EFEMÉRIDES

Harry el Sucio: 50 años del expeditivo policía que hizo de Clint Eastwood una estrella

Más allá de la ambigüedad ideológica del personaje, considerado por algunos como fascista y glorificador de la violencia, la primera entrega de las andanzas de Callahan y su Magnum 44, estrenada el 23 de diciembre de 1971, fue un enorme éxito comercial que derivó en cuatro secuelas

Clint Eastwood, en 'Harry el Sucio'.

Clint Eastwood, en 'Harry el Sucio'.

Quim Casas

Estrenada en Estados Unidos el 23 de diciembre de 1971, ‘Harry el sucio’ significó un exitoso punto y aparte en la carrera de Clint Eastwood, causó una gran controversia ideológica e inauguró una nueva forma de hacer cine policíaco. Para uno de los más importantes estudiosos del cine negro, François Guerif, el filme significó una señal de alarma en relación con el crecimiento de la violencia urbana en las grandes ciudades estadounidenses y la manifiesta incapacidad del sistema –policías, políticos, jueces– para frenarla. La situación era ideal para la creación de un policía de métodos expeditivos que trabaja dentro del sistema, pero se muestra disconforme con él. Así nació Harry Callahan, inspector con la placa 2211 del departamento de homicidios de San Francisco. Al Callahan encarnado por un taciturno a la vez que irónico Eastwood no solo le molesta la incapacidad del sistema para encontrar y detener a los criminales, sino que es incapaz de aguantar la burocracia, el papeleo y los pactos a los que, por una razón u otra, llegan criminales y gobernantes. De hecho, lo que más le repele en su primera aparición cinematográfica es el hecho de que el alcalde de San Francisco acepte el chantaje que realiza a la ciudad el asesino Scorpio.

Poco después de la aparición de ‘Harry el sucio’ hace justo 50 años, tildada un tanto esquemáticamente de película fascista y que glorificaba la violencia, Eastwood declaró que “la gente que ha dicho que se trata de un filme fascista no sabe de lo que está hablando. Harry Callahan no es más que un individuo que se pelea contra la burocracia y una cierta forma de hacer las cosas. Emplea muchas horas en solucionar un caso y, por lo que le concierne, está más interesado en la víctima que en la ley”. Eastwood llegaba más lejos y establecía una comparación con los juicios de Núremberg: “Los americanos condenamos allí a gente que cometió crímenes, les juzgamos sobre la base de que deberían haber escuchado su conciencia en vez de seguir a sus jefes políticos.

Ocurre algo similar con Callahan. Cuando le dicen que las cosas funcionan de un modo concreto, él replica que están equivocados y no puede adherirse a esa visión. Esto no es fascismo. Es lo opuesto al fascismo”. Años después, en 1993, después de estrenar un filme sobre la violencia institucional como ‘Sin perdón’, en el que el sheriff encarnado por Gene Hackman ejerce un legalizado abuso de poder, Eastwood volvería sobre la cuestión: “He sido educado en la idea de que no valía la pena ser criminal. Pero ahora, el sistema legal se ha vuelto increíblemente tortuoso y la condena media por asesinato se reduce a cinco años y medio en la práctica”.

La crítica de izquierdas

‘Harry el sucio’ causó un considerable revuelo entre la crítica de izquierdas, aunque no tuviera relación alguna con los jaleados filmes de justicieros urbanos que aparecerían poco después de la mano de Charles Bronson. Eastwood nunca se ha casado con lo políticamente correcto. Hoy sigue haciendo más o menos lo mismo con películas como ‘Mula’ o ‘Richard Jewell’. En todo caso, más allá de la ambigüedad política, la primera entrega de las andanzas de Callahan y su pistolón Magnum 44 fue un enorme éxito comercial y lo puso en lo más alto del podio del ‘star system’, podio en el que se mantuvo durante décadas. El filme costó cerca de cuatro millones de euros y acabó recaudando más de 30, lo que generó cuatro continuaciones y toda una moda en el influyente policíaco estadounidense de los 70.

Callahan fue ideado por Harry Julian Finky su esposa Rita M. Fink. Harry, que prestó su nombre al personaje, era un guionista capaz de salir con vida de los furiosos dominios de Sam Peckinpah –escribió ‘Mayor Dundee’– para someterse después a los designios de John Wayne en varios wésterns, mientras que Rita solo lidió con Wayne y Eastwood y se ahorró la experiencia con el director de ‘Grupo salvaje’. La pareja ideó las líneas maestras del personaje, y fue Dean Riesner –guionista del debut de Eastwood como director, ‘Escalofrío en la noche’–, quien completó el guion después de un tratamiento fallido firmado por Terrence Malick. Riesner había sido actor infantil en los tiempos del cine mudo, trabajando con Jackie Coogan y Charles Chaplin. Su posterior cometido como guionista tendría muy poco de cómico.

Proyectos personales

Del guion del segundo filme, ‘Harry el fuerte’, se responsabilizaron John Milius –este si es un cineasta que se ha declarado fascista– y un entonces desconocido Michael Cimino. El cuarto y más oscuro, ‘Impacto subito’, lo realizó el propio Eastwood, mientras que el quinto, ‘La lista negra’, fue el producto de uno de los acuerdos que el director-actor establecía entonces con Warner Bros: a condición de que le financiaran una película tan poco comercial como ‘Bird’, Eastwood prometió a la compañía que a continuación realizaría otro filme de Callahan, ‘La lista negra’, que a la postre sería el último, en 1988, para recuperar el dinero perdido con su ‘biopic ’de Charlie Parker. ‘Bird’ tuvo un presupuesto estimado en nueve millones y apenas recaudó dos, mientras que ‘La lista negra’ costó treinta e ingresó casi cuarenta. Durante un tiempo, el éxito de Harry Callahan le sirvió a Eastwood para realizar otros proyectos más personales.

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