MÚSICA

Vic Mirallas, de Alejandro Sanz a la intimidad de ‘Crucidramas’

El cantante y saxofonista apuesta por el soul-jazz y el r’n’b en su carrera personal, tras sus giras con el cantante madrileño y sus duetos con Camilo y Don Patricio

Vic Mirallas, en una imagen promocional.

Vic Mirallas, en una imagen promocional. / EPE

Jordi Bianciotto

El lector puede reconocerlo tanto por sus apariciones con Alejandro Sanz como por los duetos virales con Camilo y Don Patricio, pero Vic Mirallas suspira por abrirse paso con lo suyo: el sinuoso cancionero de soul-jazz y r’n’b, tendente a la nocturnidad, que proyecta en el álbum Crucidramas. Una obra que no ve destinada al pelotazo pasajero, sino que desea “que se pueda escuchar dentro de diez años”. La destapa este viernes en La 2, de Apolo, dentro del Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona.

Para entregarse del todo a su carrera personal, Mirallas ha dado el paso de abandonar el grupo de Alejandro Sanz, después de las giras de Sirope y #ElDisco, y dice haber dado algunos noes a figuras destacadas deseosas de agenciárselo. “Pero dejar a Alejandro ha sido muy doloroso para mí y no tendría sentido empezar ahora algo parecido con otro cantante”, razona este barcelonés de 28 años, que en su día interrumpió los estudios en la escuela de música de Berklee (Boston) para fichar con el autor de Corazón partío.

Buscar lo desconocido

Allí cursó piano, canto y su instrumento fetiche, el saxo, con el que proyecta destellos de improvisación jazzística siguiendo el rastro de sus favoritos, ya sea los históricos, como Sonny Stitt y Dexter Gordon, o el contemporáneo Bob Reynolds. Pero Crucidramas, su segundo disco largo, es una obra de canciones, todas con su firma, que acaso miran de reojo las texturas más interioristas de un Frank Ocean o un Jamie Cullum. Música que le hace sentirse “un poco fuera de lugar en España”, reflexiona. Ahí expresa cierta contrariedad. “Estoy un poco enfadado con la manera en que se oye la música, porque mucha gente que tiene sensibilidad musical acaba tirando de lo más escuchado y del ‘reguetón que más lo peta’, en lugar de ir más a buscar lo desconocido”.

Crucidramas es uno de esos discos que reflejan el aislamiento pandémico, aquí con el añadido de la convivencia con su expareja. El prefijo ex ya lo dice todo. “Las canciones son lo que salió de mi relación con ella y conmigo mismo, con todas esas dudas existenciales. No son temas super-happy, excepto Qué bien que te vi”, indica. El álbum iba a titularse Crucigramas que no entiendo (en alusión a Crucigramas, el tema que lo cierra). “Pero mi mánager, viendo que todo en el disco eran dramas, sugirió el cambio”.

¿Y si ahora le ofrecen otro dueto con un as urbano? “La música comercial, si está bien hecha, me encanta. La cuestión es hacer las cosas con amor. Así que no lo descarto, pero no pongo ahí el foco”.  

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