ENTREVISTA

Ethan Hawke: "Los gurús son terroríficos"

El actor, escritor y director se adentra finalmente en el territorio superheroico con su papel de gurú villano en la esperada serie 'Caballero Luna', que se estrena este miércoles en Disney+ 

Ethan Hawke en el evento de lanzamiento de 'Caballero Luna' en El Capitan Theatre de Hollywood.

Ethan Hawke en el evento de lanzamiento de 'Caballero Luna' en El Capitan Theatre de Hollywood. / ALBERTO E. RODRIGUEZ/GETTY IMAGES FOR DISNEY

Juan Manuel Freire

Hace cuatro años, Ethan Hawke causó (efímera, claro) polémica en redes cuando aseguró que incluso las mejores películas de superhéroes "no son Bresson… no son Bergman. Pero todos hablan de ellas como si lo fueran". Pero su amigo Oscar Isaac le convenció para superar sus recelos hacia lo superheroico y sumarse al reparto de Caballero Luna (Disney+, desde el miércoles, día 30) como el villano Arthur Harrow, gurú fanático que persigue la resurrección de la letal deidad egipcia Ammyt. ¿Un cambio en su carrera? No tanto, ni siquiera en su carrera más reciente, como nos explicó en entrevista por videollamada.

P. Ha tardado lo suyo en adentrarse en terreno superheroico. ¿Por qué ahora? ¿Por qué con Caballero Luna?

R. Al final mis decisiones se basan siempre en los compañeros. Y me encanta Oscar. Su idea del trabajo se parece a la mía: los dos somos actores de Nueva York con una cierta visión entregada e intensa de lo que significa este oficio. Si él estaba en la serie, la experiencia iba a ser buena. Más allá de los posibles resultados, sería un trabajo que valdría la pena. Por otro lado, Mohamed Diab [director de la mitad de episodios] es un cineasta al que tengo en alta estima. También me lo planteé como una oportunidad de formar parte de esas aventuras de ciencia ficción que devoraba de niño.

P. Si uno espera mucho para hacer una película o una serie de superhéroes, es probable que acabe como supervillano. También hace de malo en la película de terror Black Phone, que veremos en junio. ¿Lo está pasando bien haciendo el mal?

R. La buena noticia es que sigo aquí. ¡La mala es que me toca ser el malo! [ríe]. Es como lo que pasa con los atletas: cumplen años y de repente se encuentran con que han de cambiar de posición y dejar la que tenían en su momento de gloria. Pero los actores tampoco lo tenemos tan mal. A mí al menos me gusta hacer personajes complicados. 

La gente demasiado segura de sí misma y de sus creencias me hace temblar las rodillas

P. Su espectro de inspiraciones para el villano Harrow va de David Koresh (el líder de la secta que acabó en la masacre de Waco) al mismísimo, y muy alejado del anterior, Dalai Lama. ¿Qué le pasa con los gurús?

R. Me pasa que los encuentro terroríficos. La gente demasiado segura de sí misma y de sus creencias me hace temblar las rodillas. Y cuanto más amables son explicándote lo que es el cielo y lo que es el infierno, más terribles me parecen. No, no sabéis qué es el cielo ni el infierno.

P. Esta interpretación es, básicamente, todo lo opuesto a la que nos ofreció en su anterior serie, la excelente El pájaro carpintero (basada en la farsa literaria de James McBride sobre John Brown, abolicionista que creyó en el poder de las armas). Al menos en los primeros episodios, es implosión antes que explosión.

R. Eso es verdad. Pero, si se fija, los dos personajes se parecen en que son fanáticos. Sabía que tenía el peligro de repetirme y era algo que no quería. De modo que con Harrow debía buscar un fanático… amable. John Brown no tenía nada de amable.

P. ¿Hubo algún otro personaje de su trayectoria del que pudiera nutrirse, directa o indirectamente? 

R. Hace unos años rodé con Paul Schrader El reverendo (First Reformed), en la que hacía de un reverendo que entra en una espiral de autodestrucción. Hay una cierta similitud entre ambos personajes: cuando alguien trata de ser devoto a toda costa, a menudo acaba cayendo en el autodesprecio. Por eso quise que Harrow caminara sobre cristales rotos todo el tiempo. Porque una parte de él está bañada de auto-odio. Si odias el pecado y sabes que una parte de ti está pecando, ese es el resultado. La historia está llena de ejemplos de gente noble y sabia que acaba azotándose a sí misma. Siempre me ha interesado mucho esta contradicción.

Paul Schrader es un genio en eso de escribir sobre gente torturada

P. Menciona El reverendo (First Reformed) y pienso en lo interesante que resulta que Caballero Luna enfrente a los protagonistas de las dos últimas películas de Schrader (Oscar Isaac protagonizó El contador de cartas). ¿Esto es el UCM o el Schrader-verso?

R. Oscar y yo hablamos todo el tiempo sobre ello. Soñábamos y bromeábamos todo el tiempo con la idea de que si la serie tenía éxito, Paul debería escribir la siguiente temporada. Porque es un genio en eso de escribir sobre gente desequilibrada.

P. La serie trata con inesperada seriedad los problemas psicológicos de su héroe.

R. Para mí es lo más interesante de la serie. Estamos habituados a ver a villanos que sufren de enfermedad mental, pero tampoco hemos visto tantos caminos del héroe en los que ese héroe sufra realmente, no sepa quién es, cuál es su identidad, cómo se funciona en el mundo… Me parece la parte más dinámica de toda la historia.

P. También resulta interesante el juego de la serie con el terror, un género tampoco demasiado cultivado por Marvel en sus últimas películas y series. Como actor últimamente asociado a ese género [a través de producciones Blumhouse como The Purge: la noche de las bestias, Sinister o la citada Black Phone], ¿le interesaba esta parte del proyecto?

R. Los cómics de Caballero Luna son más oscuros de lo que puede esperarse de Marvel. Creo que ahí existe una oportunidad para el estudio de evolucionar y cambiar y empezar a proponer películas terroríficas. Me parece una dirección a explorar.

Hemos visto buenas películas épicas de grandes estudios y hemos visto grandes películas rodadas por estudiantes en la calle

P. Después de la aventura de Caballero Luna, ¿ha cambiado de opinión sobre el cine de superhéroes?

R. Lo haría si es en buena compañía. Y me refiero a todo el mundo, desde los directores de casting hasta la gente que hizo los cómics originales. Un actor es parte de una imaginación colectiva. Cuando ves algo como El Padrino o Toro salvaje, lo que estás presenciando es la fusión de un montón de imaginaciones brillantes en una sola obra. Eso puede pasar en muchos contextos: puede pasar en una película de Schrader hecha con un móvil o en el universo Marvel. Hemos visto buenas películas épicas de grandes estudios y hemos visto grandes películas rodadas por estudiantes en la calle.

P. Y puede pasar en televisión también. ¿Tiene pensado volver a crear y producir una serie, como hizo con El pájaro carpintero?

R. Para mí las series limitadas son lo más interesante que ha pasado al cine últimamente. Durante los primeros veinticinco años de mi carrera, contar una historia en la pantalla era como escribir un haiku. Ahora puedes hacer una serie de cuatro o doce episodios, los que quieras. Estirar el lienzo según las necesidades de la pintura. Con El pájaro carpintero, apenas tuvimos que cambiar el libro, porque podíamos contar la historia tal cual. Saber que hacer series así es posible me entusiasma. Además, hay gente dispuesta a invertir dinero en ellas. Y mucha gente con ganas de verlas.

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