LIBROS

Escribir el nombre de bell hooks

Adiós a una gran innovadora del pensamiento feminista actual

La autora feminista Bell Hooks.

La autora feminista Bell Hooks. / LA NUEVA ESPAÑA

Ruth Llana

El pasado 15 de diciembre el mundo se quedó un poco más huérfano al perder a bell hooks, una de las escritoras, académicas y pensadoras estadounidenses más revolucionarias de los siglos XX y XXI. Esta semana no puedo hacer otra cosa más que dedicarle esta carta a bell hooks como una forma de despedida diferida, como forma de agradecimiento por abrir un camino más allá de cualquier límite, por ser un modelo vital de pensamiento y acción. 

Exponente del pensamiento feminista y de los estudios de la comunidad negra estadounidense, bell hooks, nacida en Kentucky en 1952, fue pionera en desarrollar una obra en la que exploró de forma innovadora temas como el feminismo negro, las masculinidades, el racismo, y las formas en que diferentes formas de opresión se cruzan de un modo interseccional con libros como Ain’t I a Woman?: Black Women and Feminism (1981), Teaching to Transgress: Education as the Practice of Freedom (1994), Bone Black: Memories of Girlhood (1996), o Teaching Community: A Pedagogy of Hope (2003) entre muchos otros. 

En sus textos hay un amor radical que amplía las nociones de comunidad y enseñanza

Sin embargo, si algo distinguía a hooks como académica y pensadora era su empeño en que su trabajo teórico fuera de la mano, no sólo con sus principios, sino con su vida y sus acciones. En el que sería uno de sus primeros intentos de unificar teoría y práctica, hooks dejó atrás su propio nombre, Gloria Jean Watkins, para asumir otro para la "voz de su escritura". Como pseudónimo tomó así prestado el nombre de su bisabuela, que escribiría siempre en minúsculas como lo que puede considerarse una anticipada declaración de intenciones: lo importante era su trabajo, no quien estaba detrás. 

Amor radical que florece

En la escritura de hooks también están las huellas fundamentales de un amor radical que florece y se expande ampliando las nociones de comunidad, enseñanza, o curación colectiva con una lucidez iluminadora. bell hooks habla a sus lectores desde una herida que tiene su origen en la violenta dominación occidental de África durante el proceso de colonización, explotación y colonización de cuerpos negros que aún está tan presente hoy en día. Pero hooks nos ofrece una alternativa generosa al dolor de la opresión: es posible renunciar a un uso destructor del poder, al abuso de la autoridad, y abrazar una vulnerabilidad que, por fundamental, es extrema y radical. Este camino posibilita una forma alternativa de aprendizaje, en el que, en última instancia, "la educación es el ejercicio de la libertad" permitiéndonos crecer infinitamente en comunidad. hooks nos enseñó que transgredir los límites de nuestras propias elecciones, de nuestras propias concepciones, ejercemos una forma de amor fundamental hacia nosotros mismos, liberando nuestro potencial, permitiéndonos materializar un futuro que creímos inimaginable. 

Estamos en deuda con aquellos que nos enseñan a pensar, a existir de una manera más justa. bell hooks nos proporcionó un lenguaje nuevo con el que imaginar y crear realidades que creíamos imposibles. Ahora que ya no nos acompaña, ahora que quedan para siempre sin escribir los libros imaginados por una muchacha nacida a mediados del siglo pasado en un Kentucky aún bajo las leyes de Jim Crow, leer a bell hooks, pensar con ella y con su obra, es apostar por los que no las tienen todas consigo, es dibujar una puerta para ese futuro escrito en minúsculas que, por ello, promete ser más compasivo, más revolucionario, más transformador.