AUTOR DE 'DIOPTRIA'

Pau Riba: "Soy un optimista radical y pienso llegar a los 100 años"

El cantautor mantiene en pie su agenda de conciertos para este invierno, así como la edición de un libro sobre la historia de la música en el siglo XX y un disco con la Orquestra Fireluche mientras combate el cáncer de páncreas. Hablamos con él en su casa de Tiana.

Pau Riba, fotografiado en su casa de Tiana.

Pau Riba, fotografiado en su casa de Tiana.

Jordi Bianciotto

Desde que, este martes, Pau Riba informó en las redes de la dolencia que padece, un cáncer de páncreas inoperable, el venerable trovador ha sentido como una gran ola de simpatía y afecto envolvía su día a día, muy sujeto a los cuidados médicos de diversa índole (quimio y terapias alternativas), pero sin dejar de lado los proyectos: conciertos para este mismo mes y un libro y un disco en camino. Conectado con las buenas vibraciones flotantes, esboza esa sonrisa de pillo tan suya. “Sé que represento algo para la gente, y que me tienen un aprecio y una estima que quizá no me merezco. Soy consciente de que soy una especie de, cómo decirlo…, adalid, o icono…” ¿Gurú? “Eso no lo sé”, cavila en el encuentro con este diario en la Casa Alta de Tiana, donde vive desde hace cuatro décadas.

Allí, junto a la lumbre, cerca de un tocadiscos en el que reposa la rodaja de vinilo de ‘Transformer’, de Lou Reed, el autor de ‘Noia de porcellana’ se muestra risueño y presto a las palabras justas, transmitiendo una especie de aplomo cósmico, un sereno rearme interior. “Yo soy un optimista radical, de naturaleza, me siento bien, pienso que tengo el futuro abierto y que llegaré a los 100 años, y que no hay de qué preocuparse”, medita. A su lado, Memi March, su pareja desde hace 27 años (y a cargo de sus asuntos en calidad de mánager total), le corrige. “¡Pau, la semana pasada eran 120!”. Él sale al paso. “Estás equivocada”, bromea. Sean 20 años arriba o abajo, ahí hay un umbral. “Ahora se está diciendo que en el futuro viviremos para siempre, cosa que no querría de ninguna de las maneras”, ataja Pau Riba. “Con vivir 100 añitos en este teatro ya tienes más que suficiente. Después ya empiezas a aburrirte: todo se repite, todo lo has visto…”.

“Con vivir 100 añitos en este teatro ya tienes más que suficiente. Después ya empiezas a aburrirte"

Crítica al sistema

La nota publicada en las redes deslizaba una crítica al sistema sanitario (“muy contenida”, apunta Memi), ya que acusaba a la “doctora de cabecera” de haber atribuido los dolores que Riba sufrió durante seis meses a un efecto psicosomático. “Si por mi fuera, la doctora estaría denunciada”, deja claro ella, que no se anda con diplomacias. “Yo es que vengo del punk”, añade (pronúnciese ‘pank’). “Y yo, del ‘punk-creas’”, replica él, en un loco juego de palabras. “Fueron seis meses llamando a urgencias, con Pau quejándose del dolor, él que no se queja nunca de nada y que no es ningún paranoico”, sigue Memi March. No fue hasta octubre que le detectaron el tumor, y de ahí, al ingreso en el Hospital Municipal de Badalona, y luego en Can Ruti.

El estado avanzado del proceso descartaba la operación. “Hubo momentos en que parecía que Pau ya no saldría de allí”, explica ella. Aun en aquel lance, “no paraba de hacer bromas, versos a partir de ‘morfina, molt fina, mort fina…’, o diciendo ‘no sé si me harán un TAC o un ‘atac’”. Buen humor, tratando de burlar la tensión. “Y todos con mascarillas, viéndonos solo los ojos. Yo le cantaba, y me salían boleros de Machín”, se sorprende. Llamadas de amigos como Sisa, a quien Riba pidió que le cantara ‘El setè cel’ por teléfono.

Villancicos galácticos

Mientras se esbozaba el plan de la quimioterapia, cobraba forma una vía complementaria a través del Institut Khuab y del doctor Joan Vidal-Jové. Descartadas, por inaplicables en su caso, las frecuencias sonoras (habría sido una “cura a través de la música”, observa él con simpatía), optaron por la hipertermia: aplicar al tumor altas temperaturas. “El doctor nos ha esperanzado mucho y nos ha dicho que hay campo por delante”, explica Memi March. Todo ello, acompañado de la morfina, la vitamina C y las sesiones de quimio.

Memi March: “El doctor nos ha esperanzado mucho y nos ha dicho que hay campo por delante”

Esta sacudida a su salud no modifica por ahora los planes del artista, que mantiene en pie sus tres conciertos de este diciembre (el 23 en el Centre Artesà Tradicionàrius, el 26 en la sala Albéniz, de Tiana, y el 30 en la Cafeteria Slavia, de Les Borges Blanques), donde pondrá al día, como cada Navidad, los villancicos de ‘Jisàs de Netzerit’, con su cruce de la historia sagrada y ‘La guerra de las galaxias’, arropado por De Mortimers. “Está todo a punto y actualizado”, asegura Riba. Y el 8 de enero estará en el Museu-Arxiu, de Malgrat de Mar, con otro proyecto, PLAN, en el que figura Llull Riba March, vástago de 19 años, a cargo de la batería.

Historia de la música

Pero, al margen de los escenarios, Pau Riba tiene casi a punto un libro, ‘Músico icono-clàssica’, subtitulado ‘Història de la música del segle XX (l’electrònica)’, que publicará la editorial Males Herbes, que ya lanzó hace unos meses otro volumen de intenciones poco modestas, ‘Història de l’univers’. Ahora se trata de recorrer una era musical que “comienza con Graham Bell y el teléfono, y que alcanza hasta el punk, de modo que va de 1876 a 1976”, explica Pau Riba. “Y hablando de los instrumentos, no de los instrumentistas”.

Y otra misión avanza día a día, su segundo disco con la Orquestra Fireluche, después de la entente materializada en ‘Ataràxia’ (2019). Ahí, sobre todo, recitará, aunque habrá “dos o tres canciones” cantadas, piezas nuevas como la que dedica a Memi y otra para la hija de esta, Aina. “Me la pidió de una manera muy especial”, informa. “Ella me está amamantando, porque tiene un hijo de cuatro meses y cada día me trae un chupito de leche”. Este álbum incluirá ‘La minyona de Reus’, un tema tradicional que cantaba en sus tiempos del dúo Pau i Jordi, con el Grup de Folk. “Es un poco picantito, porque habla de una ‘minyona’ y de una ‘lligagama’”. Joan Amades “se pulió” canciones como esta en su ‘Costumari català’, hace notar Pau Riba, que no se priva de lanzar una de sus pullas a los “ataques puritanos que Catalunya siempre ha tenido contra ella misma: ‘esto no lo diremos en público, somos gente seria…’”

Nos despedimos sin la sensación de haberle importunado demasiado después de todo, agradeciendo su buena disposición a la conversación y a la rápida sesión fotográfica. La quimio le espera en unas horas. “Y hemos dejado de pensar en el futuro, en las giras del año que viene”, concluye Memi. “El futuro es mañana, cada día”.