ese, como en los demás temas que aborda el libro, Muniesa no rehuye la pregunta.

En los 80, la mujer como objeto de conquista del macho alfa metalero era un estereotipo muy habitual. En el disco 'Lovehunter' de Whitesnake, por ejemplo, aparece una serpiente que está poco menos que violando a una chica"

"Si la cuestión es si hay machismo en el heavy metal, en honor a la verdad, hay que decir que sí. Afortunadamente cada vez hay menos, pero durante mucho tiempo lo había, como lo ha habido en todos los ámbitos de la sociedad. En el caso de esta música era un machismo que se canalizaba principalmente en las actitudes de algunos artistas y en las portadas de los discos, en las que la mujer era representada como un objeto sexual porque, durante los años 80, la mujer como objeto de conquista del macho alfa metalero era un estereotipo muy habitual. En el disco Lovehunter de Whitesnake, por ejemplo, aparece una serpiente que está poco menos que violando a una chica medio desnuda. Ahora todo eso está en recesión. De hecho, recuerdo un caso reciente de un grupo con una portada en la que salía un hombre que marcaba a fuego el muslo de una mujer como si fuera una res. El movimiento organizado en contra de esa portada fue enorme y muy saludable, porque ayudó a entender que es inasumible aceptar ese tipo de cosas".

La referencia a las portadas de los discos de heavy metal ponen de manifiesto otro de los elementos relevantes de este movimiento que, aunque acostumbra a pasar desapercibido, en ocasiones, ha sido tanto o más importante que el musical: el aspecto gráfico.

"En el caso de grupos como Kiss o Iron Maiden, la industria del merchandising les genera tanto o más dinero que sus discos. Aunque yo soy más fundamentalista y me preocupo más por la música y la filosofía que hay detrás de ella, es evidentemente que el heavy metal ha creado una subcultura en el mundo del diseño que, después de muchos años, está empezando a ser absorbida por la gran industria. No hay más que ver cómo en importantes tiendas de moda se venden camisetas de Iron Maiden, las cuales son utilizadas para salir de noche, lo que no deja de ser sorprendente. En los años 80, ir a un club de moda para tomar un gin tonic de diseño vestido así era impensable, porque el portero no te hubiera dejado entrar".

Iron Maiden, en sus primeros tiempos.

Iron Maiden, en sus primeros tiempos. / ARCHIVO

Esta asimilación por parte de la industria de la moda, la normalización de una estética que hace unas décadas era vista con desconfianza por parte de la sociedad y su capacidad para, una vez más, sobreponerse a situaciones como la crisis de la industria musical, invitan a pensar que el heavy metal, lejos de haber llegado al final de su camino, tiene potencial para conectar con nuevos públicos durante mucho tiempo más.

La banda orensana Los Suaves.

La banda orensana Los Suaves. / ARCHIVO

"Estoy convencido de que va a ser así y te hablo con conocimiento de causa. Soy periodista musical, trabajo en una revista, en una emisora de radio, en una página web y estamos constantemente recibiendo maquetas de grupos con un nivel increíble, porque nunca como ahora ha sido tan fácil acceder a la cultura musical: los instrumentos se han abaratado y en internet puedes encontrar tutoriales para aprender a tocarlos sin mucho problema. Hace cosa de dos semanas estuve en una iniciativa llamada The Crazy Drummer’s Day, un concierto en el que se reunieron trescientos músicos entre baterías, bajistas, guitarras y cantantes, para hacer un homenaje al heavy español con canciones de Obús, Marea, Sôber y Los Suaves. Entre los ciento y pico baterías que estaban allí, te aseguro que no había más diez que fueran mayores de edad. Eran todos chavales y además había muchas chicas guitarristas. Sin lugar a dudas, la gente va a seguir apoyando al heavy metal".