DOCUMENTAL

Cuando Kennedy acosaba a Martin Luther King, "el negro más peligroso" de América

El documental 'Martin Luther King y el FBI', que se estrena mañana en Movistar+, da cuenta de la feroz campaña contra el reverendo que activó la misma Casa Blanca.

Martin Luther King, en la marcha de Selma a Montgomery, en 1965

Martin Luther King, en la marcha de Selma a Montgomery, en 1965

Nando Salvá

El 28 de agosto de 1963, unas 250.000 personas procedentes de todo el territorio estadounidense llegaron a Washington para participar en una manifestación por la libertad, y se congregaron en el Lincoln Memorial para escuchar cómo Martin Luther King Jr. les explicaba que había tenido un sueño. Por entonces aquel hombre, presentado al inicio del acto como "el líder moral de nuestra nación", ya llevaba un año considerado por la Agencia Federal de Investigación (FBI) como "el negro más peligroso para el futuro de nuestra nación". Y a partir de ese momento y durante sus últimos cuatro años y medio de vida, a causa de una combinación de racismo, anticomunismo y pura paranoia, King sufrió una carencia total de privacidad: las habitaciones de hotel en las que se hospedaba fueron sistemáticamente rellenadas de micrófonos, sus teléfonos se intervinieron y su círculo íntimo se vio infiltrado por espías. Aquella infame campaña de acoso es el asunto de Martin Luther King y el FBI, el magnífico documental que Samuel Pollard ha dirigido en buena medida sirviéndose de documentos recientemente desclasificados, y que estrena mañana Movistar+.

A finales de los 50, el reverendo King ya se había erigido en figura esencial en la lucha por los derechos civiles y en catalizador de las luchas de la comunidad negra del país contra la segregación. Eso bastaba para que J. Edgar Hoover –director del FBI durante casi cinco décadas– quisiera destruirle, y para que estuviera dispuesto a todo para exponerlo frente a la ciudadanía como un mentiroso, un peligro público y una degeneración.

Amenaza Roja

Inicialmente lo intentó hurgando en la asociación que King mantenía con Stanley Levison, un abogado que mantenía vínculos con el Partido Comunista en una época, recordemos, en la que el país vivía especialmente paralizado por la llamada "Amenaza Roja". Sin embargo, aquella investigación no logró probar que ninguno de los dos hombres estuviera implicado en actividades consideradas antiamericanas. 

Por una combinación de racismo, anticomunismo y paranoia, sus últimos años estuvieron marcados por los teléfonos intervenidos, los micrófonos y los espías infiltrados

En cambio, lo que las escuchas encontraron fue evidencia de la ajetreada vida sexual que King mantenía a espaldas de su matrimonio, y Hoover decidió usar esa información de diversas maneras para chantajearlo y difamarlo; incluso llegó a enviar un paquete anónimo a Coretta Scott King en noviembre de 1964, y poco más tarde a su esposo, que contenía no solo grabaciones sonoras de aquellos actos adúlteros sino también una carta en la que se tildaba al doctor de "bestia malvada y anormal", y en la que se le advertía que el suicidio era "la única opción". Solo unas semanas después, para desesperación de su némesis, King recogía en Oslo el Premio Nobel de la Paz.

Martin Luther King y su esposa, Coretta Scott.

Martin Luther King y su esposa, Coretta Scott. / ARCHIVO

Kennedy, tras la campaña

Una de las cosas que la película deja claras, en todo caso, es que la vigilancia a King no fue simplemente el resultado de las fobias personales de Hoover, sino que recibió el apoyo de dos presidentes sucesivos –John Fitzgerald Kennedy y Lyndon B. Johnson–, que de puertas afuera se jactaban de ser afines a la causa de los derechos civiles; que, en otras palabras, formaba parte de una guerra fomentada por el Gobierno estadounidense, bajo el pretexto de ayudar a proteger la democracia liberal, contra todos aquellos que trataban de expandir el significado de conceptos como libertad e igualdad.

Otra de ellas es que, por entonces, la mayoría de los ciudadanos apoyaban a Hoover y denostaban a King; su mentalidad llevaba décadas siendo moldeada tanto por la prensa como por el empeño de Hollywood en retratar al hombre negro como alguien incapaz de controlar sus impulsos sexuales, y a los agentes del FBI, como unos héroes. 

La película se pregunta cómo es posible que, pese a la férrea vigilancia a la que sometían al reverendo, el día del asesinato los federales no fueran capaces de detectar la presencia del francotirador

 

Un año antes de su asesinato, King afrontaba sus niveles más bajos de popularidad a causa de su oposición a la presencia de las tropas estadounidenses en Vietnam. ¿Tuvo el FBI algo que ver en la muerte, el 4 de abril de 1968, en los pasillos del Lorraine Motel de Memphis? La película se pregunta cómo es posible que, pese a la férrea vigilancia a la que sometían al reverendo, aquel día los federales no fueran capaces de detectar la presencia del francotirador que supuestamente apretó el gatillo y fue encarcelado por ello, James Earl Ray. Y las sospechas que ese interrogante genera difícilmente quedarán despejadas en febrero de 2027, cuando salgan a la luz el resto de documentos del FBI sobre King que permanecen clasificados.