ASUNTOS PROPIOS

Peter Wohlleben: "Si los árboles hablaran dirían: '¿Por qué no nos hacéis caso?'"

El próximo viernes se estrena en los cines 'La vida secreta de los árboles', un delicioso documental basado en el famoso bestseller

Peter Wohlleben, el superventas alemán.

Peter Wohlleben, el superventas alemán. / ARCHIVO

Núria Navarro

El próximo viernes se estrena en los cines La vida secreta de los árboles, un delicioso documental basado en el bestseller –dos millones de ejemplares vendidos en 40 países– del alemán Peter Wohlleben, un guarda forestal de Renania-Palatinado que un día intuyó que en el bosque sucedía mucho más de lo que parecía. Lo que descubrió, y cuenta en sus libros, es que los árboles se comunican, cooperan, protegen a sus retoños y tienen estrategias de seducción.

¿Ha descubierto algún nuevo secreto últimamente?

Ya lo creo. Sabemos que los árboles están aprendiendo 10.000 veces más rápido a enfrentarse al cambio climático que a los cambios genéticos. Y que proporcionan esa información epigenética a sus semillas de manera que la nueva generación sea mucho más resiliente.

Tienen más 'cabeza' que nosotros.

Son capaces de bajar 10 grados la temperatura del bosque, y cuando se trata de árboles urbanos, hasta un 20%. También sabemos que en las selvas hay más lluvia. La pérdida de este tipo de bosque es una de las razones por las que España es más seca y calurosa en verano. Para combatir el cambio climático hay que proteger a los bosques naturales.

No vale plantar para talar y convertirlos en muebles.

Deberíamos preguntárselo a ellos.

¿Qué responderían?

Que los bosques tradicionales han desaparecido del paisaje de Europa. Y que para su supervivencia necesitan un clima más frío y más húmedo. No nos necesitan para estar confortables. No pueden moverse, pero sí manipular convenientemente su entorno. Si pudieran hablar, seguramente, dirían: "¿Por qué estáis tan locos? ¿Por qué no reducís vuestros niveles de CO2? ¿Por qué os cargáis vuestro entorno?". 

Y tendrían razón.

Los árboles saben lo que deben hacer y nosotros no. No debemos esperar a que China, Rusia, Estados Unidos o India, las potencias, cultiven cierto tipo de bosque para hacer lo adecuado. Bastaría con que en Alemania o España les preguntáramos a ellos qué están haciendo.

¿No tiene alguna pregunta más personal que hacerles?

Me gustaría saber cómo comunican que están felices. 

¿Y eso?

Conocemos cómo se comunican cuando están estresados o sienten dolor ante un ataque. Sabemos que emiten señales eléctricas –gritan– cuando el agua escasea, y que mediante sustancias odoríferas –etileno, por ejemplo– alertan a sus congéneres de los peligros. Pero es imposible reconocer las manifestaciones de alegría y regocijo.

¿Sabrán que usted es un buen amigo?

No creo que tengan a los humanos muy en cuenta. Según las últimas investigaciones, sabemos que son capaces de detectar imágenes muy nítidas, pero no si pueden identificar quién es quién. De hecho, somos una especie muy joven en la Tierra. Igual aún no nos reconocen.

"Los árboles urbanos se comportan como niños de la calle. No han sido 'educados' por sus progenitores"

Los árboles urbanos o en macetas no lo pasan bien.

Fuera de contexto, los árboles se comportan como niños de la calle. No han sido educados por sus progenitores.

¿Educados?

El árbol madre une sus raíces a las de sus pequeños, casi como si los amamantara. Pero si están plantados no reciben esos cuidados. ni el respaldo de los otros de su especie. Los árboles necesitan familias, y en las ciudades están solos y son más vulnerables al ataque de las plagas.

Stefano Mancuso, otro apóstol de las plantas, dice que son seres "inteligentes".

No pueden viajar a la Luna o leer un libro, si se refiere a esa inteligencia. Aunque, honestamente, ¿qué es más importante la inteligencia o la felicidad? Yo me quedo con la felicidad.

"En un puñado de tierra de bosque ancestral hay más seres vivos que seres humanos en la Tierra"

La felicidad de los cazadores de setas es cortarlas este otoño. ¿Cruz y raya?

Pueden estar tranquilos. Como las manzanas o las peras, las setas que cortan y van al cesto son los frutos. No destruyen la Wood Wide Web. Los hongos son el internet del bosque y lo relevante son sus filamentos. Los del níscalo, por ejemplo, pueden multiplicar la superficie de las raíces del roble, lo que le permite absorber más agua y nutrientes.

¡Cuántas cosas pasan ahí abajo!

En un puñado de tierra de bosque ancestral hay más seres vivos que seres humanos en la Tierra. 

¿Con qué actitud debemos entrar en el bosque?

Lo más importante es tomarse un tiempo y abrir todos los sentidos. Sentarse bajo la copa, cerrar los ojos, dibujar lo que percibes, escuchar los sonidos. Nada de hacer un trekking de cinco kilómetros y salir de él.