MÚSICA

'Freedom First', música desde el corredor de la muerte

El pianista de jazz Albert Marquès presenta en Granollers un disco grabado con un condenado a la pena capital que lucha por demostrar su inocencia

Albert Marquès, en el Raval.

Albert Marquès, en el Raval. / ÁLVARO MONGE

Roger Roca

Hace 28 años que Keith LaMar vive encerrado en una celda de aislamiento de una prisión de Ohio, en Estados Unidos. Fue condenado a muerte por el asesinato de cinco presos durante una revuelta en la cárcel en 1993. La ejecución de la sentencia está prevista para noviembre de 2023. LaMar ha defendido siempre su inocencia. Asegura que no tuvo un juicio justo y desde hace años lucha para que se reabra su caso. No sabe si la justicia le permitirá ponerse de nuevo frente a un jurado, pero gracias a la música ahora puede hacer oír su voz.

Albert Marquès, un pianista catalán instalado en Nueva York, le ha ayudado a hacer algo sin precedentes: grabar un disco desde el corredor de la muerte. Se titula Freedom First y Marquès lo presenta con su cuarteto en el 32 Festival de Jazz de Granollers (Casino de Granollers, viernes a las 20 horas), el mismo día en que el disco llega a las plataformas digitales. En el cartel no aparece el nombre de LaMar, pero intentarán que participe en el concierto vía telefónica recitando desde su celda los textos que ha escrito para el disco. "No lo puedo garantizar, porque hay muchas cosas pueden salir mal; puede que en ese momento entre un guarda en la celda, por ejemplo. Pero el objetivo siempre es que Keith llame, hable con el público y participe", dice Marquès.

Desde 2020, lidera Freedom First, una campaña de apoyo a través de la música que arrancó con conciertos en las calles de Brooklyn en los que Keith LaMar participa telemáticamente. "No hacemos esto para él. Lo hacemos con él", subraya el pianista, que también toca el jueves a trío en el Milano Jazz Club de Barcelona (19.30 y 21.30 horas).

SALVADO POR COLTRANE

Marquès, activista y profesor además de pianista, quedó impresionado cuando descubrió la historia de LaMar: un hombre condenado a muerte y aislado físicamente del mundo desde 1995 que, en sus propias palabras, está vivo gracias al jazz de John Coltrane. Descubrió su música en la cárcel y ha sido su tabla de salvación espiritual. Lo dice en el disco, en el libro que escribió en 2013 para explicar su caso y en las entrevistas con la prensa que está dando gracias a la campaña Freedom First. Recientemente el New York Times le dedicó un artículo que puede marcar un antes y un después en su empeño por reabrir el caso. "Keith dice que, pase lo que pase, su versión de los hechos ya ha sido publicada en el periódico más famoso del mundo. ¡Y eso es gracias a la música!".

En el disco Freedom First, donde LaMar es letrista y rapsoda, participan una veintena de músicos de primer nivel, algunos de Catalunya y muchos de Nueva York. La mayoría son compañeros de generación de Marqués, pero también hay figuras como el pianista y ganador de cinco premios Grammy Arturo O’Farrill y Brian Jackson, colaborador de Gil-Scott Heron. "Todos son mis amigos, gente que está politizada. O por lo menos, que cree que la música es algo más que tocar una nota tras otra". Grabarlo ha sido una odisea que empezó hace un año en un estudio en Girona y se cerró hace apenas un mes en Nueva York, sorteando los obstáculos de comunicación que impone una cárcel de máxima seguridad: mensajes de vídeo de no más de 30 segundos y llamadas telefónicas interrumpidas cada 15 minutos. "Para prepararlo hemos hecho de todo. Yo le tocaba algo al piano por teléfono y él me decía qué le evocaba, o él me mandaba una letra y yo escribía la música".

A Marquès se le ilumina la cara cuando cuenta cómo consiguieron grabar una pieza entera en directo, la emocionante Tell’Em The Truth, registrada también en vídeo. "Ese día nos dieron 20 minutos de videoconferencia. Solo pudimos grabar una toma. Era todo o nada, y funcionó".

Con Freedom First hicieron lo imposible, y ahora esperan que el disco ayude a amplificar sus demandas. Queda poco tiempo y LaMar ha renunciado voluntariamente a que el gobernador de Ohio conmute su pena de muerte por cadena perpetua. Lo fía todo a la posibilidad, por ahora lejana, de un nuevo juicio en el que pueda probar su inocencia. "Keith quiere demostrar que se vulneraron sus derechos y que los abogados no tuvieron acceso a toda la información". Para Marquès el proyecto va mucho más allá de lo artístico. LaMar es uno de sus mejores amigos. Al final de la entrevista enseña un mensaje de texto. LaMar le escribe para celebrar las últimas noticias: el saxofonista de jazz Ravi Coltrane está interesado en escuchar el disco. Ravi es hijo de John Coltrane, el hombre que con su música dió esperanza a Keith LaMar.

Crítica de 'Freedom First': un canto de amor a la vida

'Freedom First'

Keith LaMar & Albert Marquès

La voz de LaMar, filtrada por la línea telefónica, llega borrosa pero firme. Y acompañada por un piano sereno, anuncia que lo que escuchamos aquí son sus últimas voluntades y su testamento. Cuesta imaginar un arranque más sobrecogedor. Freedom First es una vida que quizás se acaba condensada en una hora y diez minutos. LaMar, rapsoda de dicción imperfecta y magnética, habla de indignación y dolor. Pero también de la diferencia entre vivir y existir, de dignidad y de amor. Marquès y sus compañeros buscan el tono justo para acompañar cada recitado de LaMar con la música que mejor lo vista. Y en cortes como Tell’em The Truth, evocación de la infancia perdida, o en la pieza final con Arturo O’Farrill al piano, la combinación es poderosísima. Hijo de circunstancias extraordinarias, irregular por necesidad, Freedom First no es un disco como los demás. Es un canto de amor a la vida y un recordatorio de cuán poderosa puede ser la música.

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